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Exterior de la cabecera de Sant Bartomeu de Portell

Identificador
17058_05_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.1845793,2.7803601
Idioma
Autor
Almudena Montenegro Gallardo
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Bartomeu del Portell

Localidad
Portell
Municipio
Crespià
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Bartomeu de Portell

Descripción

Iglesia de Sant Bartomeu del Portell

 

Los restos de la antigua iglesia de Sant Bartomeu se encuentran en el antiguo vecindario del Portell, consistente en un conjunto de masías diseminadas. Para visitarla debemos situarnos en la plaza mayor de Crespià, en el lado de Poniente, del cual surge un camino que sube hasta el paraje donde se sitúan los depósitos municipales de agua, cerca del collet de l’Oratori, a una distancia de unos 700 m. En este punto seguiremos el camino que avanza por delante de los depósitos durante aproximadamente 1 km, distancia a la que encontraremos un campo de cultivo muy extenso, limitado por un frondoso bosque en la parte occidental. De este campo surge un pequeño camino que nos llevará hasta las ruinas de la ermita, a unos 200 m de distancia, dentro del mencionado bosque.

 

El topónimo Portell (también citado como “Coll de Portell” en documentos medievales) deriva del collado por donde pasa el antiguo camino de Besalú. También es citado como Castellar en documentos del siglo xiii y posteriores, denominación que proviene del cercano asentamiento de época romana (o anterior). El término de Portello aparece por primera vez el año 978 y desde la primera mitad del siglo XII hay noticias del honor de Portell, que tenía la familia Cabanelles, y de los molinos que siguen el Fluvià. A finales del siglo xiii el señorío pasó en propiedad de la Pia Almoina de la seo de Girona, por la donación que hizo el clérigo Guillem Gaufred. F. Monsalvatje identificó los vestigios conservados como Sant Bartomeu de Basset, topónimo citado en un documento de 1397. En 1514 encontramos citada la iglesia en las actas de visitas pastorales y ya a mediados del siglo xvi estaba en ruinas, motivo por el que fue reconstruida entre los años 1557 y 1573. Nos consta que en el año 1776 se mantenía en pie, pero en 1828 ya figura como totalmente derruida. Se sabe que en el año 1661 un ermitaño se ocupaba de ella, junto con el vecino santuario de Sant Miquel de la Roca. En los años 1982 y 1983 se llevaron a cabo sendos campos de trabajo para limpiar su interior y se recuperaron algunos elementos originarios del edificio románico.

 

La iglesia de Sant Bartomeu era inicialmente de una sola nave, de cabecera semicircular y precedida con dos aberturas laterales a modo transepto. Actualmente la nave está enteramente destruida, hasta el punto que sólo se han podido identificar indicios de la base de los muros gracias a la limpieza de las ruinas. La base del muro de la fachada occidental, como los vestigios de la puerta de acceso, pertenece a una reforma tardía de los siglos xvi y xvii. El derrumbe de la nave motivó que se restaurara para el culto sólo el sector del edificio que se mantenía de pie, correspondiente a su parte oriental: el transepto y el ábside. En ese momento, posiblemente ya en época posmedieval, se construyó una fachada de cierre para la entrada del espacio del transepto.

 

Ésta era la estructura que tenía el edificio cuando se desplomó definitivamente, antes del año 1828, y a su vez ésta es la parte sobre la que se conservan más vestigios, aunque no han pervivido la cubierta ni la parte alta de los muros. Ahora bien, la construcción se mantiene prácticamente en toda su altura original por la parte del transepto, donde solamente falta la bóveda. El muro del ábside se ha conservado con una altura máxima que ronda los 4 m de alto, mientras que la parte sureste del transepto está más destruida.

Teniendo en cuenta los pocos vestigios existentes y la falta de información sobre el templo original, podemos recrear una imagen aproximativa de lo que antaño fue esta construcción. El ábside se abría a partir de una estructura doble en degradación. Aún se puede ver el arranque de la bóveda de medio punto, una ventana de derrame simple con dintel de arco recortado y una abertura rectangular sesgada. La capilla meridional, que correspondería al brazo sur de lo que se ha definido como un transepto, evidencia una cubierta de bóveda con un cuerpo añadido, seguramente una sacristía, hoy difícil de ver entre la frondosa vegetación. Entre el transepto y el inicio de la nave se conserva la base de un arco toral. En el muro este del sector norte del crucero se ha conservado una ventana entera que tiene el aspecto de saetera desde el exterior, con dintel monolítico, mientras que en el interior el arco es de medio punto. En este mismo lado, en el muro oeste, se halla una abertura rectangular, apaisada y sesgada, que no parece original. En el paramento septentrional se abre una ventana que fue tapiada. El desescombro ha puesto al descubierto un peldaño de acceso al presbiterio y restos del pavimento de piedra sobre una capa de mortero. De los muros de la nave románica desaparecida únicamente se ha podido identificar un tramo corto del lado de mediodía, cerca de la unión con el transepto, y otro de menos claro en el lado opuesto; las partes que faltan están soterradas.

 

El edificio no es del todo homogéneo en toda la obra de origen románico, pero en su mayoría está construido con sillares de travertino bien cortados y repicados, dispuestos en hiladas horizontales. Hemos de suponer, por la misma calidad constructiva, que todo aquello conservado pertenece a un mismo momento, que por sus características, puede ser fechado entre la segunda mitad del siglo xii y los inicios del siglo xiii. Por último, cabe mencionar el mal estado de conservación del edificio, pues muchas de las características que describimos son difíciles de observar debido a la espesa vegetación y a la degradación de la piedra.

 

 

Ara de altar

 

Los trabajos de restauración y acondicionamiento del edificio de 1982-1983 proporcionaron algunos hallazgos materiales, que fueron depositados en la antigua capilla de Santa Llúcia de l’Hospital de Crespià, de propiedad municipal. Entre estos materiales encontramos elementos arquitectónicos como una imposta de bocel, tres arcos de ventana de medio punto cortados en un solo sillar, y otros siete sillares.

 

Destaca, sin embargo, un fragmento de ara de altar que fue recuperado en 1982 en el espacio del presbiterio. Por este fragmento de 77 cm de largo, 66 cm de ancho y 10 cm de grosor, que corresponde a dos terceras partes del total, se sabe que el ara tenía forma rectangular y era de piedra caliza. El perímetro superior era enmarcado por un resalte regular, de escaso relieve, que es el único elemento destacable de la pieza, pues carece de otra ornamentación. La pieza guarda similitud con las de Palau Sardiaca y Santa Maria de Sagàs, aunque ello no ayuda a establecer una cronología fiable. Con todo, podemos suponer que pertenece a la misma época que el edificio.

 

Texto y fotos: Almudena Montenegro Gallardo

 

 

Bibliografía

 

AA.VV., 2005, pp. 326-327; Catalunya Romànica, 1984-1998, V, pp. 425-426; Marquès i Planagumà, J. M., 2000, p. 71; Noguera I Massa, A., 2005, pp. 109-116; Badia i Homs, J. y Olavarrieta i Santafè, J., 1990, pp. 120-121; Badia i Homs, J. y Olavarrieta i Santafè, J., 1991, pp. 99-101.