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Ábside de Sant Miquel de Besan

Identificador
25017_07_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.541239, 1.275414
Idioma
Autor
Azucena Povill Espinós
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Miquel de Besan

Localidad
Besan
Municipio
Alins de Vallferrera
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Miquel de Besan

Descripción

ALINS DE VALLFERRERA

Capilla de Sant Miquel de Besan

La capilla de Sant Miquel está ubicada a las afueras de la antigua aldea de Besan, en la ladera del Turó de Savina Rodona. Desde este despoblado arranca un sendero, en sentido ascendente, que conduce a la capilla, tras recorrer unos 800 m.

 

Cabestany y Matas argumentan que posiblemente esta capilla habría estado vinculada a un castillo, actualmente desaparecido, dada su situación estratégica de dominio del territorio y su dedicación a san Miguel. Lamentablemente, no se han conservado documentos de época medieval que hagan mención explícita del templo. A mediados de siglo xx, la capilla no se hallaba en muy buen estado de conservación, como consecuencia de su uso como establo. Esta situación, motivó una campaña de restauración, llevada a cabo entre 1982 y 1984, en la que se reparó la cubierta y el tejado, se consolidaron los muros de la nave y, especialmente, del ábside, se reabrió la ventana de la fachada suroeste y se vació el espacio interior hasta nivel de pavimento.

 

Esta pequeña capilla, pese a su aislamiento, se mantiene en buen estado de conservación, aunque con modificaciones. Es una construcción de nave única con planta ligeramente trapezoidal y dimensiones reducidas, 3,70 m de ancho por unos 6 m de largo, aproximadamente. Presenta un ábside, orientado al Noreste, semicircular en el exterior y trapezoidal en el interior, de 1,70 m de profundidad y 2,60 m de luz, que se abre a la nave por medio de un modesto arco triunfal de medio punto con dovelas dispuestas de forma radial. En la zona absidal, existen dos ventanas rectangulares y de doble derrame, una en la parte central y la otra orientada al Este. Ésta, se resuelve en el interior con un vano cuadrangular de dimensiones muy reducidas. En la fachada principal, una de las más transformadas, se abren una puerta y una ventana, ésta última en el sector más meridional y fruto de una obra posterior, ambas de perfil rectangular y con un dintel de madera. La nave está cubierta por un envigado de madera a doble vertiente, mientras que el espacio del ábside se resuelve con una diminuta bóveda de cañón. Exteriormente, ambas presentan un tejado de losas de pizarra aunque a distintos niveles y con inclinaciones diversas, siendo más elevado y menos pronunciado en la cabecera, aprovechando la estructura del arco triunfal. Sin embargo, la cuestión del ábside presenta mayor complejidad. Los autores difieren en la secuencia constructiva que dio como resultado la extraña divergencia entre los perfiles exterior e interior. La explicación más lógica, la dan Cabestany y Matas, quienes afirman que el ábside primitivo era de planta rectangular, de 0,80 cm de espesor, y bóveda de cañón, y que fue rellenado, en un momento indeterminado, hasta adquirir la forma semicircular. Esta hipótesis se ve reforzada por la exagerada prolongación de la ventana del sector oriental del ábside, un tanto forzada, y por su perfil interior, un diminuto vano cuadrangular, muy distinto del exterior. Asimismo, existen otros ejemplos en Cataluña en los que también se habrían transformado ábsides prerrománicos anteriores, como Sant Esteve de Caulès (Caldes de Malavella), Santa Coloma de Andorra o Sant Víctor de Dòrria. Con todo, la observación de los volúmenes de las cubiertas de la nave y del ábside, así como los sobrealzados que exteriormente se observan en la parte de la cabecera, inducen a pensar en una intervención posterior que habría afectado enteramente a la estructura del edificio originario. Sin embargo, seria necesaria una prospección arqueológica para determinar con exactitud la situación de los cimientos y proceder a un análisis cuidadoso de la relación entre estos y los muros de la nave, como también, con la cubierta del ábside. La construcción, presenta un aparejo compuesto por sillarejo muy irregular dispuesto horizontalmente y reforzado con argamasa en posteriores intervenciones.

 

Cabe considerar que la capilla de Sant Miquel podría haberse construido en el siglo x, y haber sido modificada posteriormente a finales del xi o inicios del xii.

 

Texto y fotos: Azucena Povill Espinòs

 

Bibliografía

 

Barral i Altet, X., 1981, p. 255; Baraut i Obiols, C., 1986, doc. 2; Bosch González, M., 2001, p. 37; Cabestany i Fort, J.-F. et alii, 2004, pp. 65-69; Catalunya Romànica, 1984-1998, vi, p. 317; Catalunya Romànica, 1984-1998,  xv, pp. 116-117; Sarraté i Forga, J., 1969-1970, pp. 119, 124, 127, 129-130, 132 y 134, láms. 10, 11, 12 y 13 y fig. 3; Sudrià i Andreu, X., 2011, pp. 219-221; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1987-1990, pp. 171, 172, 187, 197- 201, 217, 219, 248-249, 279-280, 283, 285, 287, 289-290, 294, 297-300, 307-309, 315, 343, 351-352 y 358.