LA IGLESIA DE SANTAMARÍA sigue el habitual esquema de nave única y ábside semicircular precedido de tramo recto. En el exterior se le ha añadido un pequeño pórtico adosado al muro meridional de la nave. En el interior, tanto la nave como el presbiterio se cubren con bóveda de cañón apuntado, que remata al Este con un cierre en cuarto de esfera sobre el hemiciclo del ábside. Las bóvedas arrancan, tanto en la nave como en el presbiterio, de una imposta corrida, desornamentada, que se ha conservado en todo el perímetro del templo y sólo se interrumpe a la altura del arco triunfal. Presenta éste disposición semicircular, que contrasta con la disposición apuntada de las cubiertas de la nave y del presbiterio, que acusan diferente flecha, más acentuada en el presbiterio. El arco se apoya en unas sencillas impostas decoradas con bolas en altorrelieve, único motivo ornamental apreciable en el interior del templo, que se repite con frecuencia en los templos tardorrománicos de la zona de Cangas y de los vecinos concejos de Allande o Tineo. Es de destacar que el templo aún conserva un pavimento de madera antiguo de grandes tablas engatilladas bajo las se practicaron en su momento los enterramientos. La estructura y las proporciones, mayores de lo que es habitual en la zona, relacionan este templo con el de San Vicente de Naviego y reflejan el carácter tardío de la construcción, lo mismo que la ventana abierta en el lado meridional del ábside, que reinterpreta, con un lenguaje elemental, las fórmulas del nuevo estilo gótico. Adopta forma germinada, con arquillos semicirculares que descansan en una columnilla divisoria central. El frente de ésta se decora con cuatro bolas, y sobre ella, en la enjuta de los arcos, se talla un motivo de dos cruces de cuatro aspas superpuestas que generan una roseta inscrita en un círculo. En el exterior se conservan los canecillos, desornamentados y convexos, siguiendo también el modelo comentado para otros templos próximos. Las portadas, abiertas en el frente occidental y muro meridional, se incorporan a la estructura original en diferentes momentos. La meridional es de estilo renacentista y está directamente relacionada con la que preside el imafronte de la vecina iglesia de Gedrez. Consta, como aquélla, de un arco de medio punto de grandes dovelas que arrancan sobre sencillas impostas y se enmarcan con un alfiz que parte de dos pequeñas cabezas, una de ellas totalmente desgastada. Dos de las piezas del arco presentan, talladas en bajorrelieve, sendas cruces flordelisadas. La portada occidental es más tardía y compleja por forma y molduración. El templo de Monasterio de Hermo, como otros muchos del territorio suroccidental de la región, conserva importantes restos de pintura mural localizados en el presbiterio y en la nave que pueden datar del siglo XVI y representan escenas del Nuevo Testamento.