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Fachada de la antigua iglesia de Santa María del Collel

Identificador
17162_06_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.1503247,2.6562674
Idioma
Autor
Montse Jorba i Valero
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa María del Collel

Localidad
Sant Ferriol
Municipio
Sant Ferriol
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa María del Collel

Descripción

Santuario e Iglesia de Santa Maria del Collell

 

La iglesia de Santa Maria del Collell se encuentra junto al santuario del mismo nombre en un enclave cercano a la localidad de Banyoles, a unos 20 km de Olot. Pertenece a la parroquia de Torn, en el límite de las comarcas de la Garrotxa y el Pla de l’Estany. Se accede desde la carretera GI-524, que va de Banyoles a Olot. Justo después de pasar Mieres, tomaremos la carretera GIV-5243, que al cabo de 4 km nos conducirá al Collell.

 

La tradición cuenta que, hacia el año 780, el barón de Cartellà donó una extensión de terreno para que se levantase una capilla en honor a la Virgen en agradecimiento por la sanación de uno de sus hijos. Al margen de la leyenda, la primera noticia documentada del lugar data del año 1198 y refiere la dependencia del priorato benedictino de Santa Maria del Collell del monasterio de Sant Pere de Besalú. En 1256 se menciona el lugar del Collell bajo el dominio directo del señor de Falgons, Arnau de Cartellá. El priorato se extinguió el 1405, momento en que se encargaron de la casa sacerdotes diocesanos, nombrados por el obispo de Girona. Los terremotos del siglo xv y las guerras provocaron el abandono de la iglesia, hasta que en 1483 un personaje llamado Miquel Noguer tuvo una visión de la Virgen, y se reabrió de nuevo el santuario, que llegó a recibir protección pontificia por parte de Inocencio VIII, y luego también protección real. Ya en el siglo xix, en 1852, se edificó un seminario. Años más tarde, en 1876, se convierte parte del seminario en un colegio de segunda enseñanza, agregado al Instituto Provincial de Girona. Entre los años 1912 y 1949 se levantó un nuevo santuario al lado de la iglesia medieval, obra del arquitecto Renom.

 

El recinto fue ocupado durante la Guerra Civil, destruyéndose las imágenes de los altares, a excepción de la Virgen, que se salvó de la destrucción. Las instalaciones de la escuela fueron utilizadas por los republicanos como cuartel de instrucción, y como prisión. Al término de las Guerra Civil, se volvieron a poner en marcha las tareas educativas que se prolongaron hasta 1998. Actualmente, el santuario incluye una casa de colonias, una hospedería y un complejo lúdico-deportivo.

 

En origen, la iglesia del Collell constaba de una sola nave cubierta con bóveda de cañón apuntado y pequeños arcos fajones. A ambos lados de dicha nave se abrieron varias capillas, la mayoría en época gótica. En el siglo xvi, entre 1550 y 1570, se llevaron a cabo varias obras de ampliación. Más adelante, en 1670, se construyó una nueva portada de gusto clasicista, obra del maestro gerundense Llàtzer Cisterna.

 

 

Virgen del Collell

 

En el camerino del santuario de Santa Maria del Collell se venera una talla románica de la Virgen con el Niño. Se trata de una talla de madera policromada, con unas medidas de 85,5 x 51 x 33 cm

 

Corresponde al modelo de la Sedes Sapientiae, que representa la figura de la Virgen entronizada y vestida con casulla, manto y corona, con el Niño sentado en su regazo, mirando ambos de frente. Según T. Heilbrohner, la casulla representa a María como símbolo de la Iglesia jerarquizada o institucionalizada, y también alude al concepto de María como sacerdote o ministerio sacerdotal, idea que se irá extendiendo a partir del siglo xii.

 

La imagen, muy dañada por los añadidos estéticos que acumuló en el transcurrir del tiempo, fue estudiada y restaurada en el Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya en el año 1992. Esta intervención supuso la supresión de una especie de casquete que cubría la cabeza de la Virgen, lo cual le devolvió su aspecto inicial al recuperar la corona que se puede observar actualmente. Del mismo modo, descubrió que los brazos de la Virgen y la mano derecha del Niño no son originales, y que la postura del Niño tampoco era la original. Se puso de manifiesto que bajo la capa de pintura, subyacían varias capas fruto de repintados anteriores correspondientes a distintos siglos. Los tipos de pigmentos encontrados permitieron saber a qué época correspondían; sólo la pintura de las cejas y las rodillas de la Virgen son originales de la época románica.

 

El aspecto actual de la Virgen nos la muestra con túnica bermellón, de escote redondo, y manto y velo azul cobalto que corresponden a un repinte del siglo xvi. Cabe dejar constancia de la práctica desaparición de la parte superior del manto, debida a la mutilación padecida que comportó posteriormente el añadido de los brazos que vemos en la imagen. La parte inferior del manto conserva el formato original a base de pliegues en forma de V que descienden desde las rodillas.

 

La virgen lleva corona de madera, que conserva restos de policromía. Pensamos que en alguna de las intervenciones se eliminó o se recortó el trono, lo que se advierte al compararlo con otras imágenes de la misma época y el bloque de madera que se le añadió en la última intervención para estabilizar la imagen.

 

El Niño destaca por sus dimensiones algo desproporcionadas en relación a la madre. Viste túnica azul cobalto y manto togado en rojo con pliegues similares a los del manto que viste la Virgen. Se supone que debía bendecir con la mano derecha mientras que sostiene el Libro con la izquierda.

 

Las facciones de ambos permiten observar unos ojos almendrados, bajo finas cejas, nariz alargada y labios delgados que confieren al conjunto el hieratismo habitual en estas imágenes.

 

A. Noguera i Massa clasificó esta imagen en el grupo que denominaba “bizantino”, y sugirió su elaboración en unos hipotéticos talleres vinculados al obispado de Girona. Por sus características iconográficas, podemos emparejar la talla con las vírgenes de la colección Viader (Pla de l’Estany), de All (Cerdanya), Puigdalder (Garrotxa), Ullà (Baix Empordà) o Pruneres (Garrotxa), entre otras. Su datación se sitúa hacia el último tercio del siglo xii.

 

Textoy fotos: Montse Jorba Valero

 

 

Bibliografía

 

AA.VV., 1990; AA.VV., 1997, p. 243; AA.VV., 2008, pp. 278, 307, 372; Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 329-330; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, XVI; Murlà i Giralt, J., 1983, pp. 16-17; Noguera i Massa, A., 1977; Sala i Canadell, R. y Olavarrieta i Santafé, J., 1987, pp. 170, 177.