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Vista general de la iglesia

Identificador
39092_08_010n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 56' 27.49'' , -4º 8' 55.13''
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María

Localidad
Hoyos
Municipio
Valdeolea
Provincia
Cantabria
Comunidad
Cantabria
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE HOYOS es una pequeña fábrica de una sola nave y ábside semicircular, a los que se añadieron posteriormente, en el siglo XVII con seguridad documental, en parte la torre, portal y sacristía y una capilla o baptisterio en el muro norte. La fábrica románica, pese a estos añadidos, está casi intacta. Exteriormente, todo el muro sur ha sido tapado por un alto portal que alcanza y cubre la cornisa románica, que debió de desaparecer, y que comprende también la sacristía que llega prácticamente al muro recto del presbiterio de este lado. Este total añadido se realiza en 1632, conforme nos dice el libro de fábrica de la iglesia. La sacristía, que formó luego unidad de construcción, se añadió más tarde, en 1638. La puerta a este portal-sacristía es de arco de medio punto con grandes dovelas, típica de las portadas montañesas del siglo XVII. La ventana de la sacristía es rectangular, también de la época. EXTERIOR La puerta de entrada a la nave románica es sumamente sencilla, apuntada, sin interés, con dovelas lisas de arcos doblados. El arco interior apoya sobre pilastras de cimacios no decorados. El ábside está totalmente completo, incluidos los lienzos del muro recto correspondiente al presbiterio. Es semicircular, dividido en tres zonas que separan dos columnas, cuyo fuste se forma de nueve tambores, siendo sus capiteles soporte de la cornisa y, por lo tanto, a la altura de los canecillos. Las calles laterales no llevan ninguna clase de vanos; la central se abre con bella ventana románica que luego describiremos. Horizontalmente el ábside tiene dos cuerpos: uno el alto, al que dividen las columnas y que acabamos de describir, y otro bajo, separados ambos por imposta de rombos, sobre la que apoyan las basas de las columnas de la ventana y las exteriores del ábside, en cuyo cuerpo bajo resaltan dos contrafuertes prismáticos que sirven de plinto a las citadas columnas externas. La cornisa, tanto de los muros del presbiterio, como del ábside, lleva decoración de rombos tangentes, idéntica a la imposta del ábside, y se soporta por una serie de canecillos iconográficos muy bien conservados, que son, de izquierda a derecha, los siguientes: 1.- Ave, grulla o cigüeña, en actitud de picar en el suelo y a cuyo largo cuello parece enroscarse una serpiente. 2.- Hombre o monje sentado con maza o rollo cogido con las manos y apoyado sobre sus muslos (puede ser un pico, repitiendo el siguiente canecillo nº 6). 3.- Liebre con largas orejas, acostada y con la cabeza vuelta. Puede tratarse también de un ciervo, muy parecido al que existe en el ábside de Las Henestrosas de las Quintanillas. 4.- (Comienza el muro del ábside) Canecillo simple de proa de nave en caveto. 5.- Personaje sentado, con hábitos largos, que sostiene sobre sus piernas un libro que mantiene con las manos. 6.- Otro personaje parecido que lleva un gran pico en las manos, tal vez un cantero. 7.- Capitel de columna con entrelazos y dos especies de arpías afrontadas, muy desgastado. 8.- Palma o ramo vertical que acaba en bola con caperuza. 9.- Ramo más complicado y fino de talla que acaba en doble fruto circundado de lazo. 10.- Cuatro frutas o bolas o dos toneles entre lazos. 11.- Animal con cabeza vuelta y boca abierta. 12.- Cuatro hojas que se juntan hacia el centro del canecillo. 13.- Gran hoja abierta, como de acanto, muy decorativa. 14.- Capitel de columna a base de entrelazos circulares, muy desgastado por la erosión. 15.- De caveto con dos rollos en los extremos. 16.- Idéntico, pero con dos triángulos que tocan sus puntas como decoración del caveto. 17 y 18.- De proa de nave. 19.