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Vista general desde el noreste de Santa Pelaia de Perles

Identificador
25908_07_010
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.162043, 1.387324
Idioma
Autor
Esther Solé Martí
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Pelaia de Perles

Localidad
Figols i Alinyá
Municipio
Figols i Alinyá
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Pelaia de Perles

Descripción

FÍGOLS I ALINYÀ

Capilla de Santa Pelaia de Perles

La capilla de Santa Pelaia se encuentra en un claro al Este del bosque de Perles, fácilmente accesible a través de la pista que arranca al Norte, entre los kilómetros 16 y 17 de la carretera L-401, a la altura del Coll de Boix.

 

Dicha capilla no es mencionada explícitamente en la documentación conservada de época medieval, pese a que el topónimo Perles sí es habitual. No es hasta la visita pastoral de 1758 que aparece la primera referencia.

 

Se trata de un sencillo edificio de una sola nave de dos cuerpos, de los que el occidental es un añadido posterior, apreciable tanto en la planta como en el alzado, sobre todo por  la irregularidad de su aparejo y la desviación respecto al eje longitudinal de la nave original. La cabecera de la parte primigenia está compuesta por un ábside semicircular, de menor altura y anchura que la nave, con un liso paramento exterior, en el centro del cual se abre una ventana de doble derrame y arco de medio punto tan sólo al interior, pues exteriormente se muestra como un vano casi rectangular compuesto por piezas de piedra toba. Los muros laterales, que son lisos y carecen de ventanas, muestran en su aparejo las diferentes fases y reformas del edificio. Así, coincidiendo con el espacio presbiterial, se aprecian un fragmento de lienzo que sobresale ligeramente del nivel del esto del muro septentrional, y, en la esquina oriental del meridional, un tramo en el que se utilizan sillares de piedra toba bien trabajados, escuadrados y cuidadosamente dispuestos, que contrastan con la irregularidad, tanto en forma como en disposición, del grueso mampuesto del ábside. En el resto del lienzo sur del tramo románico se observan otros dos tipos de aparejo, que son testimonio de reformas o reparaciones en el edificio. El irregular sillarejo de la parte inferior es sustituido en el tercio superior por piedras planas y alargadas, sin trabajar, de diversos tamaños y colores. Por encima del sector oriental de este rudo aparejo se conservan los restos de una tosca moldura que debía de ser la cornisa primitiva. Por encima de ella, se observa una parte del muro añadida cuando se sobrealzó la cubierta del templo, modificación que es especialmente apreciable en el frontis septentrional de la nave, sobre el ábside. La techumbre sobre la nave es de doble vertiente y, al igual que la cónica del ábside, está compuesta por moderna teja árabe. No se ha conservado la fachada oeste original, que fue eliminada cuando, en época moderna, se añadió el cuerpo occidental.

 

La diferencia entre este espacio y el propiamente dedicado a la capilla es más evidente en el interior, pues el cuerpo occidental presenta muros enlucidos y cubierta de teja sobre vigas de madera, mientras que los paramentos del cuerpo oriental, más estrecho que el primero, son de piedra vista, dispuesta en hiladas regulares, además de estar cubierto con una bóveda de cañón ligeramente apuntada. Un arco apuntado de menor altura que la nave articula la transición entre ésta y el hemiciclo absidal, el cula se cubre con bóveda de cuarto de esfera ligeramente apuntada. La uniformidad y relativamente cuidada disposición del aparejo interior contrasta con la irregularidad descrita del exterior.

 

La construcción de esta capilla podría situarse a caballo de los siglos xii y xiii, con formas sumamente modestas que concuerdan con la arquitectura religiosa de ámbitos rurales durante la Edad Media.

 

Lipsanoteca

 

En las peregrinaciones que aún se celebran a esta capilla se adoran las reliquias custodiadas en una pequeña lipsanoteca de madera aparecida en el soporte del altar durante las tareas de adecuación del conjunto. Se trata de una pequeña caja cilíndrica cuyo interior está vaciado y torneado, en forma también cilíndrica, y que se cierra con una tapa encajada.

 

La pieza presenta un estado de conservación generalmente bueno, pese a ciertos desperfectos en la tapadera fractura y reincorporación parcial de madera mediante colas y también en el cilindro tres fisuras verticales recorren la práctica totalidad del relicario. El cuerpo de la lipsanoteca presenta una sencilla decoración incisa, consistente en tres líneas paralelas y equidistantes acompañadas por una línea zigzagueante entre las dos inferiores. La tapadera encaja perfectamente en el cilindro gracias a la reducción tallada de forma más o menos regular de su sección inferior. La irregularidad del encaje de la tapadera explica la mella bastamente marcada en el borde de la lipsanoteca, pues permite el funcionamiento del mecanismo y a la vez el bloqueo de la tapadera cuando el relicario está cerrado. Además, la parte superior de la tapadera es tallada y torneada, rebajada del borde exterior hacia el centro, donde se eleva un asa troncocónica, de sutil volumen. Los bordes de la tapadera son redondeados y desgastados, mientras que los del tarro presentan un discreto bisel para facilitar el encaje de la tapadera.

 

Este elemento custodia pequeñas reliquias óseas dentro de una bolsa de pana roja, y ante la falta de documentos sobre su procedencia o circunstancias del depósito en la capilla no se puede ofrecer una datación concreta, aunque la existencia documentada de obras de características similares, como la de Sant Julià de Vilatorta permite situar esta lipsanoteca entre los siglos xi y xiii.

 

 

Texto: Esther Solé Martí/Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Esther Solé Martí

 

Bibliografía

 

Catalunya romànica, 1984-1998, vi, pp. 210-212; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, pp. 107-108.