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El profesor Gerardo Boto 'redescubre' un espectacular claustro románico

La revista de decoración francesa AD, en su número 94 de julio y agosto de 2010, publicó un espectacular reportaje sobre una vivienda ubicada en Palamós que contenía junto a una piscina un grandioso claustro románico. El profesor de Arte Medieval de la Universidad de Girona Gerardo Boto debió quedar impactado, como le ocurriera, salvando las lógicas distancias, al arqueólogo alemán Heinrich Schliemann cuando se 'topó' con Troya o Micenas, al leer aquel reportaje y no pudo salir de su asombro al contemplar la enorme galería de arcos románicos fotografiados por  Vincent Leroux.

Sus investigaciones no fueron más allá ante la imposibilidad de poder acceder al recinto privado; sin embargo gracias a la colaboración de la Asociación Amigos del Románico que le prestaron una serie de fotografías de alta resolución del claustro, pudo comenzar sus indagaciones. Pero sin lugar a dudas la clave principal del asunto se lo proporcionó el archivo municipal de Palamós donde encontró una serie de fotografías de 1959 donde aparecía documentada la reinstalación del monumento; por lo que se trataba posiblemente de un edificio original desmontado por piezas y trasladado a su ubicación actual. El profesor Boto apunta en la dirección de que durante un tiempo la obra se mantuvo posiblemente almacenada en cajas en cualquier nave a la espera de comprador.

Algo que por desgracia fue habitual en la España de principios de siglo cuando las grandes fortunas americanas principalmente compraban patrimonio español a precio de saldo para adornar sus lujosas mansiones. Sirva de ejemplo uno de ellos,  William Randolph Hearst  el magnate de la prensa, que  compró el Monasterio Cisterciense de Santa María de Sacramenia en Segovia y que envió piedra a piedra a su residencia en Florida en 1925.

 

 

Claustro de Sacramania actualmente en Miami. Foto: Rolf Müller con licencia GDFL

 

Las características del claustro se asemejan a otros claustros como el de Silos o el de Las Huelgas por lo que es razonable pensar que se trate del mismo taller y por tanto su localización no debe alejarse mucho de esta zona; aunque otros elementos lo situarían más cerca de San Juan de la Peña y por tanto de origen aragonés y no castellano.

El presidente de la Fundación Santa María la Real José María Pérez “Peridis” también se ha visto sorprendido por la magnitud del descubrimiento y pide que el acceso a la finca sea permitido para poder estudiar in situ la obra y así poder catalogar y delimitar con mayor precisión sus características formales que permitan ayudar en la identificación de su lugar de procedencia.

Las instituciones públicas parece que si han movido ficha a tenor de las declaraciones al respecto de los altos responsables del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte lo que permite albergar esperanzas de una pronta resolución al enigma del “Claustro románico”. Descubrimiento que de confirmarse vendría a enriquecer el rico legado patrimonial medieval español.