Identificador
26056_01_057n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 32' 29.44'' , -2º 57' 48.42''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Cuzcurrita de Río Tirón
Municipio
Cuzcurrita de Río Tirón
Provincia
La Rioja
Comunidad
La Rioja
País
España
Descripción
DENTRO DE LA ARQUITECTURA religiosa de la localidad es obligado mencionar la iglesia parroquial de San Miguel, construida entre 1753 y 1766 y declarada Monumento Nacional en 1978, que constituye el mejor exponente del barroco riojano del siglo XVIII. Su curvilínea fachada occidental es una obra maestra del barroco de movimiento por su trazado a base de superficies cóncavas y convexas, de influencia borrominesca. En el año 2002, tras la restauración de la ermita de Santa María de Sorejana, que carece de culto, su pila bautismal románica de comienzos del siglo XIII fue trasladada a esta parroquia de San Miguel, así como la Virgen titular, Nuestra Señora de Sorejana, talla gótica de fines de la misma centuria. En la ermita, la pila se ubicaba en la zona de los pies, bajo el coro alto, en el lado del evangelio, y tras su traslado a la parroquia se ha colocado en el presbiterio de la misma, al lado del evangelio. Mide 79 cm altura total x 129 cm diámetro del brocal, y 25 cm altura del pie x 54 cm altura de la taza. Se compone de una basa con garras en las esquinas, un pie cilíndrico muy corto, una moldura abocelada, y una copa algo achaparrada con gallones muy gruesos, tanto al interior como al exterior, rematada en una cenefa de vástagos serpenteantes que encierran en sus ondas hojas carnosas simétricas de las que surgen otras lobuladas. Su ejecución es esmerada, de estilo jugoso y curvilíneo, como la escultura románica de la ermita. Sin embargo junto al ingreso de ésta, en el lado de la epístola, hay un capitel gótico del siglo XIV que hace función de aguabenditera, decorado con hojas espinosas, que presenta grandes similitudes con los capiteles góticos de la nave, y, como ellos, es de talla mucho más seca y angulosa. Aunque con algunas diferencias, la pila bautismal de la ermita de Sorejana pertenece a un taller que probablemente existió en la zona, del que salieron un buen número de piezas que parecen hechas en serie, sin apenas variantes entre sí. Todas ellas se extienden por los valles del Oja y del Tirón -y alguna por el Najerilla-, desde sus respectivos nacimientos hasta sus desembocaduras en el Ebro, por lo que quizá el lugar de trabajo fue la ciudad de Santo Domingo de la Calzada, situada más o menos en el centro, o cualquier otra localidad cercana, desde donde se enviarían a los diferentes pueblos de la comarca. Las primeras piezas de este taller son de finales del siglo XII, pues algunas de ellas están fechadas por inscripciones, concretamente las de Eterna (1185), Fresneda de la Sierra (1187) y Grañón (1199). Son, por tanto, contemporáneas a la construcción de la catedral de Santo Domingo de la Calzada y de otros muchos templos de la comarca. Pero si todas ellas son muy similares en tamaño, tipología y decoración, algunas, como la de Sorejana, presentan pequeñas diferencias que nos hacen pensar que quizá no pertenezcan directamente al taller que venimos tratando, y sean una copia o derivación algo más tardía, de comienzos del siglo XIII. De ahí que aunque esta pila tenga un tipo de hojas en el friso muy similar a las de Grañón, Santurde, Corporales, Ojacastro y Valgañón, sea más baja y más ancha que todas ellas, dando la sensación de menor esbeltez.