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Vista general de Santa ;aria de Tiurana antes de su destrucción

Identificador
25222_02_003
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.947565, 1.210890
Idioma
Autor
J.M Gavín
Juan Antonio Olañeta Molina
Juan Antonio Campos
Mertixell Niña Jové
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Maria de la Cluella

Localidad
Tiurana
Municipio
Tiurana
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Maria de la Cluella

Descripción

TIURANA

                                        Iglesia de Santa Maria de La Cluella

Desde una rotonda en la salida norte de Ponts, una carretera que bordea el pantano de Rialb lleva hasta los arruinados restos de la iglesia de Santa Maria de La Cluella. La referencia documental más antigua que habla de La Cluella, la carta de fundación de Tiurana, que fue promovida por el obispo de Urgell, Arnau de Preixens, junto con Bertran de Vallferosa, señores de numerosos lugares del pla de Tiurana, data de 1171. Son pocas las noticias que existen sobre la iglesia pero se sabe que durante mucho tiempo dependió de la parroquia de Rialb, ya que el término de La Cluella quedó pronto bajo la influencia del castillo de Rialb, aunque con posterioridad pasó a depender de la más próxima parroquia de Tiurana.

 

Los arruinados vestigios de la iglesia de Santa Maria de La Cluella son el triste testimonio del desprecio y la ignorancia con la que, en ocasiones, se ha tratado el patrimonio en este país. Algunas fotografías, sobre todo las realizadas por J. M. Gavín en las décadas de 1960 y 1970, muestran la apariencia del edificio previa a su destrucción. A mediados de la década de los setenta, la familia propietaria de la finca decidió trasladar el templo a Solsona, a la nueva residencia que se estaban construyendo. Para ello arrancaron buena parte de los muros exteriores y la estructura del campanario y los trasladaron a su nuevo emplazamiento, donde fueron reutilizados en una nueva iglesia, conocida hoy como Santa Maria de Casalets. Ésta se halla en el jardín particular de can Casalets, en la carretera de Basella (C-26), delante de la estación de autobuses. Pese a que se justificó el traslado aludiendo a una supuesta intención de salvar el templo ante la aún muy lejana construcción del pantano de Rialb, la realidad es que el nuevo edificio es muy distinto en su estructura y proporciones con respecto al original. Tras tan absurdo e injustificable expolio, los restos del edificio que permanecieron en su emplazamiento original quedaron en un lamentable estado de conservación, que se fue agravando con el tiempo. La fragilidad de los despellejados muros, a los que habían privado de su buena parte de su solidez, y la falta de intervenciones preventivas hizo que en los últimos años haya ido desmoronándose la bóveda y, consigo, gran parte de los muros laterales.

 

Se trataba de una pequeña y sencilla iglesia de una sola nave rectangular y un ábside semicircular liso en el que se abría una ventana de doble derrame y arco de medio punto. Los muros laterales eran también lisos. La nave destacaba notablemente en altura respecto al ábside, lo que era una clara muestra de que había sido realzada en alguna reforma. Mientras que la techumbre de la cabecera estaba formada por las losas originales, la de la nave estaba compuesta por teja árabe.

 

Sin duda, el elemento más destacado era su torre campanario que se elevaba sobre la bóveda a los pies del templo, y que se conserva trasladado en el nuevo emplazamiento de cal Casalets en Solsona. Es un sencillo cuerpo de planta cuadrangular, cuya principal particularidad consiste en ser una estructura abierta en vez de un prisma monolítico cerrado por muros en todas sus caras. Sobre ocho pequeñas columnas, se levantan dos arcos de medio punto por cada una de las cuatro caras, a modo de ventanas geminadas, que soportan un tejadillo a cuatro vertientes. Las columnas están rematadas por unos sencillos capiteles, de los que tres están decorados con diferentes motivos que los acercan, según algún autor, a la tradición prerrománica. Así, uno presenta un rostro humano muy básico y bastante gastado, otro una serie de rollos dispuestos horizontalmente y el tercero unas bandas geométricas verticales. Este campanario es una estructura de gran originalidad que los especialistas no han conseguido relacionar con ningún ejemplo cercano, lo que puede llevar a pensar, quizás, en el atrevimiento y la voluntad de experimentación que debieron tener los constructores a la hora de plantearse el remate de la iglesia.

 

La nave estaba cubierta por una bóveda de cañón compartimentada en dos tramos por un arco fajón sustentado sobre pilastras y realizado con sillares de mayor tamaño y mejor labrados que el resto del paramento. El ábside se cubría con la habitual bóveda de cuarto de esfera y estaba enmarcado por un arco y pilastras de similares características que el fajón. Sus muros eran anchos y su aparejo formado por sillares medianos, pulidos, bien escuadrados y dispuestos de forma regular en hiladas horizontales. Buena parte de los paramentos exteriores, fueron arrancados para reutilizarlos en una iglesia nueva, como ya hemos comentado. Ello tuvo como consecuencia que lo que hoy en día se aprecia en algunas zonas sea la argamasa de cantos y mortero de cal con la que se rellenó el espacio interno de los muros. El acceso original, una puerta pequeña y estrecha formada por un arco de medio punto, se situaba en el tramo occidental del muro norte, pero tras unas reformas a principios del siglo xix fue sustituido por una portada que se abrió en la fachada oeste. Al cegarse la puerta original, en el interior su vano fue reconvertido en hornacina. En este momento, también se añadió una sacristía adosada al muro sur y perpendicular al eje de la iglesia. Parece ser que existía un banco corrido que recorría el perímetro de los muros interiores y que actualmente permanece oculto bajo los escombros.

 

Del templo descrito, la parte que mejor se conserva es el muro septentrional, en el que se pueden observar buena parte de sus paramentos, las pilastras del arco fajón y del absidal, el arranque de los mismos y la antigua puerta cegada. En la cara interior del muro se hallan dispuestos en dos hileras unos cuantos mechinales.

 

Los especialistas coinciden en afirmar, a partir de la documentación y de la tipología arquitectónica del edificio, que la iglesia se edificó aproximadamente en la segunda mitad del siglo xii.

 

 

Texto: Juan Antonio Campos/Meritxell Niña Jové/Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Meritxell Niña Jové/Juan Antonio Campos

 

Bibliografía

 

Adell i Gispert, J.-A., 1994, 1994, p. 263; Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, p. 304; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, p. 439.