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Vista general desde el suroeste de Sant Salvador de Torrebesses

Identificador
25226_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.4276153,0.5923188
Idioma
Autor
Meritxell Niña Jové
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Salvador de Torrebesses

Localidad
Torrebesses
Municipio
Torrebesses
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Salvador de Torrebesses

Descripción

TORREBESSES

El municipio de Torrebesses se encuentra en la parte sureste del Segrià, dentro el sector que morfológicamente pertenece a Les Garrigues. El término es drenado por la Vall Major o rambla de Juncosa, que procede de la sierra de la Llena y confluye en el pantano de Utxesa. La población de Torrebesses se emplaza a la derecha de la Vall Major, en una vertiente suave. Tiene un conjunto monumental formado por el castillo, la iglesia románica de Sant Salvador y algunas casas de época moderna que constituyen La Vileta, nombre que, como en otros lugares del Segrià, define el casco antiguo o villa amurallada.

 

Las noticias documentadas sobre Torrebesses se remontan a los años de la conquista cristiana y la repoblación del territorio, que fue realizada –como la de Juneda, Sunyer y Torregrossa– por la familia de los Cervera. Los templarios recibieron también honores, los cuales, a la extinción de la Orden en 1317, pasaron a la Corona. El rey Pedro el Ceremonioso vendió en 1359 la jurisdicción de Torrebesses, junto con la de Granadella y Granyena de les Garrigues, a Pere Moliner, ciudadano de Lleida, por un total de catorce mil sueldos barceloneses.

Iglesia de Sant Salvador de Torrebesses

La iglesia parroquial de Sant Salvador se sitúa en lo alto de Torrebesses, dentro del perímetro de la que se conoce como La Vileta. El terreno que envuelve el templo, que se asienta directamente sobre la roca, fue rebajado en el sector occidental, y por ello se construyó una escalera de acceso al templo en esta parte.

 

Son muy escasas las informaciones de las que se dispone sobre la fase medieval de esta iglesia. De hecho, la primera mención documentada no aparece hasta la relación de iglesias y beneficios del obispado de Lleida que contribuyeron a la décima papal del año 1279, en donde se nombraba al párroco de Torres Beces.

 

Sant Salvador es un edificio compuesto por una sola nave y un ábside semicircular, anchura exterior del cual es tan sólo unos centímetros menor que aquella. Se cubre el ábside con bóveda de cuarto de esfera, mientras que la nave lo hace con bóveda de cañón de perfil apuntado reforzada con dos arcos fajones. El más oriental de ellos se despliega en la unión del ábside y la nave y el otro dividiendo esta última en dos tramos. Dichos arcos se apoyan en prismas sobre ménsulas decoradas con rollos que reproducen una fórmula muy típica, si bien simplificada, de la arquitectura cisterciense. En el interior del templo subsisten in situ varios fragmentos de una imposta biselada que corría a la altura del arranque de las bóvedas y los arcos. En su mayor parte, esta faja fue destruida al abrir posteriormente las capillas laterales del templo.

 

El muro perimetral del templo fue sobrealzado aproximadamente 1 con la adición de cuatro hiladas de sillares, quizás como parapeto de defensa. Conviene apuntar, en este sentido, que, según recoge el historiador local Josep Jané, los muros de la parte norte de la iglesia de Sant Salvador eran parte de la muralla de La Vileta. Sea como fuere, este aditamento debió de suponer la mutilación del alero original de la cubierta, y la supresión, con ello, del sistema de desagüe. Se colocaron presumiblemente entonces las gárgolas que aún hoy se contemplan. Este sobrealzado dificulta la visión de la cubierta, que está compuesta por tejas de losa, y que posiblemente es la original.

 

Los paramentos externos del edificio exhiben un aparejo uniforme formado por sillares labrados de dimensiones medianas. Ello no obstante, el paso de los siglos y las condiciones meteorológicas han propiciado una gran diferenciación en el estado de la piedra, la cual está mucho más oscurecida en la parte norte. Se advierten, así mismo, algunos rejuntados de urgencia hechos con mortero en puntos donde existen grandes brechas. Por todo el templo aparecen múltiples marcas de cantero, las más profusas en el sector que circunda la portada.

 

A excepción de la puerta de acceso, abierta en la fachada occidental, los paramentos exteriores del templo están desprovistos de cualquier tipo de ornamentación. El edificio recibe luz a través de dos aberturas. La primera de ellas, en el ábside, presenta un doble derrame y está desplazada hacia el Sur con respecto al eje longitudinal del templo, una disposición nada común y que podría tener algún tipo de relación con la existencia de un muro de cierre de la muralla, el cual podría haber salido del centro del ábside, lo que habría obligado a cambiar la ubicación habitual de la ventana. En la cercana iglesia de Sant Joan de Carratalà se puede pareciar también esta desviación, en este caso hacia el Norte. La otra ventana de Sant Salvador se abre encima de la puerta y se remata con un arco de medio punto.

 

Rompen la pureza de líneas del edificio de base varios cuerpos erigidos con posterioridad como espacios de advocación particular. El primero al que hay que hacer referencia, siguiendo un orden cronológico, se sitúa en el lado sur y corresponde a la capilla dedicada al Santísimo. Tiene planta rectangular y se cubre con bóveda apuntada, que si bien parece coetánea a la construcción de la iglesia por la perfecta unión de sus paramentos con los del cuerpo principal. Su posición un tanto artificiosa es indicativa de que se trata de un aditamento posterior, fechable a finales del siglo xiv. La imposta del templo prosigue por el interior de la capilla. Nótese que, para permanecer a la misma altura que marca en la nave, tiene una ubicación no correspondiente con el arranque del arco apuntado que cubre el ámbito. Externamente, esta capilla presenta un alero decorado en su línea este por tres canecillos con temas geométricos y un escudo del que no se distingue la heráldica.

