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Fachada oriental

Identificador
33000_0228
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Tirso

Localidad
Oviedo
Municipio
Oviedo
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
SE ENCUENTRA SITUADA EN EL CENTRO del casco antiguo de la ciudad de Oviedo (Ovetao), muy próxima a la iglesia de San Salvador y de Santa María, así como al palatium de Alfonso II (prope palatium según el Obispo Pelayo), fundador de esta iglesia en honor de San Tirso, mártir de Apolonia de Bitinia en el siglo III. La iglesia de San Tirso ha llegado hasta nuestros días radicalmente alterada en su estructura al haber sido transformada en su totalidad hacia finales del siglo XII, en época románica y en el siglo XIV, en el que se reedifica gran parte del interior del templo. Posteriormente la iglesia es destruida por un incendio en 1521. En la actualidad, de su estructura original sólo se conserva el muro testero del ábside central, siendo visible la parte superior y encontrándose la inferior unos tres metros por debajo del nivel actual de la calzada. La configuración primitiva del templo se desconoce de forma absoluta y únicamente cabe suponer la clásica división en tres naves con una cabecera tripartita, típica de las iglesias asturianas. El templo fue donado por Alfonso III y su esposa doña Jimena a la Catedral de Oviedo, en documento de 5 de septiembre del año 896: ...et nominatim illam capellam nostram Sancti Tirsi. La iglesia ha sido objeto de admiración por parte de las crónicas medievales. La Crónica Albeldense la describe como una “admirable edificación, con numerosos ángulos”. La Crónica ad Sebastianum (885) destaca con una relevancia especial los valores artísticos y arquitectónicos del templo en los siguientes términos: necnon et tertiam baselicam in memoriam sancti Tyrsi condidit, cuius operis pulcritudo plus presens potest mirare quam eruditus scriba laudare (“construyó (...) también una tercera basílica en memoria de San Tirso, obra cuya belleza más puede admirar quien esté presente que alabarla un cronista erudito”). Por su parte, la Crónica Silense (1115) señala: “fundó (Alfonso II) con bella obra una iglesia del bienaventurado mártir de Cristo Tirso en el mismo recinto...”. La configuración del muro de la cabecera llegada hasta nosotros conserva el sillarejo original, alternando en las esquinas con sillar escuadrado a soga y tizón. Los aleros de las cubiertas descansan sobre ménsulas o modillones característicos del período constructivo alfonsí. Están rematadas, en su extremo voladizo, por una forma semicircular y decoradas con un característico dibujo estriado. En el centro del muro, actualmente visible, se abre una ventana trífora que supuestamente se abriría a la cámara supraabsidial común a las iglesias asturianas. La forma de la ventana presenta además similitudes con la abierta en el testero del templo de San Julián de los Prados, en el de San Pedro de Nora y en el de Santa María de Bendones, obras todas ellas de Alfonso II. Está influida, a su vez, por las ventanas tríforas de Ravenna, las cuales las encontramos igualmente en San Fructuoso de Montelios en la Gallaecia del siglo VII. La ventana tiene tres arcos de ladrillo, en los que el central conserva mayor diámetro, y está conformada por dos columnas exentas y dos semicolumnas laterales. Las columnas de mármol descansan sobre basas clásicas y han sido reaprovechadas. Los capiteles centrales son de talla original, con el collarino sogueado asturiano y las hojas esquematizadas, siendo copias de los capiteles laterales de tradición corintia labrados a buril, piezas romanas reaprovechadas. Destaquemos la presencia de un enmarque decorado muy resaltado, a modo de perfil, y que circunscribe la parte alta de la ventana. Representa el característico alfiz mozárabe, de la arquitectura hispano-árabe, cuya presencia resulta sorprendente y cuestiona su datación cronológica al período alfonsí. Schlunk supone que la ventana podría responder a alguna obra de restauración introducida a finales del siglo IX o principios del siglo X. Este hecho explicaría cierta influencia mozárabe, que se inicia formalmente en Asturias en la Iglesia de San Salvador de Valdediós (año 893) y en la basílica de Santiago de Compostela (año 899) en Galicia. Aún así, nos encontramos con similar alfiz en la iglesia alfonsí de Santa María de Bendones, reconstruido siguiendo el criterio de restauración de Joaquín Manzanares. Para Camón Aznar el origen del alfiz es incierto y en el caso del templo de San Tirso conserva ciertos antecedentes visigodos. Uría Ríu se decanta por la ejecución en origen del mismo y no fruto de una restauración posterior, al haberse detectado su presencia en dos edificaciones alfonsíes como son Santa María de Bendones y San Tirso. Existen dos piedras, a modo de ménsulas, situadas en los extremos superiores derecho e izquierdo del alfiz con una perforación interior en forma de agujero y que junto con otras dos, no conservadas en la actualidad y situadas en la parte baja de la ventana, cumplían la función de quicios para las puertas de madera que cerrarían el triple hueco ajimezado.