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Restos del Castillo de Sant Esteve de Mar

Identificador
17117_04_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.858256, 3.147592
Idioma
Autor
Ana Victoria Paul Martínez
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Castillo de Sant Esteve de Mar

Localidad
Palamós
Municipio
Palamós
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Castell de Sant Esteve de Mar

Descripción

 

PALAMÓS

 

El municipio de Palamós, con una extensión de 14 km², se localiza justo en el centro de la Costa Brava, hecho que lo ha convertido en un centro turístico de primera magnitud. Limita al este con el Mar Mediterráneo y con los términos municipales de Calonge, Vall-llobrega, Mont-ras y Forallac.

 

El término se extiende por las tierras llanas del extremo meridional del corredor o fosa de Palafrugell, y comprende también al noroeste, una parte de los contrafuertes de las Gavarres, y al este una parte de la sierra litoral que crea un sector de costa accidentada y recortada que contrasta con las playas arenosas del Castell, la Fosca, y de la bahía de Palamós. Además de la villa homónima, el término comprende el barrio de Sant Joan de Palamós y los núcleos de la Fosca, Cala Margarita y Vila-romà, además de varias urbanizaciones y masías.

 

Atraviesan el término municipal dos carreteras comarcales: la C-253, que va de Palamós a Sant Feliu de Guíxols, y la C-31 que comunica Palamós con Santa Cristina d’Aro y luego se dirige a Girona por la Bisbal. Ambas carreteras enlazan con la comarcal C-65, que las comunica con la N-II y con la AP-7. Una trama de carreteras locales completa la comunicación del territorio.

 

Texto: MJV

 

 

Castillo de Sant Esteve de Mar

 

Las ruinas del castillo de Sant Esteve de Mar se encuentran en una zona alejada del núcleo urbano de Palamós, rodeado por numerosas urbanizaciones turísticas. Los restos de la fortaleza quedan sobre un acantilado ligeramente adentrado al mar, entre la bahía de la Fosca (o Rocafosca) y la cala S’Alguer. Para acceder al lugar, debe tomarse la carretera de Sant Esteve, o bien el camí del Cap de Planes; ambos conducen al Carrer de la Fosca, a cuyo extremo se encuentra el castillo. También se puede llegar a pie por el camino de ronda GR-92, habilitado para peatones. Después de una intervención arqueológica y de limpieza realizada en 2008, en el presente el acceso al conjunto permanece cerrado.

 

La mención más antigua al castillo se localiza en la definición de un alodio al monasterio de Sant Pere de Galligants del año 1063, alodio situado en la parroquia de Santa Eugènia de Vila-romà (es decir, en Palamós) y dentro del cual se menciona la existencia de unum castellum quod uocatur Sanctus Stephanus de Peculiare. Ya en el siglo xiii, el castillo fue la sede de un dominio señorial vinculado a los señores de Vulpellac, uno de cuyos miembros, Dalmau de Palol, lo vendió en 1277 al rey Pedro el Ceremonioso, junto con las tierras y los caseríos que le correspondían, por 7.500 sueldos barceloneses. El monarca mantuvo su función defensiva, instituyó la villa, que est in termini castri de Sancto Stephano, y estableció el portus regalis de Palamors, además de dotar con franquicias a sus habitantes. La función de Sant Esteve de Mar fue, desde entonces, actuar como centro defensivo y protector de la villa, aunque su valor e importancia estratégica disminuyeron rápidamente. El conjunto se había convertido en un manso ya en el siglo xiv, aunque luego recuperó ciertas funciones defensivas al formar parte de la extensa red de torres de vigilancia que alertaban la costa ampurdanesa de la piratería sarracena; sus estructuras fueron, por este motivo, notablemente reformadas. El conjunto fue abandonado defintivamente en el siglo xix.

 

Suponiendo que el castillo del siglo xi se emplace en el mismo lugar donde se levanta la el actual edificio, en el presente, poco resta de su fábrica primitiva. El edificio limita con el precipicio por Este, Oeste y Sur, por lo que las nuevas construcciones se desplazan hacia el interior del montículo. La entrada al recinto fortificado ha quedado desfigurada por el caserío que se construyó a su lado. A levante, en la parte más cercana al acantilado, se conserva la sección inferior de una torre de planta rectangular, parcialmente excavada en la roca natural hasta la altura de la arrancada de una bóveda. Un poco más allá aparece un muro ataludado, a unos 5 m al Norte de donde se levanta otra torre rectangular, parecida a la de levante, aunque manteniendo la altura del muro. La torre, situada en el precipicio sur, posiblemente la más tardía y en parte construida con sillería de mayores dimensiones, se encuentra en peligro de desprendimiento.

 

Los vestigios más antiguos del conjunto de Sant Esteve de Mar son, aparentemente, del siglo xiii, y corresponden a la torre rectangular de levante. En sus proximidades se han recogido diversos materiales arqueológicos (fragmentos del pavimento de opus signinum y de terriza romana), que atestiguan la temprana ecuación del lugar por una villa romana de época republicana, activa hasta el siglo vi dC.

 

Cabe destacar, por último, la existencia en el castillo de una capilla dedicada a san Esteban, documentada solo a partir del siglo xiii. Estuvo abandonada entre finales de siglo xiv y el siglo xvi, cuando los clérigos de Vila-romà recuperaron el culto. El edificio medieval fue sustituido por una capilla moderna en 1829 (fecha inscrita en la fachada), que se encuentra hoy en el mismo estado ruinoso que el castillo.

 

Texto y fotos: Ana Victoria Paul Martínez

 

Bibliografía

 

Castells Catalans, Els, 1967-1979, II, pp. 688-696; Costa i Paretas, M, 1981, pp. 139-154; Mallorquí Garcia, E, 2008a, pp. 25-66.