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Restos del muro sur de Santa Maria de Corroncui

Identificador
25173_21_001
Fecha
Cobertura
42.333815, 0.852366
Idioma
Autor
Juan Antonio Olañeta Molina
Nuria Otero Herráiz
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Maria de Corroncui

Localidad
Corroncui
Municipio
El Pont de Suert
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Maria de Corroncui

Claves
Descripción

EL PONT DE SUERT

Iglesia de Santa Maria de Corroncui

La  localidad de Corroncui se encuentra a 20,9 km de El Pont de Suert, desde donde se coge la carretera N-260 en dirección a Pobla de Segur, para desviarse a mano derecha por la pista que va de Creu de Perves al Pla de Corroncui, la cual lleva al pueblo nuevo, situado en el llano, donde se encuentra la iglesia nueva de Santa Maria. El núcleo original de Corroncui, actualmente despoblado, se encuentra a tan sólo 1 km al Este de la población, al amparo de un peñasco. Las ruinas de la iglesia de Santa Maria, que forman parte del cementerio, se encuentran en el sector oriental del despoblado y han sido prácticamente engullidas por la vegetación.

 

Tan sólo un documento da fe de la existencia de la localidad de Corroncui a finales del siglo xi. Se trata de una relación de agravios presentados por Ramon V de Pallars Jussà contra el conde Artau II de Pallars Sobirà, en la que se recoge la violación la paz de Dios y de las propiedades que el primero tenía en Corroncui. Dicho documento se ha fechado con anterioridad a la concordia de 1093, momento en que Artau II se hizo vasallo de Ramon V. Durante los años sesenta del siglo xx, en consonancia con la dinámica de despoblación que sufrió la Alta Ribagorça, el pueblo viejo fue abandonado, y sus habitantes se asentaron en el llano, momento en el que tuvo lugar la edificación de una nueva iglesia parroquial, en la que se reutilizaron buena parte de los sillares y elementos de la fachada, entre ellos la portada, del templo antiguo.

 

La iglesia de Santa Maria de Corroncui, de la que tan sólo se conservan in situ los muros perimetrales, que actúan como cierre del cementerio por el Sur, presenta una planta compuesta por una larga nave rectangular y un ábside semicircular, que estaba precedido por un arco presbiterial que facilitaba la transición entre los dos espacios. La bóveda de cañón de su nave y la de cuarto de esfera de la cabecera cedieron en fecha indeterminada y, como ya se ha indicado, algunos elementos de la fachada oeste fueron arrancados de su emplazamiento original e integrados en la nueva construcción. Del paramento exterior absidal se conserva solamente la mitad meridional. En el mismo se abre una ventana de arco de medio punto monolítico y derrame simple hacia el interior. El muro sur, que es la parte mejor conservada in situ, es totalmente liso, y en su tramo oriental, coincidiendo con un arcosolio de medio punto en el interior, se abre una ventana de derrame simple. En este lienzo se observa que el aparejo estaba formado por sillares de piedra calcárea de tamaños diversos, bien escuadrados y pulidos, dispuestos en hiladas regulares. A los pies de la iglesia había un pequeño campanario que llegó a ser visto por C. Rocafort.

 

En el interior, que se encuentra casi por completo invadido por la vegetación, todavía se pueden observar los restos de los dos arcos fajones, y de las ménsulas en las que se apoyaban, que determinaban tres tramos en la nave.

 

El elemento más destacable, y mejor conservado, gracias a su traslado, es la portada que se abría en la fachada occidental. Está formada por un arco doblado de medio punto, cuyas dovelas del arco exterior, están enmarcadas por una chambrana con decoración de ajedrezado, que no sobresale en relieve respecto del nivel del muro, y que recuerda a las de las portadas de Santa Maria de Cóll, la Nativitat de la Mare de Déu de Durro y del monasterio de Santa María de Alaón. A ambos lados, se conservan los restos de unos capiteles muy desgastados, que pudieron estar apoyados en fustes, que no se han conservado, y que habrían sostenido una arquivolta, posiblemente de bocel, que tampoco ha subsistido. Cabe pensar que tendría una estructura similar, aunque algo más simplificada, que la portada de Viu de Llevata. La erosión de los capiteles dificulta la interpretación de su decoración, si bien, en el situado actualmente en el lado sur, se parecen intuir las figuras de unos cuadrúpedos. Uno de ellos, el de la cara externa, podría ser un león rampante, que gira marcadamente su cabeza hacia el centro, al igual que los felinos representados en uno de los capiteles de Cóll. De ser así, el bulto situado en la arista podría ser un individuo, al igual que en Cóll, lo que podría llevar a plantearse si la escena representada no podría ser Daniel en el foso de los leones. En una fotografía realizada por el antes citado Rocafort en 1903, así como en un dibujo publicado en el Butlletí del Centre Excursionista de Catalunya, se observa que sobre la portada había un crismón, hoy en día desaparecido. M. Macià, teniendo en cuenta que en fotografías antiguas de la portada de Viu de Llevata no aparecía el crismón que se encuentra hoy en día sobre la misma, ha planteado la posibilidad de que dicha pieza procediera de Corroncui. Esta misma propuesta fue planteada un poco antes, aunque en una obra inédita, por F. Matarredona.

 

Encima de la portada, en la fachada de la nueva iglesia, se abre una ventana que se encontraba, en similar posición, en el frontis original. Está formada por un arco de medio punto doblado, con una arquivolta de bocel apoyada en dos ménsulas biseladas, si bien por los citados documentos gráficos antiguos, se sabe que contaba con dos columnas rematadas por capiteles decorados.

 

Las comentadas relaciones de Santa Maria de Corroncui con las iglesias anteriormente citadas permiten situar la construcción de este templo en la segunda mitad del siglo xii.

 

Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/Nuria Otero Herráiz - Fotos: Nuria Otero Herráiz

 

Bibliografía

 

AA. VV., 2010, II, pp. 520-521; Bellmunt i Figueras, J, 1990; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVI, pp. 180, 181-183; Madoz Ibáñez, P, 1846-1850, VII, p. 138; Matarredona Sala, F., 1994, pp. 56 y 217; Rocafort i Sansó, C., s. d., pp. 872-876; Rocafort i Sansó, C, 1991, pp. 114-119.