Castell de Biosca
BIOSCA
El municipio de Biosca se encuentra al norte de la comarca, en el límite con el Solsonès. La población está situada en la falda de un alto presidido por los restos del castillo, en la confluencia de las sierras de la Aguda y la de las Valls. Era un punto estratégico para el control de la frontera entre cristianos y musulmanes, ya que domina la entrada natural al Solsonès y la vía de comunicación entre la Cataluña central y el valle del Segre.
El acceso a Biosca desde Cervera se realiza por la carretera L-311 en dirección a Guissona. Desde aquí, se ha de continuar por la C-75 hasta llegar a la población. También se puede optar per seguir el Eix Tranversal, la C-25, en dirección a Sant Ramon. En, este caso se ha de tomar la salida 93 y continuar por la LV-3003 hacía Torà, donde se enlaza con la C-1412a hasta Biosca.
En el término municipal de Biosca se encuentra el yacimiento arqueológico de Puig Castellar, emplazamiento del siglo ii a. C., que se cree fundamental para conocer la organización del territorio en época romana antes de la fundación de las ciudades de la Cataluña central.
La primera mención del lugar se remonta a 1031, cuando aparece en el documento que recoge las afrontaciones del castillo de Fontanet, fortificación del vecino municipio de Torà. Inicialmente no era un castillo independiente, sino que pertenecía al término del castillo de Llor. Otros textos medievales informan que Bioscha era en 1067 propiedad de Sancha de Aragón, madre del conde Ermengol IV de Urgell, y que estuvo en manos de la familia condal hasta entrado el siglo xiii. Se conocen los nombres de algunos de los castellanos encargados de la defensa y el gobierno del castillo a lo largo del siglo xii.
El urbanismo de Biosca durante la Edad Media responde a las características propias de un establecimiento de frontera. Contaba con un recinto amurallado en el que la entrada se hacía a través de un puente, el pont vell, que todavía hoy en día salva el torrente de Pasterola. Algunas de las calles conservan gran parte de la fisonomía medieval al ser estrechos y tener tramos cubiertos con bóvedas. En lo alto, los restos del antiguo castillo dominan el altozano. Es una estructura de planta rectangular que en gran parte fue edificado sobre la roca natural, de aquí que también se conozca como a castillo roquero de Biosca. Al largo del siglo xix, coincidiendo con la primera guerra carlista, sufrió profundas transformaciones. Se reaprovechó gran parte del aparejo de sus muros para la construcción de nuevas dependencias, lo que alteró notablemente su aspecto medieval. Solamente pequeños fragmentos de los muros norte y este se consideran supervivientes de la antigua fortificación. El resto de las estructuras, como la muralla y las torres de defensa, son difícil de datar, pero se descarta que sean de época románica.
Texto: CTC
Iglesia de Santa Maria de Biosca
La antigua capilla del castillo, dedicada a santa María, que llegó a ser la iglesia parroquial hasta el siglo xviii, se encuentra en un lamentable estado de abandono, desempeñando las funciones de almacén. Las primeras noticias sobre este templo se remontan a 1093, cuando Berenguer Brocard, castellano del lugar, hizo un legado testamentario de dos onzas para el campanario: ad opera clocharis Sancte Marie Biosca. En 1100, Pere de Brocard cedió sus derechos sobre la iglesia y los bienes de ésta a la canónica de Santa Maria de Solsona. La donación la confirmó poco después Ermengol V, conde de Urgell. Dos años más tarde, el mismo conde donó los diezmos, las primicias, las tierras y las iglesias que pudieran estar dentro del término de Biosca. A partir de este momento la canónica de Solsona fue la administradora de la iglesia. Este vínculo se confirmó en la bula del papa Eugenio III, en 1151, en el acta de consagración de Santa Maria de Solsona del 1163 y en otros documentos posteriores.
Es un edificio que presenta una planta compuesta por una larga nave rectangular cubierta con una bóveda de cañón reforzada con tres arcos formeros que delimitan cuatro tramos, y un ábside semicircular cubierto con bóveda de cuarto de esfera. En el centro de éste se abre una alargada ventana de doble derrame y arco de medio punto monolítico. Corona su paramento exterior un friso de arquillos ciegos que enmarcan sendos timpanillos monolíticos. Por encima de ellos, el lienzo fue sobrealzado en el siglo xix, utilizando para ello tosca mampostería, que contrasta con los cuidados sillares, bien tallados y pulidos, utilizados en la parte inferior del ábside, entre los que se conserva algún mechinal. En el muro sur se abrieron dos capillas góticas cubiertas con bóveda de crucería, comunicadas entre sí por medio de pequeños arcos de medio punto. En el lado norte de la nave, una serie de arcos formeros de medio punto refuerzan el muro, que queda oculto al exterior por hallarse totalmente enterrado. En estos paramentos interiores se usaron sillarejos bien tallados y dispuestos en hiladas uniformes. Se ha datado la construcción de este templo entre finales del siglo xi y comienzos del xii.
TEXTO: MODESTO CARRERAS CORT/ JUAN ANTONIO OLAÑETA MOLINA – FOTO: MODESTO CARRERAS CORT – PLANO: XAVIER JOSEP GELOCH PIFARRÉ
Bibliografía
Bellmunt i Figueres, J., 2001, pp. 307-308; Catalunya Romànica, 1984-1997, XXIV, pp. 375-376; Garganté Llanes, M., 2005; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1981, pp. 297-299.