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Vista general de Sant Romà de Valldarques

Identificador
25077_01_090
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.150129, 1.226459
Idioma
Autor
Fernando Arnó García de la Berrera
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Romà de Valldarques

Localidad
Coll de Nargó
Municipio
Coll de Nargó
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Romà de Valldarques

Descripción

COLL DE NARGÓ

Iglesia de Sant Romà de Valldarques

Entre los kilómetros 26 y 27 de la carretera L-511 se ha de tomar una pista hacia el Sur, y seguir las indicaciones hacia Valldarques, donde se llega tras recorrer 1,5 km. La iglesia se encuentra, junto al cementerio, a la entrada del pueblo.

 

De esta iglesia dedicada a san Román no hay noticias hasta mediados del siglo xiii, cuando se indica que estaba vinculada al obispado de Urgell.

 

Se trata de un edificio que presenta una planta compuesta por una nave rectangular, algo irregular, un ábside semicircular y una torre campanario adosada en el muro norte, a la altura del presbiterio y del primer tramo de la nave. Simétricamente respecto a la torre, en reformas acometidas con posterioridad, se anexó al muro sur una sacristía. El paramento exterior del ábside es liso, en su centro se abre una ventana de doble derrame y arco de medio punto, y está coronado por un friso con una singular decoración compuesta por la alternancia de sillares colocados en posición vertical y espacios vacíos, lo que, mediante el juego de luces y sombras que provoca, dota a este lienzo de una cierta plasticidad y dinamismo. Este friso se prolonga por la parte superior del tramo oriental del muro lateral norte. La cercana iglesia de Sant Martí de la Plana cuenta con un motivo ornamental similar, pero de ejecución mucho más ruda, el cual, posiblemente, se inspiró en el de Valldarques. Por otra parte, el uso de una secuencia de elementos verticales recuerda, salvando las distancias, a los frisos de rollos que ornan los ábsides de las iglesias del Serrablo. Por encima del friso, la cornisa, está formada por una moldura biselada de piedra toba.

 

La puerta, que se localiza en el muro meridional, está formada por dos arcos de medio punto en degradación. Hasta hace unos años estuvo flanqueada por dos contrafuertes que fueron eliminados y de los que todavía se aprecia la huella en el paramento. Un tercer contrafuerte, muy potente y en forma de talud, todavía refuerza el tramo oriental del muro, entre la sacristía y el ábside. La fachada oeste y el muro norte son totalmente lisos. En lo alto de la primera se abre un óculo. La techumbre, realizada con losas de piedra es de doble vertiente sobre la nave y troncocónica en el ábside.

 

Junto con la peculiar decoración del ábside, el elemento más destacado del edificio es su esbelta torre campanario de planta cuadrada, que se compone de cuatro alturas sobre un tosco zócalo. El primer nivel, que ocupa prácticamente la mitad de la torre y llega hasta la cúspide del tejado a dos aguas que cubre la nave, es liso y tan sólo cuenta con dos pequeños vanos, estrechos y alargados, situados en el centro de la parte superior, en las caras este y oeste. En las cuatro caras de los siguientes dos pisos se abren sendas ventanas geminadas, algunas de ellas total o parcialmente cegadas, con arcos que se apoyan en pilares centrales con capiteles mensuliformes, algunos de los cuales, en el tercer piso, están decorados con puntas de diamante. Todas estas aberturas quedan enmarcadas por sendas estructuras rectangulares delimitadas por los resaltes laterales del muro y coronadas  por frisos de dos arquillos ciegos, en el segundo piso, y de cuatro, más pequeños, en el tercero. Las ménsulas en las que se apoyan los arquillos ciegos están decoradas con bolas, rostros humanos, o cilindros en posición horizontal. Finalmente, el registro superior está perforado por cuatro parejas de óculos, una por frente, que también están enmarcados bajo dos arquillos ciegos. También cuentan con óculos en el nivel superior los campanarios de Saint-Michel de Cuxa, Sant Pere de Rodes y Santa Cecília de Molló. Corona la torre una cornisa formada por una moldura biselada y, sobre ella, un tejado piramidal de planas losas de piedra.

 

Enmarcados por los arquillos de la ventana del segundo registro de la cara septentrional, se conservan unos interesantes fragmentos de pintura mural con motivos esquemáticos de color rojo sobre fondo blanco. Entre los mismos se distinguen composiciones en forma de espiga, círculos concéntricos, líneas en zigzag, estrellas o flores inscritas en círculos. La importancia de estos restos radica en la escasez de testimonios conservados de este tipo de ornamentación pictórica en el exterior de los edificios. Dentro del ámbito catalán, además de los restos de policromía conservados en los campanarios de Santa Maria y Sant Climent de Taüll, se puede citar la existencia de decoración pictórica exterior en la primera portada del monasterio de Ripoll, en la norte de Sant Joan de Boí, en el ábside de Sant Miquel de Fontanet (Segarra) o la recientemente descubierta en una ventana y bajo los arquillos ciegos del exterior del muro sur de Santa Maria de la Clua (Pallars Jussà).

 

En el interior, que se encuentra enlucido casi en su totalidad, la nave está cubierta por una bóveda de cañón, que arranca de una imposta biselada y que está reforzada por tres arcos fajones, apoyados en pilastras, que determinan tres tramos. El ábside, que se cubre con la habitual bóveda de cuarto de esfera, queda aislado del resto del templo por un tabique-retablo añadido con posterioridad al objeto de convertir el hemiciclo absidal en una sacristía. Está precedido por un arco que, junto al arco fajón más oriental, delimitan un espacio presbiterial. A los pies del templo se añadió en época moderna un coro elevado.

 

El aparejo utilizado, por lo general, está compuesto por sillares de tamaño pequeño dispuestos en hiladas uniformes. Sin embargo, en el campanario se aprecia una mayor diversidad de materiales, pues si bien en el nivel inferior se recurre al sillarejo escasamente labrado, pero colocado en hiladas más o menos regulares, en los pisos superiores se observan sillares y dovelas bien trabajados y escuadrados realizados en piedra toba. En todo el edificio se distribuyen numerosos mechinales, que son especialmente abundantes en la torre y en el muro sur de la nave.

 

Se ha datado la construcción de este edificio en el siglo xii.

 

 

 

Texto: Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Fernando Arnó García de la Berrera/Christine Terrier - Planos: Christine Terrier

 

Bibliografía

 

Ainaud de Lasarte, J., 1972; Baraut i Obiols, C., 1981, pp. 86-90; Baraut i Obiols, C., 1984-1985b, pp. 58-59; Baraut i Obiols, C., 1988-1989, pp. 86-87; Bertran i Roigé, P., 1979a, p. 282; Catalunya Romànica, 1984-1998, VI, pp. 190-192; Galtier Martí, F., 1983; Gurri i Serra, F., 1966; Junyent i Subirà, E., 1976, p. 260; Puig i Cadafalch, J., 1930, pp. 437-439; Riu i Riu, M., s. d.; Tragó, P., 1982, p. 35; Vall i Rimblas, 1978, pp. 11-12; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, pp. 88-90.