Pasar al contenido principal
x

Vista general del Despoblado de Santa Creu de Llacunes

Identificador
25208_06_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.374170, 1.203560
Idioma
Autor
Marc Estola i Tantull
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Despoblado de Santa Creu de Llagunes

Localidad
Llacunes
Municipio
Soriguera
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Despoblado de Santa Creu de Llacunes

Claves
Descripción

SORIGUERA

Soriguera se extiende por la margen izquierda del río Noguera Pallaresa, y al que se accede por la carretera N-260, en dirección a La Seu d’Urgell. El municipio se creó en 1972 cuando Soriguera anexionó Estac. Lo integran Vilamur, donde está el Ayuntamiento, Soriguera, Freixa, Rubió, Llagunes, Embonui, Puigforniu, Tornafort, Malmercat, en el centro del valle y, en la vertiente opuesta, Baro, Escós, Estac, Arcalís y Mencui. La actividad económica es la ganadería y el turismo cultural y rural, vinculado en buena parte al Parque Natural del Alto Pirineo cuya cota más alta es el Pico de Orri.

 

Se ha identificado la histórica capital de Siarb, y su iglesia de Sant Serni, con el despoblado de Santa Creu de Llagunes. Ató, el primer vizconde de Siarb documentado, dependía del conde de Pallars Jussà, en 1015. En 1030 le sucedió su hijo Bernat I, que era menor de edad, por lo que entre 1032 a 1035 ocupó sus funciones un pariente llamado Isarn. Posteriormente, en 1135, la cabecera del vizcondado pasó al castillo de Vilamur que, con la villa homónima, dio nombre a un linaje pallares, familia que fue aliada de los condes de Pallars con los que establecieron convenios. El vizcondado perteneció a los Vilamur hasta el siglo xiv.  Cuando Pedro IX murió en 1381, el vizcondado pasó a ser regido por Ramon de Anglesola, barón de Bellpuig, llamado Ramon II de Vilamur, que al morir en 1386 lo legó a su sobrino el conde Hug II de Cardona. El vizcondado continuó vinculado al linaje de Cardona hasta el enlace de Catalina de Aragón con el duque de Medinaceli en 1670, cuando pasó a la casa Medinaceli.

Despoblado de Santa Creu de Llagunes

Santa Creu de Llagunes es actualmente un despoblado al que se llega por un camino que arranca entre los kilómetros 263 y 264 de la carretera N-260. Se piensa que se podría identificar este poblamiento con la villa de Siarb y su iglesia de Sant Serni. La parroquia de Siarb figura citada en la controvertida acta de consagración de La Seu d’Urgell. En 1001 el presbítero Edo entregó a Santa Maria de La Seu d’Urgell un alodio ubicado en Siarb. En la institución de la canónica de La Seu d’Urgell en 1010 realizada por el obispo Ermengol, se confirmó la posesión de varias parroquias del valle, entre ellas la de Sant Serni de Siarb. En 1014 se menciona la villa de Llagunes en una donación que hizo el conde Guillem a su hermana Ermengardis y a su marido. El conde Guillem de Pallars la donó en 1026 a su cuñado, el vizconde Guillem de Urgell y concedió a sus habitantes el derecho a no ser juzgados por otra autoridad que por dichos vizcondes. Más tarde, en 1045, la vizcondesa Ermengarda, dio a La Seu d’Urgell, los alodios que poseía en las villas de Llagunes, Òrrid y Vagén. Poco más tarde, en su testamento de 1049, dejó a la canónica unos alodios en Priximiniana y Llagunes con la condición de que los mantuviera en vida su hijo Bernat. En 1082, el conde Artau II selló un contrato con los colonos de Llagunes para plantar viñas o árboles y ordenó dar una parte de la cosecha al monasterio. Pere de Llagunes dio en 1164 a su hermano Pere y a su mujer Estrània todo lo que poseía en el valle de Siarb. Un año después el papa Alejandro III, al igual que habían hecho sus predecesores Urbano II y Adriano IV, incluyó la iglesia de Sant Serni de Siarb entre las posesiones de Santa Maria de La Seu d’Urgell. En 1181 Pere de Vilamur, prestó homenaje de fidelidad al obispo Arnau y a los canónigos de Urgell y prometió no perjudicar los bienes que poseían en el valle de Siarb. Más tarde, en 1204, Guillem de Malmercat entregó al monasterio de Gerri media coromina como tierra de cultivo de Llagunes.

 

Santa Creu de Llagunes, el despoblado más alto de Cataluña, presenta una secuencia de utilización ininterrumpida desde un primer asentamiento que se ha datado entre 1500 y 1100 a. C.  Entre los siglos xii y xiii fue una villa medieval con murallas, iglesia y torre defensiva, que finalmente fue abandonada en una fecha desconocida entre finales del siglo xiii y mediados del xiv, cuando la población se trasladó al actual pueblo de Llagunes. La última ocupación puntual se dio en 1938 durante la Guerra Civil española.

