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Fachada oeste de Sant Romà de Joanetes

Identificador
17207_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.116697,2.4417718
Idioma
Autor
Montse Jorba i Valero
Sol Riera Alier
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Romà de Joanetes

Localidad
Joanetes
Municipio
Vall d'en Bas
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Romà de Joanetes

Descripción

Iglesia de Sant Romà de Joanetes

 

La iglesia parroquial de Sant Romà se encuentra en el vecindario de Joanetes, que fue anexionado al municipio de la Vall d’en Bas. El pueblo confronta al Este con los cingles (escarpes) de Falgars y la sierra del Mont, y al Norte con el Puigsacalm y Santa Magdalena del Mont. Se puede acceder, desde el Sur, por la carretera C-37 que conduce a Sant Esteve d’en Bas. Al llegar a la rotonda tomaremos la dirección hacia Olot, y enseguida nos desviaremos a la izquierda hacia Can Trona y Joanetes, por la carretera GIV-5273.

 

La primera referencia al lugar data del año 898, en un precepto de Carlos el Simple; luego vuelve a aparecer en otro documento de 957. Sin embargo, no es hasta el año 1150, con motivo de la consagración de la iglesia del monasterio de Sant Joan de les Abadesses, que se menciona la iglesia de Sancti Romani de Jonates como posesión del citado cenobio. Más adelante, en los años 1279 y 1280, aparece citada en las Rationes decimarum como contribuyente a las cruzadas, y en el siglo xiv, en concreto en 1362 consta también el templo en la relación de iglesias de la diócesis de Girona en el Llibre Verd, al igual que en los nomenclátores de finales de siglo. Los terremotos de 1427 y 1428 causaron una destrucción parcial de la iglesia, que tuvo que ser reparada después. En el siglo xviii se llevaron a cabo obras de ampliación, que perduraron hasta el siglo xix. Ya en el siglo xx, en concreto en 1910, se efectuó una nueva reforma, en este caso del campanario.

 

Se trata de un edificio que, a pesar de las diversas modificaciones, conserva varios elementos románicos. En la etapa inicial, constaba de una nave con una torre campanario de planta cuadrada, situado en el Este, junto al ábside. Más adelante se modificó la zona presbiteral y se abrieron añadieron capillas laterales, propiciando la estructura en planta del edificio actual, que consta de tres naves y un ábside rectangular.

 

La observación del paramento pone de manifiesto las distintas fases constructivas ya mencionadas. El del centro de la fachada de poniente, a base de sillares de tamaño mediano de buena factura, dispuestos en hiladas regulares, muestra claramente el límite del edificio románico inicial. El resto del aparejo difiere según las etapas. En la misma fachada encontramos el sector meridional con un aparejo de piedras sin cortar trabadas con abundante argamasa, que corresponde a la ampliación desde el muro sur, mientras que en el sector norte, la fachada de poniente muestra piedras de distinto tamaño y calidad dispuestas en hiladas más o menos regulares.

 

La puerta de acceso es rectangular, cerrada por un arco de medio punto con la única decoración de un sogueado. A continuación, dos arquivoltas en gradación de época moderna descansan sobre los ábacos de dos parejas de capiteles con decoración vegetal y geométrica. Estos apoyan sobre columnas de fuste cilíndrico que a su vez descansan sobre unas sencillas basas, montadas sobre unos pedestales cuadrangulares. Los capiteles interiores presentan el ábaco decorado con una cenefa romboidal, bajo la cual vemos un friso decorado con arquillos ciegos y unos pomos o botones en los ángulos. Justo en la zona central del friso, resalta una especie de escudo trapecial con decoración de espirales en la parte superior y una hoja cordiforme en el centro. El fondo de la cesta muestra una decoración de escamas lisas al igual que el collarino de factura lisa y sencilla. Los capiteles exteriores son de tradición corintia, y en este caso el ábaco presenta una decoración de botones o perlas. De cada ángulo emergen tres hojas lanceoladas que se dirigen hacia el centro de cada cara donde se unen en una flor trilobulada. En los ángulos una especie de voluta emerge hacia el exterior mientras que en las cestas se entrelazan unas grecas con decoración en zigzag. Justo encima de la puerta había una ventana románica de doble derrame que se tapió para abrir un óculo en su lugar.

 

La datación propuesta para los capitales suele situarlos en el siglo xii, pero algunos autores ponen en duda su cronología románica.

 

La torre campanario de planta cuadrada se eleva sobre la fachada de poniente en una construcción que corresponde a diversas etapas. La cubierta es a cuatro vientos, y destacamos que está decorada con cerámica vidriada desde 1910. Se accede desde el ángulo norte de la nave de tramontana, y en su interior conserva vestigios de época románica como sillares o una ventana, que no se aprecia desde el exterior.

 

En el interior del templo se pueden admirar dos sillares románicos del siglo xii con sendas cabezas esculpidas; en un caso se trata de una figura humana con ojos almendrados y barba partida, y en el otro vemos una cabeza zoomórfica que podría corresponder a un animal salvaje, quizás un león, con la boca abierta mostrando una larga lengua.

 

Destacamos además el porche que hay en el muro sur, que posiblemente se construyó al ampliar el edificio por esta zona. Como curiosidad destacan unas sencillas medias columnas de piedra volcánica de fuste liso y capitel muy sencillo, que aparecen adosadas a los pilares que sostienen la cubierta del porche. Por su simplicidad, pensamos que se pueden datar hacia el siglo xiii o xiv.

 

 

Pila bautismal

 

En el interior de la iglesia, en el ángulo de mediodía del muro de poniente, se conserva una pila románica de inmersión.

 

Se trata de una pieza de piedra caliza tallada en un bloque monolítico con forma troncocónica, con una altura de 82 cm, un diámetro de 84 cm y un grosor de unos 8 cm. Destaca por conservar la tapa de madera, aunque de época moderna y por la decoración consistente en tres bordones o sogueados en relieve. Este tipo de decoración se encuentra en otras pilas bautismales de la zona, como la de Sant Cristòfol de Beget o la de Santa Maria de Puigpardines, y simboliza las aguas purificadoras del bautismo.

 

La datación de estas pilas de inmersión románicas se suele situar en el siglo xii o primera mitad del xiii.

 

Texto: MONTSE JORBA I VALERO – Fotos: MONTSE JORBA I VALERO/SOL RIERA ALIER – Planos: XEVI LLAGOSTERA

 

 

Bibliografía

 

Botet i Sisó, J., s. d., p. 753; Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 413-415; Caula i Vegas, F., 1935, pp. 10-11, 33 y ss.; Grabolosa i Puigredón, R., 1975, pp. 115-116; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1919, XI, pp. 451-452, XII, p. 73, XV, pp. 179, 194-196, XVIII, p. 14; Murlà i Giralt, J., 1983, p. 156; Murlà i Giralt, J. y Teixidor i Santaeulària, J., 1999, pp. 137-140; Pons i Guri, J. M., 1964-1965, p. 69; Rius i Serra, J. M., 1946, pp. 77, 90.