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Vista exterior desde el suroeste de Sant Miquel de Grialó

Identificador
25034_07_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.900551, 1.106118
Idioma
Autor
Helena Soler Castán
Juan Antonio Olañeta Molina
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Miquel de Grialó

Localidad
Collderat
Municipio
Artesa de Segre
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Miquel de Grialó

Descripción

ARTESA DE SEGRE

Iglesia de Sant Miquel de Grialó

La iglesia de Sant Miquel, que está situada junto al castillo de Grialó, presenta un lamentable estado de ruina provocado por la falta de culto de la iglesia y la situación de abandono de sus estructuras, lo cual se ve agravado por la difícil accesibilidad a causa de su emplazamiento. Para acceder se sigue la misma ruta indicada para llegar a la fortaleza.

 

En 1054, ampliados los dominios del condado de Urgell y establecida la frontera más allá del término de Foradada, la canónica de Montmagastre amplió sus posesiones con nuevas dotaciones por parte de Arnau Mir de Tost, entre las cuales destacaban las iglesias de Collfred, Malagastre, Foradada y Grialó. Este mismo caballero, junto a su esposa Arsenda, donan en 1068 un viñedo a Pere, clérigo de la iglesia de Sant Miquel de Grialó. En el siglo xii, la iglesia de Grialó se vio inmersa en una disputa entre el obispo de Urgell y el abad de Àger provocada por la pretensión del primero de anexionarse el templo al considerar que estaba bajo la jurisdicción de su diócesis. Tras un pleito de más de diecisiete años, en 1179 una bula del papa Alejandro III confirmaba las posesiones del priorato de Sant Pere de Àger e incluía entre sus sufragáneas la parroquia de Grialó.

 

Se trata de un edificio de planta de una nave única y cabecera formada por un ábside semicircular liso, que fue recrecido con la incorporación de cinco hiladas adicionales de sillares, y en cuyo centro se abre una ventana de doble derrame y arco de medio punto monolítico. En el paramento exterior del ábside se observa alguna zona donde se ha conservado el revoque. En el muro sur se abren dos arcos de medio punto, a los que, por su amplitud, resulta arriesgado atribuirles la función de puerta. Uno, el más deteriorado, coincide con el tramo central de la nave, mientras que el otro, situado a la altura del tramo oriental, aparece enmarcado por una pilastra y una imposta biselada. Estos dos últimos elementos, junto al hecho de que se incrementó el grosor del muro en esta zona ha llevado a pensar que, o bien se iniciaron unas obras, que quedaron inconclusas, para ampliar el templo con una segunda nave, o bien se llegó a finalizar la misma, pero no se han conservado restos del muro doblado en los tramos más occidentales. Otros indicios, como las trazas del arranque de un muro perpendicular al eje del templo a la altura del lado sur del ábside, el sobrealzado de éste y la inapropiada topografía del terreno para que pudiera construirse un ábside lateral semicircular, han llevado a matizar esta propuesta considerando que más que de una nave, podría tratarse de un atrio. Una última hipótesis plantea que podría ser otro templo más tardío, bajo la advocación documentada de santa María, y adherido al anterior, aunque con una planta totalmente autónoma a éste. La ya citada amplitud de los dos arcos del muro sur, que permitiría una fluida comunicación entre ambos espacios, hace difícil la aceptación esta alternativa. En el extremo este del muro sur se halla una ventana de doble derrame y arco de medio punto monolítico que presenta las mismas características que la simétricamente ubicada en el muro septentrional. Dichas ventanas, en el interior, quedan constreñidas al escaso espacio que les queda entre la pilastra del primer arco fajón y el arco presbiterial. El muro oeste aparece parcialmente derruido, sobre todo en su parte central, lo cual imposibilita el conocimiento de sus características. En su esquina suroeste se observa el arranque de otro muro que, considerando la evidente junta de separación existente entre ambos lienzos, corresponde, sin duda, a una estructura añadida a la iglesia, en línea con las opciones ya comentadas.

 

En el interior, la nave estaba cubierta con una bóveda de cañón, de la que tan sólo subsiste un fragmento de su parte oriental, y que originariamente estaba compartimentada en tres tramos por otros tantos arcos fajones. En cada muro lateral tiene adosados tres arcos formeros de medio punto, que están separados por las pilastras que sustentaban los arcos fajones. Esta estructura de arcos formeros adosados a los muros laterales es muy frecuente en las iglesias de la zona del Pallars Jussà y la Noguera, como Sant Romà de Comiols, Sant Miquel de Alòs de Balaguer, la Mare de Déu de la Plana, Sant Serni de Vall-llebrerola, Sant Miquel de Vilaplana o Sant Martí de Terrassola, entre otras. El ábside se cubre con bóveda de cuarto de esfera y está enmarcado por un estrecho arco presbiterial de medio punto en gradación. En el interior del mismo algunas juntas de los sillares presentan restos de policromía de una tonalidad rojiza, testimonio evidente del encintado original, tipo de decoración que también está presente en otros templos de la zona como Vallverd o Les Franqueses.

 

Tanto en los paramentos exteriores como en los interiores de la nave y del ábside han perdurado bastantes mechinales. El aparejo utilizado está compuesto por sillares sin pulir de tamaño mediano dispuestos en hiladas uniformes. En los arcos formeros, en las pilastras de los fajones y en la parte añadida al muro sur en el primer tramo, los sillares son de mayor tamaño, pulidos, y mejor escuadrados y colocados.

 

Sant Miquel de Grialó exhibe una formulación arquitectónica de un edificio de finales del siglo xi o principios del xii, caracterizado por una ausencia de ornamentación y fiel  a las fórmulas constructivas y espaciales de la arquitectura del siglo xi, pero con un mayor refinamiento constructivo. Las reformas comentadas que afectaron al costado meridional del edificio pueden datarse en el siglo xii.

 

Texto: Helena Soler Castán /Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Helena Soler Castán

 

Bibliografía

 

Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 202-203; Fité i Llevot, F., 1985, pp. 265-266; Fité i Llevot, F., 1986a, II, pp. 705-708; Sanahuja Vallverdú, P., 1961, pp. 170 y 318-319; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M.,1984, p. 544.