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Detalle de la reja románica que cierra el coro bajo, a los pies de la iglesia conventual. Procedencia desconocida

Identificador
47100_01_003
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 30' 1.78'' , -4º 59' 49.73''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Convento de Santa Clara

Localidad
Tordesillas
Municipio
Tordesillas
Provincia
Valladolid
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
DESCONOCEMOS ABSOLUTAMENTE la procedencia de la reja románica que cierra el coro bajo, a los pies de la iglesia conventual. Se trata de un ejemplar casi único dentro de la historia de la rejería española, fechable a mediados del siglo XII. Su composición es similar a la de otras rejas románicas conservadas, como es el caso de la reja de la catedral de Pamplona, la del ábside de la Catedral Vieja de Salamanca, la que cierra la Capilla del Rosario en la Catedral de Palencia, la de la Capilla de los Santos Vicente, Sabina y Cristeta de la Iglesia de San Vicente de Ávila, la que protege la ventana del templo de Nuestra Señora del Mercado en León, la de la iglesia de Santa María de Mellid en Lugo, o la del ábside de San Nicolás de Segovia. La reja románica del Monasterio de Santa Clara de Tordesillas fue colocada en su actual emplazamiento durante el siglo XVIII, como demuestra la decoración en piedra pintada y estuco coloreado que la enmarca. Más arriba ésta decoración rodea un cuadro de "La Sagrada Familia con San Juanito", obra manierista de la segunda mitad del siglo XVI, cercana al estilo del artista italiano Benito Rabuyate. La reja forma un cuadrado de unos tres metros de lado y se organiza gracias a diez barras verticales que tienen espinas dobles en la mitad superior. Entre ellas van colocadas piezas independientes, formadas, cada una, por cuatro tiras de hierro colocadas verticalmente. Las dos tiras de fuera se tuercen hacia fuera, formando una "X" con los extremos doblados hacia dentro a modo de cascarón de caracol. Las dos barras internas de cada pieza son mas cortas. Por debajo se doblan sobre sí mismas y por encima se alargan formando espinas dobles. Las cuatro barras de cada pieza van unidas por el centro mediante una abrazadera cuadrada, con puntas dobladas hacia dentro en los ángulos. De este modo, las "X" resultantes se van uniendo por los brazos, disponiéndose en vertical entre dos barras, a las que se unen mediante cuatro abrazaderas, una por cada brazo. De este modo la reja se extiende en una superficie de nueve "X" colocadas en horizontal y separadas por las barras verticales, por once dispuestas en vertical y unidas sólo por sus brazos largos. La complicada trama de hierro sería muy efectiva para proteger capillas o tesoros durante los siglos XI y XII, cuando la villa aún no estaba a salvo de las algaradas fronterizas.
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