Pasar al contenido principal
x

Vista general desde el sureste de Sant Serni de Cabó

Identificador
25061_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.235263, 1.243146
Idioma
Autor
Juan Antonio Olañeta Molina/Fernando Arnó García de la Berrera
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Serni de Cabó

Localidad
Cabó
Municipio
Cabó
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Serní de Cabó

Descripción

CABÓ

El municipio de Cabó, situado en el Oeste de la comarca, cuenta con tres núcleos de población: Cabó, el Vilar y el Pujal. El término se articula a partir del valle del río Cabó, por lo que su forma es alargada, y se encuentra rodeado de montañas, entre las que destacan la sierra de Prada en el Norte y la sierra de Boumort en el punto más occidental. Se llega a Cabó tras recorrer 12 km por una pista que sale de Organyà y que pasa por Vilar de Cabó.

 

Cabó forma parte de la comarca histórica del Urgellet, espacio originario del condado de Urgell, y que fue articulado y administrado a partir del siglo ix con la creación del condado y la restauración de la sede episcopal. Históricamente, el valle de Cabó ha sido un espacio estratégico importante, tanto por las sólidas defensas naturales que presenta, como por el hecho de que era una de las vías de acceso natural desde el Segre hasta los valles del Pallars. Es citado por primera vez en la documentación, como valle Nempetana, en 867, denominación que, con diferentes variantes (Nenpetano, Nempes, Nenpas, etc.) es repetida has que en 1027 ya se cita como valle Caputense. En el valle surgió un linaje de señores feudales ya documentado en el siglo x, los Caboet, que acabaron dominando la mayoría de propiedades y derechos del término y de sus espacios cercanos. En 1090, en el acta de consagración de Santa Maria de Organyà, se señala que los Caboet dotaron al valle de una serie de templos y propiedades. La cesión del dominio del valle al obispado de Urgell realizada por Guillem Guitard de Caboet y Ramon de Caboet en 1110 y 1156, respectivamente, provocó un conflicto con los vizcondes de Castellbó, el cual no se resolvió hasta los acuerdos conocidos como los Pariatges d’Andorra, de 1278 y 1288. La dinastía de los Caboet se vinculó familiarmente a los vizcondes de Castellbó –también llamados vizcondes de l’Alt Urgell– en 1185, por medio del matrimonio entre Arnaua de Caboet y Arnau de Castellbó. Los Caboet pasaron, así, de ser un linaje asentado en un territorio concreto a participar de las acciones políticas y económicas de todo el condado y, consiguientemente, incrementaron su poder e influencia, siendo infeudados en las zonas más septentrionales de l’Alt Urgell e incluso en los valles de Andorra.

Iglesia de Sant Serni de Cabó

Desde Cabó se ha de tomar una pista en dirección al Cap de la vall, hasta llegar a un desvío bien indicado que lleva, por otra pista, hasta la iglesia de Sant Serni, que se asienta en una explanada encima de un pequeño altiplano, a no menos de 500 m del núcleo habitado.

 

La iglesia dedicada a san Saturnino presenta una compleja planta que pone de manifiesto la existencia de dos proyectos constructivos diferenciados. Parece que en origen el edificio habría estado concebido para estar compuesto por una nave rectangular y una cabecera trilobulada, formada por tres ábsides semicirculares, orientada al Oeste. Por motivos que se desconocen, entre los que no se puede descartar el hundimiento de la nave una vez construida, el proyecto se modificó drásticamente, de tal forma que, el que había sido concebido como el ábside principal, se convirtió en lateral, y la orientación del templo pasó de ser Oeste-Este a Norte-Sur.

 

Actualmente, la cabecera está formada por un ábside orientado al Norte, que hace las veces del principal, el cual está cubierto con la habitual bóveda de cuarto de esfera y cuenta con una sola ventana de doble derrame y arco de medio punto. Está precedido por un arco presbiterial, algo desviado respecto al actual eje longitudinal del templo. Al Oeste se alza el ahora ábside lateral, que se cubre con el mismo tipo de bóveda y está también precedido por un arco presbiterial. Se diferencia del anterior porque en él son tres las ventanas que se abren, todas ellas de doble derrame y arco de medio punto. La diferencia en el número de vanos es una prueba evidente de que, en inicio, ésta estructura estuvo destinada a ser el ábside principal. En el lado sur, en el primer tramo de la actual nave, se encontraron los restos de la base del tercer ábside, semicircular como los anteriores, y que se pueden observar a través de un cristal en el suelo. Sobre el crucero se alza un cimborrio que exteriormente es un potente volumen cúbico, mientras que en su interior el espacio es cubierto por una bóveda en rincón de claustro. Son de destacar unos pequeños restos de policromía que se detectan en el interior de dicha cúpula, que son tan fragmentarios que su interpretación resulta imposible. En tres de los cuatro frentes del cimborrio se abren sendas ventanas, de las que las de los lados norte y sur son óculos. Sobre el muro oriental del cimborrio se alza un campanario de espadaña de doble ojo. La actual nave está cubierta con una bóveda de cañón reforzada por un arco toral, que debe de ser el arco presbiterial que antecedía al ábside desaparecido. Asimismo, un arco fajón apoyado en pilastras divide la nave en dos tramos. En época posterior se construyó a los pies del templo un coro elevado. En la fachada sur se encuentra la puerta, de arco de medio punto, y, sobre ella se abre un óculo.

