POCO O MUY POCO ES LO QUE SE CONSERVA de este templo, pareciendo el tramo curvo y recto de lo que fue su cabecera corresponder a una muy añosa iglesia; el primero se dispone sobre un potente zócalo de mampostería del que arrancan los restos de lo que debe haber sido una arquería que recorría todo el tambor, que en su estado actual invita a múltiples especulaciones por lo fragmentario y removido del conjunto. A continuación, organizado por un codillo, el tramo recto compuesto por un basamento de mampostería, se convierte en origen de unas sencillas pilastras de ladrillo de las que sería aventurado afirmar que remataban en arquería; todo el conjunto está encalado, lo que dificulta, aún más si cabe, su lectura. La visión desde la abierta parte occidental completa la primera y un tanto desalentadora impresión; unos potentes muros de caja construidos con calicanto entre hojas de ladrillo dan forma a lo que fue la cabecera, a partir de un tramo recto que dispone en su parte inferior una arquería ciega y un fajón de ladrillo en su bóveda de medio cañón, realizada esta con lajas de piedra. Ruiz Hernando ha destacado la singularidad de estos dos aspectos, de una parte la presencia de piedra caliza dispuesta siguiendo los ejes radiales de la curvatura, presente en otros monumentos segovianos; de otra, lo fragmentado del arco fajón, que no haría sino demostrar lo accesorio estructuralmente de estos elementos en algunos casos, reduciéndose su función a la organización espacial. El hemiciclo presenta menor anchura y altura y en él se encuentran tres vanos abocinados, también visibles al exterior, cubriéndose este espacio con bóveda de horno. Una sencilla imposta de ladrillo recorre todo el conjunto.