Castell de les Sitges
Castillo de les Sitges
A unos 2 km de Florejacs, prácticamente en el extremo este de la Segarra y emplazado sobre una colina, se encuentra les Sitges. Desde el enclave del castillo, situado en una elevación entre las cuencas del río Sió y del Llobregós, se domina una vasta panorámica de la Segarra, la plana de Guissona, la ribera del Sió y el Medio Segre. Junto al castillo, en el sector meridional, se localizan las ruinas de lo que habían sido las viviendas de esta población. A pocos metros al Sureste se halla la iglesia románica de Sant Pere con su campo santo. Actualmente, el lugar está deshabitado pero el castillo se ocupa estacionalmente y hoy en día se ofrece como un edificio cultural y turístico de la Segarra. Desde la carretera L-313 de Guissona a Ponts, a la altura del pueblo de Palou, en el kilómetro 20, se toma la carretera en dirección a Florejacs, y poco antes de llegar a dicha población y a mano derecha se coge el desvío que lleva por carretera asfaltada al Castell de les Sitges.
La historia del castillo de les Sitges transcurre paralela a la de la cercana fortaleza de Florejacs, jurisdicción a la cual perteneció a lo largo de los siglos. El lugar de les Sitges es citado por primera vez en un documento datado en 1025 en el que se cita como afrontación oriental del término de Coscó. En otro escrito de 1042 relacionado con el núcleo de Sanaüja, se hablaba de los graners de ciges. La primera noticia relacionada con el castillo se remonta a 1116, cuando Pere Ponç, antes de dirigirse al Santo Sepulcro, testó a favor de su hijo Arnau, a quien legó, junto con otros bienes, el castrum de Ciges con todas sus pertinencias. A finales del siglo xiii, la fortaleza era propiedad de los Alemany de Cervelló, señores de Guimerà. Guerau Alemany de Cervelló, señor de Florejacs y de les Sitges, en su acta testamentaria de 1304, legó a su esposa Blanca el castillo juntamente con los de Florejacs y Palau, y nombró a su hija Sibil·la heredera universal de sus bienes. En dicho testamento, Guerau Alemany de Cervelló concedió a los habitantes de Florejacs y de les Sitges la exención de pagar tributos y cualquier otra servidumbre durante diez años a partir de la fecha de su óbito. La propiedad de la fortaleza pasó a manos de los señores del castillo de Ribelles con los esponsales entre Sibil·la Alemany con Ponç de Ribelles. El castillo de les Sitges permaneció abandonado hasta que, en la década de 1920, los marqueses de Villa-Palma iniciaron los trabajos de recuperación del edificio.
A pesar de que el origen del castillo de les Sitges se remonta al siglo xi, la mayoría de sus estructuras pertenecen al siglo xiv. A lo largo de estos siglos ha ido evolucionando y adaptando los diferentes estilos arquitectónicos hasta convertirse en una residencia aristocrática. La fortaleza consta de una torre rectangular construida hacia el siglo xiii, seguramente en sustitución de una más antigua del siglo xi. Más adelante, se levantó la muralla que rodea la torre, la cual dio lugar a un patio interior donde se han ido construyendo las diferentes estancias.
La torre central, con una altura de 20 m, es el elemento más significativo. En su construcción se utilizaron sillares de mediano tamaño, con la cara externa pulida dispuestos en hileras regulares, y unidos con mortero. En una intervención posterior, se le añadió una terraza en la parte superior, debajo de la cual, en cada una de las esquinas, sobresalen dos ménsulas que sostenían una plataforma que la circundaba y permitía circular por encima de las murallas. La fortaleza mantenía comunicación visual con otros castillos de la zona, como el de Ribelles, Lloberola, Florejacs, la Morana o Montcortés.
La fachada principal está orientada al Sur y en ella se encuentra la puerta de acceso al recinto, la cual se halla casi a 2 m del suelo que se salvan gracias a unas modernas escaleras. Todos los elementos de la fachada son posteriores a la época románica. El lienzo este del castillo conserva el único acceso originario de época románica, ubicado en el primer piso, a unos 8 m del suelo. Se trata de una puerta de poco más de 1 m de altura, compuesta por un arco de medio punto con las dovelas integradas en el muro. Mantiene todavía los goznes de piedra de las puertas de madera que la cerraban, así como los agujeros donde se colocaban las barras que la afianzaban y el orificio superior donde se emplazaba la polea que aseguraba, desde el interior, abrir y cerrar el gran portón basculante exterior. Cabe destacar la existencia de dos puertas consecutivas y de características afines, separadas tan sólo por 1 m de distancia, lo cual suponía un doble dispositivo de barrera que reforzaba la seguridad del recinto.
El castillo de les Sitges es una de las fortificaciones más peculiares de Cataluña, que se levantó durante los siglos xii y xiii, cuando la frontera se había desplazado de esta zona de la comarca de la Segarra hacia el Sur. Con el paso del tiempo se transformó en una fortaleza residencial, lo que conllevó una modificación de sus estructuras. Sin embargo, la presencia de la torre central con las almenas, las aspilleras y los vestigios de un matacán evidencian su aspecto originario de fortaleza.
Texto y fotos: Helena Soler Castán
Bibliografía
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