 

En el lado oriental del crucero, el arco toral que daría paso a la nave, está actualmente cegado. Al otro lado de este lienzo, ya en el exterior, se encuentran los restos de la nave primigenia, de la que se conserva la base de los muros laterales. En la cara interior del septentrional subsiste la parte inferior de las pilastras que soportarían los dos arcos fajones, así como una ventana de derrame simple y arco de medio punto. A los pies, separada por un muro del que sólo se preserva la base, habría una estancia.

 

Los paramentos exteriores del edificio son lisos, y en ellos se utilizan dos tipos de aparejo. En la cabecera y la nave original está compuesto por sillarejo irregularmente trabajado, dispuesto en hiladas relativamente uniformes, mientras que en la nave actual se emplea mampostería. En la parte inferior de los ábsides, tanto en el exterior como en el interior, se distribuyen alineados varios mechinales. La techumbre, de doble vertiente sobre la nave, piramidal sobre el cimborrio y troncocónica en los ábsides, está formada por planas losas de piedra.

 

J.-A. Adell y M. L. Cases han señalado que, tanto por su orientación a poniente, como por su cabecera trebolada, el proyecto inicial de Sant Serní de Cabó podría haberse inspirado en la iglesia de Sant Serní de Tavèrnoles, idea que refuerzan aludiendo a la vinculación de los Caboet con los valles andorranos y los territorios cercanos a tan importante cenobio. A esta filiación se puede añadir que, entre los ejemplos catalanes de cabecera trebolada, tan sólo en Sant Jaume de Sant Cristòfol se observa también la existencia de espacios presbiterales previos a los ábsides como en Cabó, si bien en aquél son más profundos y desarrollados, y cuentan con unas hornacinas que se ubican en los laterales de dichos cuerpos.

 

El inicio de la construcción de este templo se ha situado a finales del siglo xi.

 

Mesa de altar

 

En el ábside occidental se conserva un ara de piedra que está decorada en su parte superior por un motivo inciso en zigzag.

 

 

CABÓ

El municipio de Cabó, situado en el Oeste de la comarca, cuenta con tres núcleos de población: Cabó, el Vilar y el Pujal. El término se articula a partir del valle del río Cabó, por lo que su forma es alargada, y se encuentra rodeado de montañas, entre las que destacan la sierra de Prada en el Norte y la sierra de Boumort en el punto más occidental. Se llega a Cabó tras recorrer 12 km por una pista que sale de Organyà y que pasa por Vilar de Cabó.

 

Cabó forma parte de la comarca histórica del Urgellet, espacio originario del condado de Urgell, y que fue articulado y administrado a partir del siglo ix con la creación del condado y la restauración de la sede episcopal. Históricamente, el valle de Cabó ha sido un espacio estratégico importante, tanto por las sólidas defensas naturales que presenta, como por el hecho de que era una de las vías de acceso natural desde el Segre hasta los valles del Pallars. Es citado por primera vez en la documentación, como valle Nempetana, en 867, denominación que, con diferentes variantes (Nenpetano, Nempes, Nenpas, etc.) es repetida has que en 1027 ya se cita como valle Caputense. En el valle surgió un linaje de señores feudales ya documentado en el siglo x, los Caboet, que acabaron dominando la mayoría de propiedades y derechos del término y de sus espacios cercanos. En 1090, en el acta de consagración de Santa Maria de Organyà, se señala que los Caboet dotaron al valle de una serie de templos y propiedades. La cesión del dominio del valle al obispado de Urgell realizada por Guillem Guitard de Caboet y Ramon de Caboet en 1110 y 1156, respectivamente, provocó un conflicto con los vizcondes de Castellbó, el cual no se resolvió hasta los acuerdos conocidos como los Pariatges d’Andorra, de 1278 y 1288. La dinastía de los Caboet se vinculó familiarmente a los vizcondes de Castellbó –también llamados vizcondes de l’Alt Urgell– en 1185, por medio del matrimonio entre Arnaua de Caboet y Arnau de Castellbó. Los Caboet pasaron, así, de ser un linaje asentado en un territorio concreto a participar de las acciones políticas y económicas de todo el condado y, consiguientemente, incrementaron su poder e influencia, siendo infeudados en las zonas más septentrionales de l’Alt Urgell e incluso en los valles de Andorra.

Iglesia de Sant Serni de Cabó

Desde Cabó se ha de tomar una pista en dirección al Cap de la vall, hasta llegar a un desvío bien indicado que lleva, por otra pista, hasta la iglesia de Sant Serni, que se asienta en una explanada encima de un pequeño altiplano, a no menos de 500 m del núcleo habitado.