 

El conjunto arqueológico ocupa la cima del tozal de la Santa Cruz o Cabo de las Culties y ocupa una superficie de 4.520 m cuadrados con un perímetro casi rectangular de 270 m. Sin embargo, el espacio ocupado por el despoblado es de 2.500 m cuadrados cerrados por un muro de 1 m de ancho realizado con ripio. El perímetro amurallado mide 198 m ‒56 m el lado norte, 58 m el este, 46 m el sur y 38 m el oeste‒. Los límites norte y noreste coinciden con el inicio de un barranco y en la zona oriental y occidental se hallan sendos fosos excavados en la roca. En el tramo de la muralla noreste, en la que se identifican dos fases constructivas, hay una torre circular, además de los restos de una segunda torre avanzada más pequeña. Completan la estructura defensiva un mínimo de dos torres defensivas más, a mediodía, las cuales flanquean la puerta de acceso principal. En la parte exterior del recinto, hay muros y contrafuertes. Desde el portal de entrada se accedía al interior del poblado que estaba articulado por unos estrechos callejones irregulares. Los restos de las construcciones visibles se alzan sobre los estratos de piedra caliza que forman la plataforma superior de la elevación, y que presenta una pendiente de más de 10 m de desnivel. En el interior había dos rediles de piedra para encerrar el ganado, que parecen haber sido comunales y una parte estaría cubierta. También se conservan restos de los muros de diferentes viviendas de dos o tres estancias de 10 m por 5 m, con un fuego central y un pequeño horno en la esquina. Casi todas las casas se apoyan en la muralla defensiva y cuentan con unos paramentos con un grosor de unos 0,70 m. El pavimento está realizado con tierra pisada. La cubierta es de una sola pendiente y estaba realizada con vigas, ramaje y losas planas ligadas con fango.

 

En la parte más alta del despoblado, en el sector noreste, se situaban la iglesia y una torre circular de vigilancia de 4,65 m de diámetro y una altura de 1,2 m, que pudieron ser construidas entre los siglos x y xi. El aparejo utilizado en los paramentos de la torre y de la pequeña iglesia, que podría estar relacionada con el castillo del lugar, está formado por piedras de tamaño dispar y formas irregulares, escasamente labradas dispuestas en hiladas poco uniformes. Por su emplazamiento dominante, estas construcciones probablemente formaban parte de un recinto más complejo y con un carácter de dominio por encima del resto del poblado.

 

En el curso de las excavaciones arqueológicas que se llevaron a cabo entre 1993 a 2001 permitieron obtener información para la posterior reconstrucción completa de la iglesia, de la que no quedaban sino las hiladas inferiores de sus muros perimetrales. Se trataba de un edificio que presentaba una planta compuesta por una nave rectangular de 7 m de largo por 2,6 m de ancho, y un ábside semicircular precedido por un arco presbiterial que facilitaba la transición entre ambos espacios. La cubierta de la nave sería una estructura de madera y losas de pizarra a dos aguas, mientras que la del ábside contaría con la habitual bóveda de cuarto de esfera. La puerta estaba situada en el tramo occidental del muro sur. En el interior de la nave, se identificaron los restos de dos bancos corridos adosados a los muros laterales.

 

El material encontrado en las excavaciones arqueológicas está expuesto en el Museo Monográfico del Despoblado de Santa Creu de Llagunes.

Texto y fotos: Marc Estola i Tantull

 

Bibliografía

 

Baraut i Obiols, C., 1980, p. 96; Baraut i Obiols, C., 1981, pp. 100-101 y 181, Baraut i Obiols, C., 1982, pp. 84-85, 113-114 y 149-150; Baraut i Obiols, C., 1990-1991, pp. 36-37, 113-114, 123-125 y 274-275; Bolós i Masclans, J., 1998, pp. 134-136; Bolós i Masclans, J., 2000, pp. 118; Bringué i Portella, J. M. et alii, 2001, pp. 188-189; Campillo Quintana, J., 2007, p. 183; Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI (II), p. 1449; Catalunya Romànica, 1984-1998, xv, pp. 296-298; Coy i Cotonat, A., 1906 (2005), pp. 189 y 316; González Pérez, J.-R., 1998a, p. 45; Piqué Subirana, J. L., Català Tricó, X. y Tutusaus i Graus, J., 2008, II, p. 69; Puig i Ferreté, I. M., 1991, I, p. 310; Puig i Ferreté, I. M., 1991, II, pp. 21-22 y 138-139; Rella i Foro, F., 1994, pp. 113-114; Sánchez i Vilanova L., 1996, I, p. 44; Valls i Taberner, F., 1915-1916, pp. 25 y 71-72; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1987-1990, I, p. 142.