 

Más numerosos son los volúmenes añadidos a la zona norte de la construcción. El primero fue el que hoy corresponde al cuerpo central de los tres que sobresalen del muro. Se trata de la capilla de san Juan Bautista, alzada a principios en el siglo xv, para cuya construcción se perforó el muro románico con un arco apuntado que arranca de molduras con decoración vegetal. Este ámbito se cubre con bóveda de crucería y alberga un magnífico retablo gótico dedicado al santo patrón de la capilla. En el mismo siglo xv se le adosó la capilla del Santo Cristo al Oeste, aprovechando la pared de aquélla. Se trata nuevamente de un espacio de planta rectangular cubierto con bóveda de crucería. Esta capilla fue reformada en el siglo xvii, momento en qué se abrió el arco de medio punto que le da acceso. Para su construcción fue necesaria la mutilación del arco fajón oeste, de modo que la bóveda románica descansa sobre el arco de medio punto que da acceso a la capilla. El último añadido, del que no conocemos la fecha exacta, fue la sacristía, en la parte noreste. Como aditamento a la fábrica original hay también un campanario de espadaña de dos aberturas sito en la fachada de oeste.

 

Como se ha apuntado, el componente con decoración más relevante de este templo es la portada de acceso, que se abre en su frontis occidental. Presenta un arco de medio punto enfatizado por tres arquivoltas en degradación con baquetones y con una línea de puntas de diamante en la arquivolta central. La ausencia de tímpano responde a una tipología a cuyos paralelos más cercanos se comentarán a continuación. Protege el conjunto una chambrana biselada. Las arquivoltas descansan sobre una línea de imposta, también biselada, que a su vez constituye los cimacios de los capiteles. Éstos, tres a cada lado, presentan una decoración vegetal definida por el motivo que se conoce como el “lirio de agua”, consistente en grandes hojas enderezadas, en el centro de las cuales hay trabajada, en este caso, una línea perlada que marca la nervadura principal. Se observa una tendencia a la unificación de la faja de capiteles con el fondo de las jambas mediante el uso del mismo motivo decorativo, de modo que se puede definir esta franja como un friso continuo. Se observa una columna de fuste cilíndrico por banda, correspondiente al capitel central, en tanto que los soportes de los otros dos capiteles están constituidos por gruesos baquetones labrados en los mismos sillares. Los elementos de soporte descansan sobre un basamento compuesto por un amplio zócalo sobre el que hay las basas de las columnas y pseudocolumnas. La descripción de esta portada pone en evidencia de que se trata de un equivalente a la que se abre en la fachada norte de la iglesia de Sant Miquel de Granyena de Les Garrigues, que se conserva en un pésimo estado. Son tales sus analogías que hay que considerar estas dos portadas como totalmente emparentadas. Volviendo al análisis de los motivos decorativos, pese a ser las puntas de diamante un motivo que gozó de una amplia difusión en todo tipo de ornamentaciones, su vinculación directa apunta, de forma muy clara, al conjunto de portadas que la historiografía suele definir como la escuela de Lleida, la cual tiene sus mayores realizaciones en las portadas dels Fillols y la portada central occidental de la Seu Vella de Lleida, así como también en el portal oeste de Santa Maria de Agramunt, toda ellas de mediados del siglo xiii.

 

En cuanto el tema ornamental del lirio de agua, es un tipo que se difundió a principios del siglo xiii desde los grandes centros, especialmente del mundo del Císter. Es muy abundante en los claustros de los monasterios cistercienses de Poblet y Vallbona de les Monges, así como en la sala capitular del monasterio de Santes Creus. Su presencia en Sant Salvador de Torrebesses constata que el tipo dejó su impronta en edificios de condición más modesta, como es también el caso de la ya mencionada portada de Sant Miquel de Granyena. Las características de la portada de Sant Salvador permiten afirmar que se trata de un foco que deriva de los grandes centros de creación del siglo xiii.

 

La ejecución de este edificio se puede situar en un momento avanzado dentro del siglo xiii, como muestra de la perduración de estructuras de un románico que se mantenía recurriendo a soluciones que anunciaban la introducción del gótico, como la bóveda de cañón apuntado reforzada con arcos fajones, mientras que los portales y ventanas seguían siendo de arco de medio punto. El Císter fue una de las vías más significativas en la recepción de los primeros elementos góticos, y fue de estos centros que el templo de Sant Salvador tomó algunas de sus formas, simplificándolas, como sucede en otras iglesias que son también ejemplo de esta inercia (la ya aludida de Granyena o la de Vinaixa, también en Les Garrigues).

 

Texto y fotos: Meritxell Niña Jové - Planos: Noelia Albana Arjo

 

 

Bibliografía

 

Adell Gisbert, J.-A., 2002, p. 94; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, p. 238; Fité i Llevot, F., 1991a, pp. 77-91; Jané i Periu, J., 2000, pp. 106-121; Puig Sanchis, I., 2003, pp. 164-165; Rius i Serra, J., 1946, p. 110.