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Vista general desde el sur de Sant Sebastià de la Clua d'Aguilar

Identificador
25004_03_030
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Fernando Arnó García de la Berrera
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Sebastià de la Clua d'Aguilar

Localidad
Bassella
Municipio
Basella
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Claves
Descripción

 

BASSELLA

Iglesia de Sant Sebastià de la Clua d’Aguilar

Para acceder a la iglesia de Sant Sebastià de la Clua d’Aguilar se debe tomar el desvió a la izquierda, en dirección a Aguilar, que parte de la carretera C-14. Tras 10 km, se llega al núcleo de la Clua d’Aguilar. La iglesia se sitúa a la entrada del pueblo, encima de un promontorio.

 

El lugar, citado como la Clusa, aparece incluido en la falsa acta de consagración de la catedral de Santa Maria de La Seu d’Urgell. El castillo de la Clua, que figura en varias ocasiones en la documentación de los siglos xi y xii. En 1091, Arnau Bonfill testaba a favor de la seo urgelitana dicha fortaleza, así como la mitad de los derechos sobre la iglesia de la Clua. En 1575, cuando el visitador de la diócesis ordenaba que se alargara la techumbre de la iglesia para que no lloviera sobre la bóveda, el templo ostentaba la advocación a san Martín. Sin embargo, en 1758 había pasado a estar dedicada a san Sebastián.

 

Se trata de un edificio que presenta una planta formada por una sola nave rectangular y un ábside semicircular, y que, como consecuencia de una serie de reformas acometidas en el último tercio del siglo xvi, fue modificado de forma importante. En el transcurso de las mismas, le fueron añadidos una sacristía en el lado sureste y un cuerpo superior, abierto al exterior por su lado sur, formado por una techumbre soportada por unos pilares. El paramento exterior del ábside es liso, arranca de un zócalo, y en su centro se abre una ventana de doble derrame, actualmente cegada. Por su parte, en el muro sur se encuentran otra ventana, de arco de medio punto monolítico y, como la anterior, de doble derrame y cegada, y, en el centro del lienzo, una puerta de arco de medio punto. Corona este paramento una sencilla imposta biselada. En el centro de la fachada occidental se halla una tercera ventana de similares características que la anterior, pero que permanece abierta. Remata el frontis una espadaña de doble ojo construida sobre los restos de una torre que se alza sobre el tramo oeste de la nave y que se encuentra parcialmente oculta bajo la actual techumbre, si bien desde el lado sur se pueden apreciar parte de su cuerpo y los vestigios de una ventana cegada. Finalmente, el muro norte es totalmente liso, carece de vanos, y en él se observan cuatro fases constructivas diferenciadas. Unas primeras hiladas de sillarejo en la base, podrían corresponder a un edificio anterior. Sobre ellas se alza el muro de la iglesia románica, que alcanza hasta los restos de la imposta que marca el punto donde arrancaba la cornisa. Sobre ella, un tramo de muro cubre el espacio creado por la adición de la techumbre en la reforma comentada. Remata tan elevado lienzo una cuarta fase que llega hasta lo alto de la espadaña y en la que se abren algunas aspilleras y una ventana cuadrada.

 

El aparejo utilizado en la fase románica de los paramentos exteriores está formado por sillares bien labrados, escuadrados y pulidos, cuidadosamente dispuestos en hiladas uniformes. Son numerosos los mechinales que se abren en los muros, algunos de los cuales están realizados mediante un corte de sección cuadrada en una de sus esquinas.

 

En el interior, la nave se cubre con una bóveda de cañón reforzada por un arco fajón apoyado en pilastras, el cual determina dos tramos. El ábside, cubierto por la habitual bóveda de cuarto de esfera, está precedido por un estrecho arco presbiterial que cuenta con sendas impostas biseladas y que facilita el tránsito a la mayor anchura de la nave. Tanto el enlucido y la decoración pictórica que recubren los muros, como el coro elevado que se alza a los pies del templo, son fruto de reformas posteriores.

 

La construcción de este edificio debe situarse bien entrado el siglo xii.

 

Sarcófagos

 

Al suroeste del templo, en la esquina sureste del recinto que cierra el cementerio, junto a la puerta de acceso al mismo, se encuentran reutilizados los restos de dos sarcófagos, uno encima del otro. Ambos están divididos en dos partes enmarcadas y presentan una decoración en relieve formada por dos estrellas de seis puntas inscritas en unos círculos secantes una flor de seis pétalos –en el situado arriba–, y una estrella de seis puntas y un entramado de pequeñas estrellas dentro de un círculo –en el más pequeño, el de abajo–. La tapa de este segundo sarcófago, está colocada coronando el murete, es de doble vertiente, se decora con círculos tangentes que encierran motivos florales, y cuenta en su base con una inscripción en caracteres góticos.

 

Aunque algún autor ha adelantado la datación de estas piezas hasta la época visigoda, las características de la inscripción, así como las similitudes con otras piezas del ámbito catalán realizadas en el siglo xiii, han llevado a otros autores a fechar estos sarcófagos en dicha centuria.

 

Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/Fernando Arnó García de la Berrera - Fotos: Fernando Arnó García de la Berrera - Planos: Christine Terrier

 

Bibliografía

 

Baraut i Obiols, C., 1978, pp. 50-53; Baraut i Obiols, C., 1981, pp. 127-128 y 159-160; Baraut i Obiols, C., 1982, pp. 87-90, 112-113, 124-125 y 129-132; Baraut i Obiols, C., 1983, pp. 109-110; Baraut i Obiols, C., 1984-1985b, pp. 31, 42, 151-152, 167 y 192; Baraut i Obiols, C., 1986-1987, pp. 98-102; Baraut i Obiols, 1988-1989, pp. 77-78, 105 y 222; Barral i Altet, X., 1981, p. 120; Bertran i Roigé, P., 1979a, p. 321; Castells Catalans, Els, 1979, p. 1134-1135; Catalunya Romànica, 1984-1998, VI, pp. 163-164; Sarrate i Forga, J., 1963-1965, p. 10; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1977, p. 57.