Identificador
40357_02_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 26' 36.26'' , -3º 58' 37.88''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Fuentidueña
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LOS ÚLTIMOS VESTIGIOS de la ermita de la Santa Cruz se encuentran encaramados sobre una suave loma empleada en la actualidad, al igual que las tierras anexas, para el cultivo de cereales. Para acceder a ella desde el pueblo hemos de tomar el camino de Las Vencías tras rebasar el puente medieval sobre el Duratón y continuar durante un kilómetro. Posteriormente, llegados a una bifurcación, seguiremos hacia la izquierda faldeando una colina a la que finalmente ascenderemos, distando en total desde el pueblo unos 4 km. En sus proximidades se asentaba un despoblado del que restan distintos materiales y del que apunta Angulo López que se debió fundar en tiempos de Alfonso VIII por repobladores alaveses. En opinión del mismo autor dejó de tener culto antes de 1737, pues en ese año ya se bautizaba a los feligreses en la cercana iglesia de Santa María en Fuentidueña. Todo apunta a que la despoblación del lugar fue bastante anterior, pues en el censo y relación de pilas bautismales de 1587 ya aparece “Nuestra Señora de Santa Cruz” como anejo de la parroquia de San Miguel de Fuentidueña, cotando con sólo un vecino. Los restos que nos han llegado nos permiten intuir un templo de única nave rectangular adosada a un ábside de testero plano formando una composición telescópica al modo de las vistas en Zarzuela del Pinar, Chatún, Pinarejos, etc., en la provincia de Segovia, y en las provincias de Burgos (Pinilla de Arlanza, Villanueva de Carazo, Revenga de Muñó, entre otras) y Soria. La cabecera está construida con cajones de calicanto. El muro sur lo compone un paramento continuo. De la nave únicamente nos ha llegado la fachada meridional, en la que se abría el ingreso principal formado por un arco escarzano. Este perfil del arco sumado a la labra de sus jambas, al descenso en el grosor del muro cerca de la cabecera de unos 80 cm a 60 cm y el cambio en el aparejo de la fábrica, nos hace pensar que pudiera pertenecer a época posterior a la de construcción de la cabecera. Poco sabemos de los muros oeste y norte, derruidos por completo, aunque a juzgar por el arranque del hastial de los pies al sur, hemos de pensar que pertenece a la misma época que el meridional. Dado el escaso grosor de los muros hemos de suponer una sencilla cubierta de madera para la nave. Daba acceso a la cabecera un arco triunfal, probablemente redondo, que reposaba en pilastras con el alma de calicanto y forradas en sillería. En sus muros se abrían arcos de medio punto ciegos que compaginaban las funciones tectónica y decorativa. Se disponían tres a norte y sur y dos al este, sobre los que se volteaba una bóveda de medio cañón de mampostería enjalbegada como todo el interior del templo. Sobre ellos se conservan las huellas de una hilera de sillares dispuesta a lo largo del muro. La única iluminación llegaba de un vano abierto en el testero. Al exterior se reforzaban los esquinales con sillería; también quedan las rozas de grandes vigas de madera dispuestas en horizontal a la altura de los riñones de las bóvedas.