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Vista general desde el sureste de Sant Serní del Vall-llebrerola

Identificador
25034_22_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.941301,1.0829517
Idioma
Autor
Helena Soler Castán
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Serni de Vall-llebrerola

Localidad
Vall-Llebrerola
Municipio
Artesa de Segre
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Serní del Vall-llebrerola

Descripción

ARTESA DE SEGRE

Iglesia de Sant Serni de Vall-llebrerola

Esta pequeña aldea, casi deshabitada y cercana a Vall-llebrera, destaca por la conservación de su vieja estructura urbana, que está conformada por una sola calle, cuyas casas, en su parte externa, antiguamente hacían las veces de recinto amurallado, y por preservar algunos vestigios medievales, como arcadas y ciertos materiales reaprovechados, todo lo cual le confiere una imagen que parece anclada en el pasado. La iglesia dedicada a san Saturnino está emplazada, plenamente integrada en el paisaje,  en uno de los extremos de la localidad, mientras que en el otro aún se alza el primitivo portal de acceso a la población. Saliendo de Artesa de Segre en dirección a Tremp por el puerto de Comiols, a unos 5 km se encuentra Vall-llebrera y, poco después, a 1 km empieza la pista que lleva a Vall-llebrerola, situada en la margen izquierda del torrente de Segués.

 

La primera noticia que hace referencia a la iglesia de Sant Serni data de 1053, momento en el que el templo consta incluido en una dotación a favor de la canónica de Sant Miquel de Montmagastre por parte de Arnau Mir de Tost, su mujer Arsenda y su hijo, Guillem Arnau. En 1106, la iglesia de Sant Serni se vio implicada en un pleito entre el prior y canónigos de Montmagastre con un tal Berenguer Bernat de Vall-llebrerola, que se había adueñado de aquella, y que finalmente concluyó con una sentencia favorable al priorato. El papa Alejandro III confirmaba las posesiones de la abadía de Sant Pere de Àger a través de dos bulas, fechadas respectivamente en 1162 y 1179, en las cuales formaba parte como sufragánea la parroquia de Vall-llebrerola. En el año 1373, la iglesia continuaba bajo la protección de la abadía de Àger, y más tarde de la colegiata arciprestal, bajo el mismo patronato de Sant Pere. Esta vinculación con el arciprestazgo perdurará hasta la época moderna.

 

La iglesia se asienta sobre un montículo, rodeada por su lado meridional por el recinto que delimita un campo santo. Es un sencillo edificio formado por una sola nave con una cabecera constituida por un ábside semicircular en el que se concentra toda la decoración de la obra, ya que el resto de las fachadas aparecen despojadas de cualquier ornamento escultórico o estructural, lo que contribuye a acentuar el sentido austero y sobrio del templo. El ábside está decorado exteriormente con seis lesenas que delimitan cinco entrepaños coronados por sendos grupos de dos arquillos ciegos de medio punto que descansan sobre unas ménsulas de forma trapezoidal, dos de las cuales, la del grupo central y la primera del lado septentrional, incorporan esculpido un motivo geométrico muy sencillo cuya forma no deja de tener cierto parecido a una seta. En el entrepaño central se abre una ventana de medio punto y doble derrame. Culmina el ábside, por encima de los arquillos y sosteniendo la cornisa, una moldura de sección trapezoidal sin bisel.

 

En el centro del frontispicio oriental, sobre el ábside, se encuentra una ventana de medio punto. Los muros laterales, que son lisos, cuentan con sendas parejas de ventanas de doble derrame y con arco de medio punto, alineadas a una misma altura, y en las que se observa una cierta diferencia entre la factura de las septentrionales, más rústicas, respecto a las meridionales, mejor trabajadas. En la parte superior de ambos paramentos, así como del frontispicio este, se aprecia un cambio de aparejo que pone de manifiesto que la nave fue sobrealzada en fecha posterior.

 

La sencillez es también la nota característica de la fachada occidental, en la que se abre la única portada, la cual está formada por un arco de medio punto monolítico. Una ventana con arco de medio punto por encima de la puerta y un orificio cuadrado, que más parece una hornacina, al sur de esta son los únicos elementos que rompen la monotonía de este paramento. Culmina el frontis un campanario de espadaña de un solo vano, restaurado en el siglo xix.

 

Los paramentos están realizados con sillares alargados, que en algunos casos alternan con piedras de menor tamaño, dispuestos en hiladas no siempre regulares ni homogéneas, unidos con mortero. Mientras que la techumbre del ábside está constituida por losas, en la de la nave se utiliza la teja árabe.

 

El interior del templo es, asimismo, de una gran austeridad, pues carece de cualquier tipo de ornato escultórico. El ábside, cubierto por una bóveda de cuarto de esfera, está enmarcado por un arco presbiterial en gradación. La nave, por su parte, se cubre con una bóveda de cañón. Los muros laterales están estructurados mediante la presencia de sendas parejas de arcos formeros adosados de medio punto, de los que el situado en el lado noroeste presenta unas dimensiones ligeramente más reducidas, tanto en altura como anchura. Un banco corrido discurre a lo largo de los muros laterales por debajo de los arcos formeros. Esta estructura de arcos formeros adosados a los muros laterales, normalmente con la presencia de un banco corrido, es muy frecuente en las iglesias de la zona del Pallars Jussà y la Noguera, como Sant Romà de Comiols, Sant Miquel de Alòs de Balaguer, la Mare de Déu de la Plana, Sant Miquel de Vilaplana o Sant Martí de Terrassola, entre otras. En el lienzo meridional del primer tramo de la nave se halla una pequeña hornacina de forma rectangular. Los paramentos interiores se encuentra encalados por en su totalidad. La técnica constructiva se caracteriza por el uso de sillares rectangulares dispuestos en hiladas uniformes, de los cuales los del nivel inferior son de mayor tamaño.

 

La iglesia está concebida plenamente dentro de las formas espaciales y constructivas que caracterizan a la arquitectura del denominado primer románico, por lo que puede considerarse como una obra de finales del siglo xi.

 

Texto y fotos: Helena Soler Castán - Planos: Marc Santacreu Ortet

 

Bibliografía

 

Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 194-195; Sanahuja Vallverdú, P., 1961, pp. 170-171; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984, pp. 417-418.