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Identificador
09572_10_013
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Sonia García de los Salmones Gutiérrez
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María

Localidad
Virtus
Municipio
Valle de Valdebezana
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL TEMPLO PARROQUIAL DE VIRTUS se encuentra en pleno campo, rodeado de árboles y prados, encaramado sobre una loma con fuertes pendientes hacia el norte y este, discurriendo a los pies un arroyuelo. Los dos centenares de metros que hay hasta el casco urbano sugieren la posibilidad de un desplazamiento gradual del caserío que en origen se hallaría más cerca de la iglesia. Es un edificio construido a base de sillería arenisca, formado por cabecera semicircular, una nave en cuyo tramo anterior se abren dos capillas laterales, a modo de crucero, espadaña a los pies y una serie de añadidos perimetrales: sacristía al sur de la cabecera, baptisterio y otras pequeñas estancias al norte de la nave, y pórtico cubriendo la fachada meridional, cobijando a la portada y a la escalera de caracol que sube al campanario. Se conserva básicamente el primitivo templo medieval, que sufrió una importante remodelación hacia 1739, según cuenta una inscripción: OP(er)A FABRICAE SIE NDO CVRA D(on) BLAS RVIZ DE LA PEÑA AÑO DE 1739 En este momento fue cuando debió renovarse el interior de la nave, construyéndose entonces también las capillas laterales, la sacristía y la escalera de caracol. En las cubiertas, tanto de la sacristía como de los tramos de la nave, como de las capillas laterales, se usaron bóvedas de crucería de tradición gótica, muestra de la enorme perduración que tuvo este estilo, como antes había ocurrido con el románico. Posteriormente se remató el conjunto, quizá aún en el mismo siglo, con la construcción del pórtico y las dependencias que se adosan al norte de la nave, entre las que se halla el baptisterio. El ábside es de sillería, con muro liso solamente roto por la ventana que se abre en el testero, formada por una saetera enmarcada en arco doblado, de medio punto, el interior con un arquillo abocelado descansando sobre dos columnillas de altas basas, fustes monolíticos y capiteles sin cimacios cuyas cestas se decoran con entrelazo, en el lado izquierdo, y, en el derecho, con dos toscos leones afrontados, muy similares y tan rústicos como los que aparecen en la portada de Villabáscones de Bezana. El arco exterior es liso, con las dovelas angulares descansando directamente sobre jambas cuyas aristas portan un sogueado que no se llegó a tallar en todos los sillares. En el muro, sobre esta ventana, sobresalen cuatro sillares de pequeño tamaño como si estuvieran preparados para tallar algún motivo que no se llegó a ejecutar. Una cornisa de nacela compone al alero que sujetan una docena de canecillos, entre los que dominan los de nacela, aunque también los hay de dos nacelas superpuestas, uno con cinco rollos y al menos dos con bola que cuelga de una hoja lisa. El presbiterio se ensanchaba respecto al ábside mediante un codillo, aunque prácticamente desapareció por completo cuando se construyeron en el siglo XVIII las capillas que flanquean el primer tramo de la nave. Muy oculta se halla también el resto de la nave, aunque en el muro norte se pueden ver parcialmente los dos tercios posteriores, con la cornisa de nacela y doce canes muy erosionados. En la fachada sur se conserva también buena parte del alero, con cornisa decorada fundamentalmente a base de celdillas romboidales, a las que se suman también algunos otros motivos geométricos; entre los catorce canecillos aparecen figuras geométricas y alguna cabeza animal y humana, además de nacelas escalonadas. En este muro se halla la portada, obra del siglo XVIII, aunque a su lado, más centrada en el muro, se llega a ver la anterior puerta románica, de la que sólo se aprecia el tímpano de medio punto que la coronaba -después reformado- y parte de las sencillas jambas. El tímpano está formado por un semicírculo con moldura achaflanada decorada con dientes de sierra y pequeñas medias bolas, quedando el espacio central rehundido y compuesto, insólitamente, por cuatro roscas de dovelas. Suponemos que la portada se cegaría en el siglo XVIII, aunque en tiempos más recientes se colocó en el campo del tímpano un relieve con un cáliz y una inscripción en la que se lee: EL PAN NUESTRO DE CADA DIA, con una grafía que pretende imitar la de los siglos XII-XIII. Este reforma seguramente comportó la desaparición de un relieve anterior, cuya existencia parece deducirse de algunas marcas de re t alla en las dovelas izquierdas más exteriores. A los pies se alza la espadaña, articulada en cinco paños superpuestos. Los tres inferiores se diferencian mediante sucesivos retranqueamientos en longitud y anchura, disponiéndose sobre el segundo una enorme y curiosa inscripción moderna con el Corazón de Jesús, donde se lee: ALIANZA 13 DE ABRIL DE 1913. FIELES, MUERA LA SUCIA E INFERNAL BLASFEMIA. El tercer paño, donde se abre una ventana posmedieval, se achaflana a media altura, rematando en una imposta plana que da paso al cuerpo de campanas, con dos troneras de medio punto, trasdosadas por chambranas de nacela y cuyos arcos apoyan en impostas envolventes. El remate es un agudo piñón coronado por una cruz de piedra y en el que se abre otra tronera más pequeña y sencilla. En el interior del templo sólo el ábside sigue mostrando su primitivo aspecto románico, con la sillería vista. A media altura el muro está recorrido por una imposta de nacela, mientras que otra da paso a la bóveda de horno, decorada con rombos en relieve, un motivo que se da también muy cerca de aquí, en Castrillo de Valdebezana, y que aparece en otras iglesias emblemáticas de la zona, como Butrera o Huidobro, llegando hasta Santillana del Mar, entre otros muchos lugares. Un arco fajón de medio punto daba paso al desaparecido presbiterio, haciendo ahora funciones de arco triunfal, con semicolumnas que apoyan sobre alto podio que alcanza hasta el nivel de la imposta inferior citada. Las basas se componen de plinto y dos gruesos toros flanqueados por bolas y con alguna tosca decoración geométrica en el centro, mientras que los capiteles muestran igualmente decoraciones geométricas poco frecuentes. La cesta del lado del evangelio se decora con tres series superpuestas de una especie de medios tubos, motivo que encontramos también en Siones, Vallejo de Mena, Bárcena de Pienza o en la iglesia cántabra de San Román de Escalante. La del lado de la epístola muestra una decoración de botones con hoyuelo central, dispuestos igualmente en tres bandas superpuestas. Serían estos elementos los que nos permiten apuntar una cronología para el edificio en el entorno de 1200. Durante la Guerra Civil de 1936-1939 todo el Valle de Valdebezana fue escenario del Frente Norte, activo durante el primer año de la confrontación, lo que repercutió en muchas de las iglesias. Huidobro dice que hasta entonces la iglesia de Virtus tenía “cinco retablos-altares de bastante valor”, uno de ellos en la capilla de los Cabañas, con veinte imágenes. El repertorio de daños, que aporta el autor, producto más de la incultura que de las bombas, es bien significativo: “Han perecido un cuadro de la Dolorosa, y quince imágenes, algunas del siglo XIII y otra de Santa María la Mayor [la titular de la parroquia], del siglo XII, San Blas y Nuestra Sra. del Rosario. Faltan dos campanas, dos cálices, copón, custodia, portaviático, y cruz de cobre, más ornamentos, algunos estimables por sus bordados de seda. Las imágenes, unas fueron quemadas y otras apedreadas. Del archivo se ha salvado la mitad”.