Más de 90 personas participan en el taller didáctico del románico
Descubrirán como no se trata solo de grandes obras arquitectónicas o edificios religiosos, sino que también fueron eje de la vida cotidiana medieval.
Nuestra casa: el monasterio de Santa María la Real es el punto de partida de este taller que se inauguraba hoy con la presencia inesperada e ilusionante del impulsor de la Fundación, el arquitecto, dibujante y escritor, José María Pérez “Peridis”. En el refectorio del monasterio, ha querido dirigir unas palabras de agradecimiento a las personas que este año asisten a los cursos y al equipo que hace posible su continuidad, dado que ellos, aseguraba, “han sabido tomar el testigo de la historia y han logrado que perviva generación tras generación”.
Peridis ponía como ejemplo al coordinador del programa de cursos, Pedro Luis Huerta, quien decía “ha guiado y servido de inspiración a otros historiadores más jóvenes, como César del Valle, o Cristina Párbole que dan continuidad a su labor de estudio, conservación y difusión del románico”.

Espejo de la vida cotidiana
En esta nueva edición del taller, los participantes entenderán que un edificio románico es algo más que una obra de arte. “Estudiarlas aporta un amplio caudal de conocimientos que van más allá de los aspectos puramente estéticos”, explica Pedro Luis Huerta, quien precisa que “las iglesias románicas son fiel reflejo de la época en que se erigieron”. Por ello, muchos aspectos relativos a sus formas constructivas o decorativas ofrecen datos importantes para conocer mejor la sociedad del momento y la mentalidad de quienes hicieron uso de ellas. “Sus muros nos hablan de la época en que fueron construidos, de las gentes que los erigieron, de la tecnología de que se sirvieron y del complejo universo espiritual que lo envolvía todo”, apunta el coordinador de los cursos.
De este modo, se ofrecerá a los participantes un acercamiento al carácter multidimensional del monumento románico, analizando sus aspectos artísticos, técnicos, históricos y funcionales. Para ello las lecciones se impartirán al pie mismo de las iglesias, facilitando el acercamiento práctico al edificio y una mayor interrelación entre alumnado y profesorado.