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Restos del Castelló d'en Bas

Identificador
17207_02_011
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.10209, 2.43133
Idioma
Autor
Sol Riera Alier
Montse Jorba i Valero
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Castelló d’en Bas

Localidad
Joanetes
Municipio
Vall d'en Bas
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Castelló d'en Bas

Descripción

Castelló d’en Bas

 

Los restos de los muros del castillo o castelló d’en Bas están situados en el extremo de un contrafuerte de la montaña de los Llancers, sobre el risco de Joanetes. Desde el castillo se contempla toda la llanura del valle d’en Bas. Para acceder los restos, partiremos del km 49 de la carretera C-153/C-756, junto a Hostalets d’en Bas. Seguiremos por una pista asfaltada que nos conducirá a Falgars d’en Bas, y de aquí deberemos continuar a pie por un sendero que, al cabo de unos 2 km, conduce al Mas de Pibernat y de allí hasta Sant Miquel de Castelló y a las ruinas del castillo. También se puede acceder desde Joanetes.

 

Se trata de un antiguo castillo situado en el extremo oriental de la sierra de Sant Miquel a 945 metros de altura en un contrafuerte meridional del Puigsacalm. Aparece mencionado a mediados del siglo xi (ca. 1053-1066) en un documento que hace referencia a los vizcondes de Besalú, o de Bas, en concreto a Udalard, que jura fidelidad a los condes de Barcelona Ramon Berenguer I y Almodis. Más adelante, en el año 1078, el mismo Udalard jura fidelidad a Ramon Berenguer II, en documento copiado en el Liber Feudorum Maior. A partir de 1262 pasó a ser posesión de los condes de Empúries.

 

Cabe señalar la importancia del castillo entre todos los que poseían los vizcondes de Bas, aunque no fue el origen del linaje vizcondal ni su principal residencia, como en ocasiones se ha pretendido. En realidad, estaba bajo el dominio directo de la familia Castelló, que hacia el 1245 entroncó con la familia de los castellanos de Cabrera (por lo que los miembros del linaje, durante dos generaciones, se apellidaron tanto Cabrera como Castelló). Hacia 1330, Bernat II de Cabrera compró su dominio a Ramon d’Empúries (1323-1331), entonces señor del vizcondado de Bas. En 1352, al pasar los Cabrera a ser vizcondes de Bas, se unió de nuevo y definitivamente al vizcondado. Desde el siglo xviii pertenece a la casa ducal de Medinacelli.

 

Se conservan escasos restos de la fortaleza. El edificio principal, amurallado, se ubicaba en la cima de la colina y tenía una longitud total de 30 m. En el extremo oriental, junto al patio, se encuentra la capilla de Sant Miquel, mientras que en el lado norte divisamos el tramo de muro mejor conservado, con aparejo de pequeños sillares de buena factura que se puede datar hacia el siglo xiii. En el sector occidental hay importantes restos de muros, con piedras escuadradas, que alcanzan una altura de hasta unos 6 m.

 

Junto a la zona meridional de la construcción principal divisamos una explanada de unos 40 m, que cierra a poniente con un muro que conserva algunas aspilleras. Así mismo, en la esquina meridional se observan restos de lo que seguramente fue una cisterna (2,8 x 5,5 m), que posiblemente estuvo cubierta con una bóveda. Además, se conservan unos muros de 140 cm de espesor. A poniente del castillo hay un foso de unos 6 m de profundidad y unos 8 m de ancho. Unos metros más allá descubrimos el llamado Portell, que podía hacer las veces de segundo foso. Destacamos que alguno de los tres caminos que conducen al castillo conserva restos de pavimento a base de losas o grandes piedras.

 

A pesar de que sabemos que existía ya una edificación en el siglo xi, los restos de muros conservados parecen corresponder a una obra más tardía, quizás fechada en la primera mitad del siglo xiii.

 

Texto: Montse Jorba Valero – Foto: Sol Riera Alier

 

Bibliografía

 

Caula i Vegas, F.,1947, pp. 9 y ss.; Castells Catalans, Els, 1967-1979, III, pp. 115-123; Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 46, 82, 409-411; Miquel i Rosell, F., 1945-1947, I, p. 195, II, p. 27; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, I, p. 218, V, pp. 15, 30, 34, 55, 103, XI, pp. 41, 416, 421, 503, XII, pp. 48, 56, 362, XV, pp. 330, 335, 381, 387, XVIII, p. 5, XIX, pp. 239, 323, 412; Murlà i Giralt, J. y Teixidor i Santaeulària, J., 1999, pp. 36-37.