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Vista general del puente

Identificador
26049_01_004n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 34' 6.21'' , -2º 55' 9.75''
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Puente del Priorato

Localidad
Cihuri
Municipio
Cihuri
Provincia
La Rioja
Comunidad
La Rioja
País
España
Descripción
EL PUENTE del Priorato sirvió de unión entre las numerosas propiedades que el monasterio de San Millán poseía, siendo además su continuo mantenimiento una fuente de ingresos a través de los portazgos al tráfico que se dirigía hacia el Norte. En la declaración catastral que hizo la villa el 9 de agosto de 1751 se señala este puente de sillería “con un arco crecido y dos pequeños” junto a la casa del Priorato, en el Camino Real de Casalarreina a Miranda de Ebro. En ese momento se afirmaba que no se cobraban derechos por el paso, y que los reparos eran costeados por el monasterio de San Millán por ser de su propiedad. A mediados del siglo XIX, Madoz hacía referencia a este puente, aludiendo a que se encontraba en buen estado, y que había servido de paso principal a los monjes que iban a visitar “sus heredades, molino y pesquera”. Al parecer, existía junto a la iglesia otro puente inutilizado para el transito. El “Catálogo de puentes anteriores a 1800 en La Rioja” aporta la mayor parte de datos estructurales y noticias históricas referentes a este puente, del que a principios del siglo XX se proyectó su reutilización, como paso de la carretera de Haro al Montón de Trigo, al coincidir la anchura del tablero con la carretera proyectada. Pero finalmente se construyó otro puente a escasos metros aguas arriba, facilitándose la conservación del Puente del Priorato que se declaró en 1979 Monumento de Interés Histórico Artístico y, en 1982, Bien de Interés Cultural. A pesar de esta protección, en 1989 se realizaron obras de restauración, en las que prevalecieron criterios de reconstrucción, modificando sustancialmente la superficie de los sillares. En estas obras se limpió el arco apuntado que había quedado semioculto bajo sedimentos, se sustituyeron sillares antiguos en mal estado por otros nuevos, y se repuso parte del pretil. El pavimento que apenas se había conservado, se sustituyó siguiendo la disposición similar, que pudo haber tenido en el pasado. El puente se realizó en piedra arenisca de la zona, trabajada en sillares bien escuadrados, de mayor tamaño en las bases. Tiene una longitud de 27,83 m, y consta de dos arcos y un aliviadero. El arco mayor es de medio punto con doble rosca, y bóveda realizada en sillería isódoma dispuesta a soga, que apoya en la parte derecha sobre roca natural, y en la izquierda en un estribo de fábrica, fundado también sobre roca. El arco contiguo situado en la margen izquierda es apuntado, y posee una única rosca de dovelas irregulares con la clave en forma de cuña. La cepa en la que apoyan ambos arcos está reforzada aguas arriba con un tajamar, y aguas abajo con un espolón, ambos de sección triangular e iguales dimensiones. El aliviadero se abre en arco de medio punto a un metro de la base del paramento de la margen derecha. El tablero es de perfil alomado, con una anchura de calzada de 296 cm en su parte central, y 388 cm en la embocadura sureste. Ésta aparece flanqueada por pretiles de sillar, perdidos en parte, con una anchura media de 24 cm y una altura variable entre 40 y 74 cm. El empedrado original se conservaba parcialmente hasta la restauración, en que fue sustituido por uno nuevo siguiendo una disposición parecida en dos calles. Se ha constatado el origen romano de este puente, tanto por la estereotomía de la piedra como por la medida de los sillares, aproximándose las medidas al pie romano académico de 29 cm y 47 centésimas, siendo la medida de éste una diferencia insignificante, de tan sólo nueve centésimas de centímetro más pequeña. Para algunos autores se situaría a comienzos del siglo I, mientras que otros en la línea de Martín Bueno retrasan la datación a finales del mismo siglo, destacando, por parte de ese autor, como un rasgo arcaizante la existencia del arco doblado con rosca interior retrasada respecto del plano de los paramentos. Las proporciones modulares del conjunto también obedecen, salvo mínimas diferencias, al modo constructivo romano. Sin embargo, hay una serie de aspectos formales que apuntan a la reedificación del puente en época medieval. Así, hay que destacar la forma triangular del tajamar y el espolón, poco frecuente en época romana; el uso del arco apuntado en el vano menor, así como el perfil alomado de la calzada y el empedrado de la misma. También, la irregularidad de los sillares, especialmente en los paramentos, y en las roscas de los arcos y bóvedas, nos acerca a una reconstrucción, probablemente realizada en el siglo XIII. Las modificaciones debieron de afectar en menor medida al aliviadero, que conservó su primitivo aspecto romano de medio punto.