Detalles de la presentación de la novela de Peridis 'Esperando al Rey'
Así definía el arquitecto y dibujante, José María Pérez, Peridis, su primera novela, “Esperando al rey”, que llega hoy a las librerías editada por Espasa y avalada por el Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio 2014. La obra, según la periodista Pepa Fernández está, además, ” llena de amor y de humor”.
“Mi profesión de arquitecto me ha ayudado a escribir este libro”, explicaba Peridis, ante un auditorio lleno de gente, durante la presentación de su novela “Esperando al rey”. “Mi experiencia me ha servido para ir quitando escombro hasta quedarme con lo esencial”. De este modo, ha plasmado la historia de una serie de personajes que le acompañan desde hace años, “los verdaderos artífices del románico”. Nobles, canteros, obispos, reyes, infantas a quienes ya escuchó durante las tres temporadas de la serie de televisión “Las claves del románico” y a quienes ahora convierte en protagonistas de su primera novela. Les ha prestado su voz, para acercarnos de forma amena y didáctica a la Edad Media, a la infancia del rey Alfonso VIII, a las luchas de poder entre familias como los Lara y los Castro.
“La época en la que se ambienta Esperando al rey es como el ajedrez, un auténtico juego de reyes”, afirma Peridis. Un tablero en el que también ha quedado mucho de quien lo narra, porque como apuntaba el escritor Jesús Torbado, “estamos ante una obra llena de hallazgos, entretenida, bella y, sobre todo, muy bien narrada”.
“Esperando al rey” recorre enclaves esenciales en la vida de su autor, como el Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo, donde pasó buena parte de su infancia y al que sigue ligado, a través de la Fundación Santa María la Real, Carrión de los Condes, San Salvador de Cantamuda, pero también Santiago de Compostela, donde el Maestro Mateo construye el pórtico de la Gloria, Soria, Burgos, donde es coronado Alfonso VIII, Atienza, Cuenca, León… Pueblos y ciudades que configuran el mapa de una época y que, en algunos casos, han sido dibujados por el propio Peridis, como un regalo más al lector de “Esperando al rey”.
Un trabajo ameno y bien documentado:
“El objetivo era construir una historia divertida, instructiva y apasionante”, comenta el autor, quien asegura que la obra, “Esperando al rey”, constituye la materialización de un sueño, de una vocación, la de escribir, a la que por su trabajo “nunca he podido dedicar el tiempo necesario”. Una novela amena y bien documentada, que da continuidad a la labor de difusión y promoción del patrimonio, especialmente del románico que, durante años, Peridis ha desarrollado al frente de la Fundación Santa María la Real, con proyectos como la Enciclopedia del Románico en la Península Ibérica, la serie de televisión “Las Claves del Románico” o el portal Románico Digital.
“El libro es la historia de nuestros antepasados, de quienes vivieron hace 800 años, de quienes construyeron y dieron vida a los monumentos y a los paisajes que hoy conocemos, por ellos he escrito el libro, para que los protagonistas del románico sigan vivos”, concluía José María Pérez, Peridis arropado por centenares de amigos, familares y aficionados al románico y al patrimono, que llenaron la sala de columnas del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
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Dejamos un breve resumen del contenido
Sinopsis
Valladolid 1155: Alfonso VII, el emperador, reúne a su corte para comunicar una decisión trascendental. A su muerte, el reino quedará dividido: Sancho, su primogénito, reflexivo y débil, heredará Castilla, mientras que Fernando, su impulsivo hijo menor, ceñirá la corona de León.
Con este punto de partida, José María Pérez, Peridis, recrea amenísimamente en esta novela un medievo fascinante, protagonizado por reyes y nobles, leales y traidores. Y también por las mujeres que los acompañaban: Teresa, la prudente, la inclasificable Cecilia, la ingenua Estefanía, Raquel, la hermosa judía... Y por las gentes del común: canteros, artesanos, religiosos, campesinos o comerciantes que mientras iban construyendo un reino para sus señores y para mayor gloria del Dios cristiano, fueron dejando memoria de los anhelos y fatigas en la piedra labrada de las iglesias y catedrales, a quienes el autor ha decidido buena parte de su vida.