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Vista de la cabecera de Santa Maria de Vilamajor de Agramunt

Identificador
25060_02_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.837879, 1.21978
Idioma
Autor
Juan Antonio Campos
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Maria de Vilamajor de Agramunt

Localidad
Vilamajor d'Agramunt
Municipio
Balaguer
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Maria de Vilamajor de Agramunt

Descripción

CABANABONA

Iglesia de Santa Maria de Vilamajor de Agramunt

El primer documento que alude a la iglesia parroquial de Santa Maria data de 1077, y es el testamento sacramental de una tal Adelaida, esposa de Bernat Senmir, señor de Vilamajor. En el mismo hizo prometer a sus herederos que abastecerían económicamente a la nueva construcción para que no faltaran velas ni libros. Desde entonces, las diferentes noticias documentales referidas a la iglesia irán ligadas a las del castillo de Vilamajor d’Agramunt, pues ambos quedaron en manos del mismo señor. Por ello se supone que la iglesia se construyó a la par que el castillo como templo principal para su población. Hoy en día es utilizada únicamente en festividades señaladas y depende de la iglesia parroquial de Sant Joan de Cabanabona.

 

Es un edificio pequeño y sencillo, de una sola nave de planta rectangular, cubierta con una bóveda de cañón, y un ábside semicircular, que es el elemento más interesante del templo. Éste, que no se corresponde en altura con la nave, ya que ésta fue ligeramente sobrealzada, tiene una techumbre de teja árabe asentada sobre la original de losas. Su paramento exterior es liso y está rematado, debajo de su cornisa, por un friso de arquillos ciegos apoyados en pequeñas ménsulas trapezoidales. Posee una sencilla ventana de medio punto y doble derrame que está centrada y construida con dovelas regulares, bien trabajadas y de tamaño desigual. Se observa una significativa diferencia en las dimensiones de los sillares que componen los muros exteriores del ábside, pues los situados en la parte inferior presentan un mayor tamaño.

 

Tanto en el ábside, como en los muros laterales, que son lisos, se observan numerosos mechinales alineados horizontalmente en dos hileras. La fachada occidental, cuya parte superior tiene forma frontón, está coronada por una espadaña de dos ojos. En medio de este reformado frontis se abre una ventana de medio punto que enmarca un vano geminado del que no se ha conservado la columna central. La puerta es obra, posiblemente, del siglo xvi. La variedad en el aparejo, grande, liso y bien escuadrado en la zona de la ventana y alrededor de la puerta, e irregular y descuidado en el resto de la fachada, pone de manifiesto que el muro ha sufrido diversas intervenciones.

 

Las importantes reformas llevadas a cabo en la iglesia a principios del siglo xix añadieron nuevos elementos como la sacristía y los tres contrafuertes, uno en el lado sur y otro dos, más grandes, en el muro norte. Estos últimos ponen de manifiesto los problemas estructurales que ha padecido el edificio, y que se manifiestan en los cambios de aparejo de la fachada occidental.

 

El interior del templo es, a diferencia del exterior, un espacio totalmente transformado en las remodelaciones acometidas a principios del siglo xix. El interior del ábside se tabicó, de manera que la cabecera, a efectos de culto, se transformó en un espacio de planta rectangular. En este tabique, a ambos lados del altar, se abrieron sendas puertas, una para subir donde está la imagen de la Virgen y otra para entrar a un espacio formado por la pared interior del ábside semicircular y la cara interior del tabique añadido, el cual desempeña las funciones de almacén. En los muros laterales se abrieron unas hornacinas a modo de arcosolios para acoger altares, mientras que las paredes y el techo se recubrieron de un revestimiento de estuco y se pintaron de un color azul cielo que inunda la sala. La bóveda también se rehizo con lunetas a los lados y unas pechinas que rematan la zona del altar. Sobre el nartex se construyó un coro. El interior es bastante oscuro y contrasta con la claridad que desprende la pintura que cubre sus paredes. Aparte de la ventana de la fachada, que se sitúa a la altura del coro, y que deja entrar la luz al atardecer, sólo ilumina la nave una pequeña ventana de medio punto y doble derrame, similar a la del ábside, situada en el muro sur.

 

El templo carece de decoración escultórica. Entre los desconchones de la mencionada capa de pintura azul, en algunas partes de los muros laterales, sobre todo en la zona alta oriental del muro de la Epístola, se observan algunos restos pictóricos de color rojo sobre fondo blanco formados por cenefas geométricas y romboidales muy simples, de factura irregular, y que corresponden a una época posterior al románico.

 

La conservación general del templo es bastante buena, ya que en las últimas obras de restauración se reforzó la estructura del tejado, que estaba muy debilitado, y se repusieron los sillares que se encontraban en mal estado en las zonas altas de los muros. También se llevaron a cabo varias intervenciones con el fin de adecentar las inmediaciones del templo, por lo que se acondicionaron sus alrededores con un nuevo enlosado y con la instalación de una rampa de entrada adicional, que mejoraron la imagen, el entorno y la accesibilidad al templo.

 

La iglesia de Santa Maria es un claro ejemplo de la arquitectura románica de influencia lombarda que se extendió con gran profusión por Cataluña, principalmente durante la segunda mitad del siglo xi, y que repite los patrones constructivos y formales que se observan en muchas de las pequeñas iglesias de los alrededores. Por ello, y partiendo de los documentos existentes, los especialistas coinciden en datarla a mediados del siglo xi.

 

Texto y fotos: Juan Antonio Campos

Bibliografía

 

Bertran i Roigé, P., 1979a, II, pp. 313 y 325; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, p. 309; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1984, pp. 472-473.