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Vista occiental de Sant Llorenç d'Oix

Identificador
17109_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.2714562,2.526736
Idioma
Autor
Marcos Ojosnegros Marín
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Llorenç d'Oix

Localidad
Oix
Municipio
Montagut i Oix
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Llorenç d'Oix

Descripción

Iglesia de Sant Llorenç d’Oix

 

Para llegar a la población de Oix, donde se encuentra el templo de Sant Llorenç, avanzamos por la autovía A-26, que une las poblaciones de Figueres y Olot, y salimos por la indicación a Montagut, Oix y Castellfollit de la Roca. Antes de llegar a Castellfollit, por la vía N-260a, encontramos un cruce que indica Oix por la GIV-5221, que a unos 10 km nos lleva hasta el centro de la población, donde se ubica el edificio.

 

La primera vez que aparece citada la iglesia es en un documento del año 937, en el que el conde Sunifred II dona a Santa Maria de Ridaura un alodio llamado Evo con la iglesia de Sant Llorenç y con sus diezmos, primicias y oblaciones. El siguiente documento que refiere a Oix es la fundación de la canóniga agustiniana de Santa Maria de Besalú (977) por parte del conde-obispo Miró II Bonfill, en donde se cita la villa de Ovoxo. En el año 1017, tras el intento por parte de Bernat I Tallaferro de convertir Besalú en sede episcopal, la iglesia de Sancti Laurenti de Evol es confirmada por el papa Benedicto VIII. En 1091, Guillem Seguer de Montagut dona un alodio de la parroquia de Oix en sufragio de su hermano. En el testamento del mismo Guillem, fechado en 1135, se cita la masía de Llor de la parroquia de Ovox. En un documento de 1201 promovido por Bernat d’Oix, Arsendis y Ramona, se recoge la venta de unas tierras de la parroquia de Oix al prior de Santa Maria de Besalú, llamado Pere. En las Rationes Decimarum Hispaniae de la diócesis de Girona aparece como ecclesia de Uxo (1279-1280). Por último, en el Llibre Verd de la catedral de Girona, en 1362 cita como Sancti Laurencii de Uxio.

 

La iglesia de Sant Llorenç d’Oix ha sufrido importantes modificaciones, aunque conserva muchas de las estructuras de la fábrica románica primitiva. Desde la década de 1970 se intenta recuperar la visibilidad del edificio, que había quedado tapado por otras construcciones, algunas de las cuales se observan en fotografías antiguas. Estamos ante un templo de nave única con cubierta de bóveda de cañón apuntada y una cabecera constituida por un ábside semicircular con cubierta de cuarto de esfera. Ambos cuerpos se conectan mediante un doble arco triunfal de medio punto en gradación. En el lado norte del ábside se ha abierto a posteriori un arco formero que permite el acceso a la sacristía, de construcción claramente posterior. Tanto el ábside como la nave están reseguidos con una cornisa de caveto de la que nacen las cubiertas. En la actualidad, en el sector occidental aparece un coro alzado a posteriori que rompe con la continuidad de la nave.

 

El templo conserva tres ventanas que parecen corresponder a su etapa primitiva. En el ábside se abre una aspillera alargada de doble derrame, con la particularidad que tanto en el interior como en el exterior se enmarca por un doble arco de medio punto. Las otras dos ventanas se abren en el muro meridional, coronadas por sendos arcos de medio punto monolíticos; la más cercana al ábside, que actualmente está cegada, presenta el derrame hacia el exterior, mientras que la otra tiene doble derrame. La puerta de acceso al edificio se abre también en el muro meridional. Presenta tres arcos de medio punto en gradación y dintel, con la única decoración de una cornisa de bocel con filete superpuesto que enmarca toda la línea de impostas. No tiene tímpano.

 

En el muro occidental, por la parte interior, se conserva el perfil de otra puerta, posteriormente tapiada, que posiblemente se abrió en época moderna, cuando el edificio fue objeto de importantes reformas. También por el exterior se vislumbran los vestigios de una estructura de cubierta triangular que abría protegido esta puerta, aunque hay que decir que las fotografías antiguas revelan que se trataba de un pequeño edificio adosado que no tenía acceso desde el exterior. En esta misma fachada hay un ojo de buey que debió de abrirse durante la misma fase de construcción que la puerta moderna. Todo el templo fue sobrealzado mediante la adición de un cuerpo arquitectónico, pero se conserva la cubierta de enlosado del edificio primigenio, que es visitable accediendo a ella por el edificio contiguo, el Ayuntamiento municipal, desde el que se ha creado el acceso a una pasarela que va por encima de la dicha cubierta antigua. El campanario de espadaña que se alza en la fachada occidental es de doble abertura y posteriormente fue transformado en una torre.

 

De la fachada meridional sobresalen cuatro ménsulas que marcan la línea de soporte de un posible pórtico, dos de ellas con decoración de bocel y las otras dos con motivos figurativos esculpidos (una cabeza humana y otra de un animal fantástico) de factura bastante tosca. Otro registro de modillones aparece en el exterior del muro del ábside, bajo el alero, algunos de ellos lisos y ostros con motivos esculpidos simples (semiesferas, elipses y ovoides), entre los cuales, en las métopas, se dibuja un friso de dientes de sierra. Además, en los extremos del muro externo del ábside hay dos lesenas que lo enmarcan. El paramento de la fábrica exterior es de grandes sillares de buena labra de roca caliza, dispuestos en hiladas regulares, por lo que la construcción de este templo se ha fechado en el siglo xii.

 

En el interior del templo se conserva una gran pila bautismal de sección circular y copa semiesférica ligeramente ultrapasada. El objeto no presenta otra decoración que una banda peraltada alrededor de la boca de la copa. Aunque es difícil establecer una datación para la pieza, no se puede descartar su pertenencia a la época románica.

 

Por otra parte, la puerta conserva herrajes con trabajo en hierro forjado. Se ha considerado que el cerrojo, decorado en uno de sus extremos por una cabeza de animal fantástico parecido a un dragón, que se repite en otras iglesias, podría pertenecer a la época románica.

 

Terminamos apuntando que, en 1957, durante unas obras de restauración, se encontró en la iglesia de Oix una cruz esmaltada, probablemente vinculada a la obra de Limoges. Esta cruz está actualmente desaparecida.

 

 

 

Texto y Fotos: Marcos Ojosnegros Marín – Planos: Francesc Xvier Llagostera Gelis

 

Bibliografía

 

Abadal i de Vinyals, R. d’, 1926-1952, II, pp. 390-392; Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 266-268; Marquès i Planagumà, J. M, 1984, pp. 37, 39, 42, 55, 66, 73, 85-88, 94, 99, 112, 148; Monsalvatje y Fossas, F., 1889-1913, II, XI, XII; Murlà i Giralt, J., 1980, pp. 155-194; Murlà i Giralt, J., 1983, pp. 94-95; Rius i Serra, J., 1946, pp. 76, 89; Sala i Canadell, R. y Puigdevall i Diumé, N., 1977, p. 72.