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Vista general de la Villa y el Castillo de Sant Llorenç d'Ares

Identificador
25002_01_013
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.0431308,0.6920758
Idioma
Autor
Juan Antonio Campos
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Villa y castillo de Sant Llorenç d’Ares

Localidad
Àger
Municipio
Àger
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Llorenç d'Ares

Descripción

ÀGER

Villa y castillo de Sant Llorenç d’Ares

Los restos del antiguo poblado de Sant Llorenç d’Ares, su castillo y su iglesia se encuentran sobre una peña que se asoma al Noguera Ribagorzana desde el extremo más oriental del Montsec d’Ares. Está a unos 10 km de Àger, desde donde se llega siguiendo una pista de tierra que sube a la cima de la sierra y que, una vez en la Pedroneta, se desvía hacia un camino en malas condiciones que se dirige hacia el Oeste. El castillo se documenta por primera vez en 1044, cuando es vendido por los condes del Pallars Jussà, Ramon IV y Ermessenda, a Arnau Mir de Tost y su mujer Arsenda. En la venta se especifican sus límites, el coste y que sólo la mitad del castro pasa a ser propiedad de los compradores, mientras que la mitad restante queda como feudo. Apenas dos años más tarde, donan a la nueva abadía de Sant Pere de Àger el diezmo de éste y otros castillos, incluyendo el término de Sant Llorenç. Esta donación es confirmada en las posteriores dotaciones de los años 1057, 1060 y 1065.

 

Casi todo lo que queda del conjunto de Sant Llorenç son unas ruinas. Lo mejor conservado del castillo son una gran torre de planta semicircular y parte de un muro perimetral que cerraba el recinto por su lado oriental. Éste tenía unas dimensiones de unos 20 m de largo por 10 m de ancho, y un perfil poligonal muy irregular, ya que se adaptaba al terreno. En el interior, y adosadas al muro, hubo varias construcciones de tres niveles, por lo menos, de 2,5 m cada uno, que aprovechaban el paulatino estrechamiento de la pared para sustentar los pisos de los que quedan algunos vestigios. La torre, que debió alcanzar una altura considerable, tiene un lado recto de 7 m, que coincide con el que se asoma al precipicio, y unos muros de 1,2 m. El aparejo del castillo está formado por hiladas perfectamente uniformes de sillares que tienen forma alargada, aunque en ocasiones se alternan con otros cuadrados y que están unidos con mortero. La gran uniformidad constructiva y la calidad estética de la obra delatan las posibilidades económicas del nuevo señor del valle y apuntan a que la cronología de la obra podría situarse a principios de la década de 1040.

 

El muro que cercaba el castillo y el poblado en el lado opuesto al risco, era mucho más grande. Tenía unos 120 m de largo por 30 en su parte más ancha, era prácticamente recto y tenía dos pequeñas torres de planta cuadrada y macizas, una en el lado este, que protegía la puerta de entrada al pueblo y otra en la zona central, moderna solución que en Europa se generalizará un siglo después. Algunos tramos aún conservan hasta 4 m de altura y muestran una factura uniforme, similar a la del castillo y la iglesia. Las casas se distribuían en el interior del recinto o bien adosadas a la muralla y protegidas del viento, o bien alrededor de la iglesia. Eran sencillos habitáculos de factura muy tosca que se adaptaban a la irregularidad del suelo en diferentes niveles, tenían una o dos habitaciones y, posiblemente, cumplían diferentes funciones. Parece ser que había una plaza central de donde salían diferentes callejuelas y que estaba atravesada por la calle principal, que tenía la misma orientación del muro y unía los diferentes espacios del poblado. Ya en el siglo xiii surgieron nuevas casas fuera del recinto amurallado, a la vera del camino que subía al pueblo.

 

Texto y fotos: Juan Antonio Campos

 

Bibliografía

 

Catalunya romànica, 1984-1998, XVIII, pp. 146-149; Fité i Llevot, F., 1985, pp. 41-51; Fité i Llevot, F., 1993, pp. 84-85; Riu i Riu, M, 1989, pp. 62-63;