Identificador
26135_08_004n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 18' 52.55'' , -2º 18' 6.55''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
El Collado
Municipio
Santa Engracia de Jubera
Provincia
La Rioja
Comunidad
La Rioja
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA se encuentra en la actualidad en estado de abandono y ruina, por lo que debemos servirnos de las descripciones realizadas hace algunos años para analizar su aspecto, especialmente del interior donde no se puede acceder. Es un edificio de mampostería y sillarejo, con refuerzo de sillares en las esquinas, contrafuertes y vanos. Su interior, cubierto con bóveda de cañón apuntado, consta de una nave de dos tramos, y cabecera rectangular. La cabecera, de testero recto, es más baja y estrecha que la nave, separándose ambos espacios a través del segundo arco de carácter diafragmático, apoyado en pilares que sirven de contrafuertes. La cabecera se divide a su vez en dos tramos, mediante arcos ligeramente apuntados que descansan en sencillas ménsulas. A ambos lados del primer tramo de la nave, se abre una capilla rectangular cubierta con bóveda de medio cañón. A los pies se alzaba un coro con vigas de madera. Al muro sur de la cabecera se adosaba la sacristía de dos tramos separados con arco de medio punto, y cubiertos con bóveda baída. La entrada a la iglesia en el muro sur y en el último tramo de la nave es de arco de medio punto, con imposta resaltada. Un pórtico cubierto a una vertiente con vigas y bovedillas, actualmente derruido, se adosaba en el muro sur, ocupando gran parte de los tramos de la nave y contiguo de la cabecera. El acceso al pórtico, se hacía mediante un arco de medio punto que aún existe, con despiece de dovelas y con la clave decorada con el anagrama de Jesús Salvador. Se conserva la espadaña sobre el hastial oeste, formada por dos vanos de medio punto. El muro oeste presenta una prolongación hacia el Sur como cierre del recinto cementerial, y posiblemente como muro de un antiguo cortijo o recinto defensivo. La iluminación de la iglesia se hacía a través de ventanas adinteladas, y abocinadas al interior, abiertas en el muro sur, sobre al arco diafragmático, en el primer tramo de la nave, capilla lateral y coro, siendo esta última el único ejemplo de arco apuntado. En el año 1985 se descubrió otro vano cegado en el testero, al tiempo de arrancar las pinturas murales que aparecieron ocultas bajo capas de yeso. Este vano primitivo es de forma rectangular y con derrame al interior. Los contrafuertes que presenta la iglesia se distribuyen, uno en el muro sur a la altura del tramo central del pórtico, y dos en la sacristía. Al muro norte, y en el último tramo de la nave, se adosa otro contrafuerte. En la cabecera hay restos de un edificio adosado que debió de ser casa parroquial y que comunicaba con la iglesia con una puerta que se abrió en el testero. La iglesia se cubría con teja árabe y lajas de piedra a dos vertientes. En el tejaroz se observan los canes en los muros norte y sur de cabecera y nave, sencillos y algo toscos e irregulares, bajo la cornisa formada por hileras de piedra. En esta iglesia existió un retablo de pintura mural dedicado a San Juan Bautista, datado a finales del siglo XV. En las labores de restauración y traslado de estas pinturas al Museo de La Rioja, se hallaron, bajo el retablo mural, los restos de otra pintura anterior que correspondía, posiblemente, al momento constructivo de la iglesia. Estos fragmentos que estaban en las zonas superiores del testero mostraban franjas paralelas con una ligera inclinación, donde alternaban con motivos de ovas, cuadrifolias, volutas, y zigzag en rojo y negro. Estos motivos aparecieron en las jambas de la ventana descubierta en el testero. También, se hallaron formas que sugerían otros temas: nimbos, rayos de sol, en amarillo y rojo, estrellas sobre fondo azul y fragmentos de inscripciones en letra gótica. Esos restos señalaban la presencia de un tipo de pintura con una ejecución cercana a modelos románicos, pero la casi total pérdida de la figuración que ocuparía la zona inferior del retablo, no permitió su interpretación. Procedente de esta iglesia se conserva una pila bautismal, que se encuentra en el Museo del claustro de la catedral de Santo Domingo de la Calzada. Esta iglesia de nave única y cabecera recta, cubierta con cañón apuntado, es frecuente en las zonas de la sierra, entre los ríos Leza y Jubera, siendo construcciones tardías que presentan aspectos comunes. Se pueden citar entre otras, la iglesia vieja de Bucesta, San Miguel y Santa María en Robres del Castillo, o Santa María de la Asunción de Cenzano. Con algunas de esas iglesias, como la de Cenzano, San Miguel de Reinares, San Sebastián de Oliván, y la ya citada San Miguel en Robres, compartía la estructura prolongada en el muro oeste, como posible resto de un cortijo de naturaleza defensiva, que se proyectaba hacia el Sur. La iglesia se puede datar en el siglo XIV por las características aludidas, si bien el pórtico con su puerta de ingreso y la sacristía responden a una remodelación llevada a cabo en el siglo XVI. En el año 1985, un equipo formado por la Dra. Begoña Arrúe Ugarte, y un taller restaurador bajo la dirección de D. Arnaldo Lodosa, llevaron a cabo el estudio y recuperación de las pinturas góticas de la iglesia, advirtiendo en ese año del mal estado en que se hallaba el edificio, convertido en un establo, y de la ruina inminente, que hoy se puede constatar. Los restos de pintura decorativa anteriores a las pinturas góticas, así como el vano cegado del ábside, corresponderían a la fase primitiva de construcción del templo en estilo románico, acaso tardío.