 

La iglesia dedicada a san Saturnino presenta una compleja planta que pone de manifiesto la existencia de dos proyectos constructivos diferenciados. Parece que en origen el edificio habría estado concebido para estar compuesto por una nave rectangular y una cabecera trilobulada, formada por tres ábsides semicirculares, orientada al Oeste. Por motivos que se desconocen, entre los que no se puede descartar el hundimiento de la nave una vez construida, el proyecto se modificó drásticamente, de tal forma que, el que había sido concebido como el ábside principal, se convirtió en lateral, y la orientación del templo pasó de ser Oeste-Este a Norte-Sur.

 

Actualmente, la cabecera está formada por un ábside orientado al Norte, que hace las veces del principal, el cual está cubierto con la habitual bóveda de cuarto de esfera y cuenta con una sola ventana de doble derrame y arco de medio punto. Está precedido por un arco presbiterial, algo desviado respecto al actual eje longitudinal del templo. Al Oeste se alza el ahora ábside lateral, que se cubre con el mismo tipo de bóveda y está también precedido por un arco presbiterial. Se diferencia del anterior porque en él son tres las ventanas que se abren, todas ellas de doble derrame y arco de medio punto. La diferencia en el número de vanos es una prueba evidente de que, en inicio, ésta estructura estuvo destinada a ser el ábside principal. En el lado sur, en el primer tramo de la actual nave, se encontraron los restos de la base del tercer ábside, semicircular como los anteriores, y que se pueden observar a través de un cristal en el suelo. Sobre el crucero se alza un cimborrio que exteriormente es un potente volumen cúbico, mientras que en su interior el espacio es cubierto por una bóveda en rincón de claustro. Son de destacar unos pequeños restos de policromía que se detectan en el interior de dicha cúpula, que son tan fragmentarios que su interpretación resulta imposible. En tres de los cuatro frentes del cimborrio se abren sendas ventanas, de las que las de los lados norte y sur son óculos. Sobre el muro oriental del cimborrio se alza un campanario de espadaña de doble ojo. La actual nave está cubierta con una bóveda de cañón reforzada por un arco toral, que debe de ser el arco presbiterial que antecedía al ábside desaparecido. Asimismo, un arco fajón apoyado en pilastras divide la nave en dos tramos. En época posterior se construyó a los pies del templo un coro elevado. En la fachada sur se encuentra la puerta, de arco de medio punto, y, sobre ella se abre un óculo.

 

En el lado oriental del crucero, el arco toral que daría paso a la nave, está actualmente cegado. Al otro lado de este lienzo, ya en el exterior, se encuentran los restos de la nave primigenia, de la que se conserva la base de los muros laterales. En la cara interior del septentrional subsiste la parte inferior de las pilastras que soportarían los dos arcos fajones, así como una ventana de derrame simple y arco de medio punto. A los pies, separada por un muro del que sólo se preserva la base, habría una estancia.

 

Los paramentos exteriores del edificio son lisos, y en ellos se utilizan dos tipos de aparejo. En la cabecera y la nave original está compuesto por sillarejo irregularmente trabajado, dispuesto en hiladas relativamente uniformes, mientras que en la nave actual se emplea mampostería. En la parte inferior de los ábsides, tanto en el exterior como en el interior, se distribuyen alineados varios mechinales. La techumbre, de doble vertiente sobre la nave, piramidal sobre el cimborrio y troncocónica en los ábsides, está formada por planas losas de piedra.

 

J.-A. Adell y M. L. Cases han señalado que, tanto por su orientación a poniente, como por su cabecera trebolada, el proyecto inicial de Sant Serní de Cabó podría haberse inspirado en la iglesia de Sant Serní de Tavèrnoles, idea que refuerzan aludiendo a la vinculación de los Caboet con los valles andorranos y los territorios cercanos a tan importante cenobio. A esta filiación se puede añadir que, entre los ejemplos catalanes de cabecera trebolada, tan sólo en Sant Jaume de Sant Cristòfol se observa también la existencia de espacios presbiterales previos a los ábsides como en Cabó, si bien en aquél son más profundos y desarrollados, y cuentan con unas hornacinas que se ubican en los laterales de dichos cuerpos.

 

El inicio de la construcción de este templo se ha situado a finales del siglo xi.

 

Mesa de altar

 

En el ábside occidental se conserva un ara de piedra que está decorada en su parte superior por un motivo inciso en zigzag.

 

 

Texto: Juan Antonio Olañeta Molina/Fernando Arnó García de la Berrera - Fotos: Christine Terrier/Fernando Arnó García de la Berrera - Planos: Christine Terrier

 

Bibliografía

 

Baraut i Obiols, C., 1982, doc. 5; Baraut i Obiols, C., 1988-1989, pp. 28-30, 298-199 y 304-305; Castells Catalans, Els, 1979, VI (II), pp. 1151-1163; Catalunya Romànica, 1984-1998, VI, pp. 167-169.

 

 

 

Bibliografía

 

Baraut i Obiols, C., 1982, doc. 5; Baraut i Obiols, C., 1988-1989, pp. 28-30, 298-199 y 304-305; Castells Catalans, Els, 1979, VI (II), pp. 1151-1163; Catalunya Romànica, 1984-1998, VI, pp. 167-169.