Castillo y villa de Llívia
En época altomedieval, se menciona Llívia en una donación del conde Frèdol de Tolosa quien, en el año 814, sedente me in civitate mea Livia, dona la celda de Sant Esteve i Sant Hilari d’Umfred al monasterio de Sant Sadurní de Tavèrnoles. La parroquia de Levia, Santa Maria del Puig, aparece en el acta de consagración de la catedral de la Seu d’Urgell, fechada en el 819 pero redactada mucho más tarde, entre finales de siglo X y principios del XI. Varios alodios en Llívia fueron donados por el conde Sunifred II a su hermano Oliba Cabreta, en 966, y más adelante, en 1035, el conde Guifré II lega, en su testamento, a su hijo Berenguer, la iglesia de Santa Maria de Llívia con sus diezmos, primicias y pertenencias; en el mismo testamento se lega la dominicatura del lugar (prados, pastizales y bosques) a su esposa Guisla.