- (Comienza el muro del presbiterio) de proa de nave. 20.- Ídem. 21.- Hoja vertical acaracolada en su extremo. El muro sur de la iglesia no lleva canecillos o han sido cubiertos por las construcciones posteriores. El muro norte tiene una cornisa muy simple, vencida toda ella, como demostrando arreglos posteriores, que se sujeta por canecillos muy toscos de caveto o proa de nave, sin decoración. Son nueve en total. Las basas de las columnas exteriores del ábside llevan un toro superior estrecho, una a modo de escocia plana, decorada con arcos de medio punto, que incluso se prolongan en el muro del ábside, y un toro inferior, grueso, que se une al plinto por medio de unas originales calzas o pedules en la derecha, o por bolas en la izquierda. La ventana del ábside tiene arco de medio punto con chambrana y arquivoltas de baquetón y escocia que apoyan sobre cimacio liso de caveto o moldurado. Los capiteles a cada lado son muy parecidos, con hojas, tal vez de acanto, que acaban, en el de la derecha, en crochet de frutas. Las basas llevan dos toros y escocia. El toro inferior se une al plinto por medio de una, al parecer, flor de lis, de tres hojas, similar, aunque desgastada y tosca, a la que aparece en una de las basas del arco triunfal. INTERIOR El interior de la iglesia, de una sola nave, ofrece ábside de bóveda de horno y presbiterio con cañón apuntado lo mismo que el arco triunfal. Las bóvedas apoyan sobre imposta de cuatrifolias inscritas en círculo. El capitel izquierdo del arco triunfal lleva en el centro a Cristo en majestad, con los brazos en alto, y dos figuras de apóstoles, a cada lado, portadores de los emblemas de la pasión. El plegado de los paños recuerda a los que realiza el maestro del claustro de Santillana. El cimacio es de zarcillos y hojas, que salen de la boca de una cabecita angular de animal. El capitel de la derecha lleva la conocida escena de Daniel entre los leones que lamen sus pies. La postura del profeta es casi idéntica a la del Cristo en el capitel anterior. El cimacio es de grande hojas planas, en forma de arcos, que recuerda las molduras típicas de San Andrés de Arroyo en Palencia. Las basas de las columnas que soportan ambos capiteles son muy bellas y bien talladas; la izquierda (con collarino, escocia y toro en bisel) lleva los pies o calzas que ya habíamos visto en una de las basas de las columnas del ábside; la derecha lleva flores de tres hojas, como de lis, tal como aparecía en otra basa de la ventana exterior. El arco triunfal, hacia la nave, lleva una orla de grandes dientes de lobo, formados por baquetones, tal como aparecen en la iglesia de Santa María de Villacantid. La ventana del ábside, en el interior de la iglesia, está cubierta por recargado retablo barroco. Sin embargo, hemos podido pasar detrás del retablo y comprobar que la organización de la ventana es muy similar a la que existe en el exterior: columnas y capiteles muy parecidos a los descritos al hablar del exterior del ábside. El presbiterio lleva en uno de sus lados un pequeño nicho, como credencia, con molduras finas aboceladas. Parece que existen en el cascarón del ábside pinturas del tipo de las que hemos ya hallado abundantemente en este valle y en los próximos. Son pinturas del siglo XV que ya estudiamos hace años en San Felices de Castillería (Palencia) y luego hemos encontrado en otras varias iglesias próximas, ya en Santander, como Las Henestrosas, Mata de Hoz, Barruelo de los Carabeos, etc., y que ya han sido suficientemente publicadas. Las de Santa María de Hoyos parecen exclusivamente geométricas, a base de cadenas de círculos blancos sobre fondo rojo y centro igualmente rojo, bandas de rombos, y poco más. Es interesante anotar que, bajo la imposta románica del presbiterio izquierdo, existe en letras capitales y con el mismo color rojo, la siguiente inscripción: “ESTA OBRA IÇO JUAN DE ARANA, PINTOR SIENDO CURA IOAN SECO Y MAYORDOMO…[ gu]TIERREZ AÑO DE 15…”. La fecha total, desgraciadamente, no hemos logrado descifrarla.