Castillo de L'Aguda
TORÀ
El término de Torà, con la agregación del antiguo municipio de Llanera en 1968, se convirtió en el más extenso de la Segarra. Ocupa el extremo noreste de la comarca. Conjuntamente con Biosca y Sanaüja conforma el denominado valle del Llobregós, espacio que se constituye a partir de la línea natural del río del mismo nombre que discurre al Sur de los tres municipios. Esta zona se constituyó durante la Alta Edad Media como frontera con Al-Ándalus. El pueblo de Torà, que es la cabeza del municipio, presenta una morfología más propia de la plana de la Segarra, con ligeras ondulaciones del terreno y elevaciones de escasa altura. En esta localidad todavía puede contemplarse algunos vestigios de su historia, como sus primitivas murallas, los portales y algunas calles estrechas que discurren bajo porches y arcadas. El entramado urbano se configuró a partir del castillo medieval del siglo xi, ubicado en la parte más alta y del cual todavía se pueden contemplar diversos tramos de sus muros.
La primera referencia conocida del castillo de Torà data de 1003, cuando el conde de Barcelona, Ramon Borell, su hermano Ermengol de Urgell y sus primos, los hermanos Bernat de Besalú y Guifré de Cerdanya resistieron una razia musulmana, encabezada por Abd al-Malik, el cual pretendía asaltar el castillo de Torà. Durante los siglos xi y xii el dominio del lugar de Torà correspondió a los linajes de los Ribelles, los Miró y los Cabrera. En el siglo xii, los Cervera fueron los señores del dominio, y, hacia 1301, el vizconde de Cardona compró la jurisdicción de los términos de la Aguda, Torà y Vicfred. A partir de ese momento, Torà permaneció vinculada a la casa de los Cardona hasta el fin de las jurisdicciones señoriales.
Castillo de la Aguda
La Aguda es una pequeña aldea cercana a Torà, que forma parte del conjunto de núcleos edificados en la margen derecha del río Llobregós. Su castillo se erige en la cima de la colina, junto a la ermita de Santa Maria, desde donde se divisa una amplia panorámica. Desde Torà, se accede a través de la carretera LV-3003 en dirección a Ponts, desde la que, en poco más de 1 km, hay que desviarse a la derecha para tomar una pista que conduce al núcleo de la Aguda.
La primera mención al castillo de la Aguda data de 1024, cuando en un juicio entre el obispo Ermengol y Guillem de Lavansa se citaban las fortalezas limítrofes con el castillo de Guissona. Más tarde, hacia 1179, el castillo fue donado, junto con el de Torà, por Gombau de Ribelles y su esposa a la hija de ambos, Marquesa. En 1196 es Ramon de Òdena quien lo legó a su hijo Ramon. Permaneció en manos de la familia Cervera desde finales del siglo xii hasta las postrimerías del siglo xiii.
El castillo de la Aguda presenta actualmente un aspecto ruinoso, resultado de los efectos de las guerras carlistas, del expolio de muchos de sus sillares, y de la construcción de una antena de telecomunicaciones en la parte más alta. Los vestigios que se conservan corresponden a diferentes acciones de ampliación y reforma. A la primera etapa, anterior al siglo xi, se puede asignar la torre de planta rectangular, ligeramente ovalada, ubicada en el Oeste. Mide 7,5 m de largo en el lado septentrional y 8,5 m en el occidental, y presenta una altura de unos 4 m. En sus paramentos se emplean sillares regulares, pulidos y bien tallados, unidos por mortero de cal y arena. Es en la segunda etapa, entre los siglos xi y xv, cuando se añadió al lado de la torre un recinto alargado de 7 m de ancho por 17 m de largo que formaba una estancia cerrada. La tercera y última fase, llevada a cabo entre los siglos xvi y xviii, correspondería a los restos de un lienzo que se iniciaría adosado a la torre de vigía y se prolongaría hasta el ábside de la capilla de Santa Maria, cerrando un amplio espacio por el lado este.
El castillo de la Aguda fue seguramente una de las principales fortalezas levantadas por parte de los condes de Urgell en la línea entre Castellfollit y Ponts durante los siglos ix y xi para defender la frontera del Llobregós. El horizonte que dominaba le convirtió, según algún historiador, en el de mayor valor estratégico, juntamente con el cercano castillo de Ribelles en la comarca de la Noguera.
Texto y foto: Helena Soler Castán
Bibliografía
Castells Catalans, Els, 1979; VI (I), pp. 739-745; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 467-468; Coberó i Coberó, J., 1982a, pp. 21-29; Coberó i Coberó, J. et alii, 2000, pp. 63-64; Markalaín i Torres, J., González Pérez, J. R. y Rubio Pérez, D., 1991, pp. 230-235; Moya i Matas, J. y Roig i Grau, J., 2011, pp. 36-38; Pérez Serra, M., 2008, pp. 26-43.