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Cabecera de Sant Cebrià de Mollet

Identificador
17106_03_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.360409, 2.999761
Idioma
Autor
Carmen Ropero Mochales
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Cebrià de Mollet

Localidad
Mollet de Peralada
Municipio
Mollet de Peralada
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Cebrià de Mollet

Descripción

MOLLET DE PERALADA

 

El municipio de Mollet de Peralada fue conocido hasta 1984 como Mollet d’Empordà. Su término ocupa terrenos ligeramente ondulados en los primeros contrafuertes de la sierra de la Albera, e incluye, además del pueblo de Mollet, el vecindario de las Costes y los caseríos de Casaloca o Cagaloca. Se accede al lugar por la carretera GIP-6022 que parte de Sant Climent Sescebes, o por la GIP-6021 que va de Peralada a Espolla.

 

Por el testamento de Ponç Hug de 1078 sabemos que los límites del condado de Peralada quedaron reducidos, pasando a ser sólo un señorío con dominios sobre lugares entre los que se encontraba Mollet. En un listado de las posesiones infeudadas del monasterio de Sant Quirze de Colera, que se data hacia el último cuarto del siglo xi, aparece la anotación de un alodio de la villa de Mollet, que estaba en poder de Ramon Guillem, vizconde de castri Birtini. Constan donaciones a la canónica de Santa Maria de Vilabertran en 1093. A finales del siglo xiv se acrecentó la presencia feudal del monasterio de Sant Quirze de Colera al adquirir al doncel Berenguer Sord, de Vilanova de la Muga, por 25 mil sueldos, el lugar de Mollet con sus mansos y todas las servitudes y derechos de sus habitantes.

 

Sant Cebrià de Mollet

 

La iglesia de Sant Cebrià de Mollet se encuentra en el centro del pueblo en una ligera elevación del terreno. Hay referencias a ella desde épocas muy remotas. Mencionado entre las posesiones del monasterio de Colera en el falso precepto carolingio del 844, Montsalvatja relata que un siglo más tarde Sancti Cipriani in Moleto sí fue otorgado, en un jucio, a la abadia de Sant Quirze. Más tarde, en 1093, el obispo gerundense Berenguer Guifré hizo donación a la canónica de Santa Maria de Vilabertran del templo, junto con las iglesias de Santa Maria de l’Om y Sant Martí de Masarac. Se volverá a citar la ecclesia de Moleto y la ecclesia Sancti Cipriani de Moleto en las Rationes Decimarum Hispaniae de 1279 y 1280. Seguirá apareciendo mencionada en los nomenclátores de las parroquias de la diócesis del siglo xiv y posteriores. Actualmente sigue teniendo categoría de parroquia.

 

La iglesia que observamos proviene de las modificaciones realizadas al templo románico primitivo en los siglos xvii y xviii. Se trata de un edificio de una sola nave orientado al Este, con el ábside semicircular, principal elemento románico que se conserva, cubierto con bóveda de cuarto de esfera, levantado con sillares graníticos de buen tamaño, bien trabajados. En el centro se abre una ventana de medio punto, de doble derrame y está rematado por una cornisa en caveto. Se considera una obra del siglo XII o inicios del XIII. También se aprecian restos románicos en el muro sur, junto a la capilla lateral: se trata de una ventana de doble derrame con arco de medio punto monolítico, que actualmente está tapiada en el interior. Destacamos también la presencia de elementos de la cornisa en caveto que se observan en el muro sur, que corresponden asimismo a la etapa románica.

 

En los siglos xvii y xviii, la nave primitiva se prolongó hacia poniente, donde se levantó una nueva portada. También se adosaron capillas laterales y una sacristía, se sobrealzó el templo y se fortificó. Se completó el conjunto con una torre campanario con un cuerpo de base cuadrada y otro octogonal, con aberturas apuntadas.

 

El interior presenta un aspecto de estética barroca, con los muros encalados y las cornisas y molduras de color gris. La zona del ábside conserva visible el aparejo románico al igual que el arco presbiteral. La cuenca absidal y la bóveda de la nave están decoradas con pinturas modernas. El aparejo del ábside está constituido por sillares de granito de tamaño grande y buena factura dispuestos en hiladas regulares a soga y tizón, que son visibles hasta el arranque de la cuenca absidal. 

 

A pesar de las modificaciones, consideramos que las estructuras románicas que se conservan se pueden datar hacia la segunda mitad del siglo xii o ya en los inicios del xiii.

 

Texto: Montse Jorba i Valero – Fotos: Carmen Ropero Mochales-Montse Jorba i Valero – Planos: Núria Dolors Vila Costa

 

 

Bibliografía

 

AA. VV., 1995, p. 108; Badia i Homs, J., 1971-1981, II-A, pp. 271-272; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 571-572; Cingolani, S. M., 2011, pp. 101, 221-222, 225-227, 383-386, 403-404, 416, 611-615; Gifré i Ribas,  P., 2000, p. 310; Golobardes i Martí, M., 1959, I, p. 34; Pons i Guri, J. M., 1964-1965, p. 53; Montsalvatge i Fossas, F., 1908.