La iglesia parroquial preside la plaza que ocupa una posición aproximadamente central dentro del alargado caserío. Se trata de un notable edificio de planta basilical, con tres naves y torre a los pies -ésta rehecha en 1963 sobre las ruinas de la precedente-, combinando en su fábrica sillería y mampostería. Fue erigido en el siglo XVI sobre otro anterior románico levantado al menos parcialmente en sillería, material constructivo que se reutilizó en buena medida en la actual fábrica, sobre todo en la fachada principal, en la que se abre la portada. En las piezas reaprovechadas es bien patente la característica labra a hacha, siendo varias las ornadas con boceles. Llama la atención la presencia de varias dovelas ornadas con finos baquetones exornados con dientes de sierra, así como lo que creemos es una enjuta cuya ornamentación claramente se corresponde con las mismas. Quizás correspondan al guardapolvos de una primitiva galería porticada, hipótesis también avalada por la presencia en el aparejo de la fachada principal de numerosos sillares con boceles en dos de sus aristas, comunes en los coronamientos de los pretiles de los pórticos, aunque también en las jambas. En cualquier caso, la ausencia de otros vestigios como capiteles o basas obliga a la prudencia. En estos sillares primitivos, además, se observan numerosas marcas de cantero, así como grafitos, entre los que distinguimos dos alquerques y una media roseta incisa.