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Capitel con dragones

Identificador
09370_01_016
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 46' 23.58'' , - 3º 41' 18.29''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María

Localidad
Gumiel de Izán
Municipio
Gumiel de Izán
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA SINGULAR COLECCIÓN lapidaria custodiada en la capilla del Rosario -lado de la epístola- del tardogótico templo parroquial agrupa una veintena de piezas románicas (fustes, capiteles, enjutas y cimacios) de calidades y cronologías dispares no necesariamente procedentes del mismo monasterio de San Pedro (atisbaba Boto la posibilidad de que algunos fragmentos hubieran salido de las ermitas de la Virgen del Río y de San Antón e incluso de la existencia de otros sacados del monasterio de San Pedro que deben continuar en manos de vecinos de Gumiel). Aunque bastantes parecen supervivientes de un ámbito claustral, no podemos descartar otros acomodos en el seno de un ámbito monástico o como galería porticada. Algunos capiteles exentos y muy sencillos pueden datarse hacia fines del siglo X I (n.º 10 de la clasificación de Boto, con acantos, piñas, palmetas y cimacio de rosetas), pero la mayor parte son del último cuarto del siglo XII, poco antes que el monasterio de San Pedro fuera afiliado al Cister y revelan directa dependencia de la fauna plasmada por los canteros silenses. Pérez Carmona habló acertadamente de la factura de las alas, colas, melenas, guedejas, fronda y composiciones detectables en el capitel n.º 63 de Silos, además de los característicos cuellos lanzados hacia abajo o aguerridos infantes entre maraña vegetal que luchan contra cuadrúpedos y trasgos (cf. capitel n.º 57 de Silos). Se conservan capiteles entregos (n.º 2 y 16 de Boto) que iban apoyados sobre fustes únicos y otros dobles (n.º 3, 7, 9, 11 y 13) que parecen proceder de alguna panda claustral o cuádruples (n.º 8 y 12, aunque nosotros sólo pudimos ver uno), instalados en el centro de las galerías o de las esquinas y dispuestos sobre fustes entorchados. Casi toda la colección ensaya motivos vegetales y figurativos de inspiración silense (cf. tres cestas dobles de acantos ramificados y trepanados muy similares a las existentes en la sala capitular de La Vid) sin que en ningún caso se eligieran escenas evangélicas, lo cual hace pensar que de haber ocurrido desbarajuste semejante en Santo Domingo de Silos hubiera sido muy poco probable haber conservado las cestas dedicadas a la Infancia y a la Pasión de la panda occidental (Boto). Las escenas de combate entre hombres (con túnicas y cabellos acaracolados) y dragones (n.º 8 y 12) recuerdan además otras composiciones similares en la portada de San Miguel de Estella y alguna cesta claustral de Santa María la Real de Aguilar de Campoo (Javier Martínez de Aguirre, “La portada de San Miguel de Estella: estudio iconológico”, Príncipe de Viana, 173, 1984, pp. 439-457; íd., “Nuevas esculturas románicas en San Miguel de Estella”, Príncipe de Viana, LVIII, 1997, pp. 7-36; José Luis Hernando Garrido, Escultura tardorrománica en el monasterio de Santa María la Real en Aguilar de Campoo (Palencia), Aguilar de Campoo, 1995, pp. 94-95). Los capiteles de factura silense muestran curiosas rayas incisas -de taco a taco- en su zona superior. Valdez advertía en el mismo capitel n.º 8 -poblado por dragones de excelente factura enfrentados a sendos combatientes flanqueados por una flor de aro- la influencia del maestro de la Infancia de Silos, percibiendo Boto además su influjo sobre otras nueve cestas del lapidario gomellano. Curiosa resulta la aparición de dos centauresas amamantando a sus crías -como las talladas en una de las cestas supervivientes del castillo de Frías- y un hombrecillo con cabeza felina armado con arco sobre la cara contigua de la misma cesta. En otra de las piezas (n.º 2) un infante alancea un dragón de alargadísimo pescuezo habitual entre la fauna fantástica del tardorrománico burgalés (cf. capiteles n.º 48 y 63 de Silos, n.º 3 de Gumiel, portada de Abajas y otras depositadas en colecciones norteamericanas), así como caracterizaciones con rasgos de arpías (n.º 11 y 16). Una ménsula con rostro de felino y cabeza poblada con hojas de acanto revela similitudes con otras piezas aparecidas en las salas capitulares de La Vid y catedral de El Burgo de Osma. Otros capiteles más toscos portan palmetas y roleos, ocho máscaras (dos de ellas tocadas con turbantes), cuadrúpedos flanqueados por olifantes, leones vomitando tallos (el cimacio con máscaras) y tritones en idéntica usanza. Se ha conservado además una cesta de crochets que recuerda las existentes en la iglesia de Las Huelgas y otro pequeño fragmento de similar factura. En la misma capilla del Rosario se conserva una pila bautismal procedente de la ermita de Santa Marina de Revilla de Gumiel; tiene copa hemisférica de 126 cm de diámetro y 77 cm de altura, decorándose con arquerías ciegas de medio punto muy similares a las de la pila de Reveche. En el museo de la parroquial está depositada una Virgen sedente con Niño portador de libro y bendicente, parece una imagen de inicios del siglo XIII [cf. Silos y su época, catálogo de la exposición (Silos, 1973; Madrid, 1973-1974, Barcelona, 1974), Patronato Nacional de Museos, s. l., 1973, n.º 38; El arte románico en Burgos. Colección de 150 fotografías en color, Burgos, 1984, p. 43 e il. 140; portada de José Jiménez Lozano, Los ojos del icono, Valladolid, 1988; Margarita Ruiz Maldonado, en Vlaanderen en Castilla y León. Op de drempel van Europa, Antwerpen, 1995, pp. 118-119; M.ª José Martínez Martínez, “Imaginería románica”, en Arte antiguo y medieval en la Ribera del Duero. Biblioteca. Estudio e Investigación, 16, 2001, pp. 199 y 209-210]. Tallada en madera policromada y 88 cm de altura procede del templo gótico del despoblado de Tremello, cuyo párroco era elegido por los monjes del cenobio de San Pedro. Restaurada en 1964, han desaparecido sus manos (debió portar una flor o un fruto en la diestra), su testa fue serrada para adaptar una corona metálica. Para M.ª José Martínez los drapeados del manteo revelan la influencia del relieve de la Anunciación del claustro de Silos, cuyos ecos alcanzaron también a Gredilla de Sedano y la imagen de Puentedura, conservada en el Museu Marès de Barcelona (Clementina-Julia Ara Gil, en Fons del Museu Frederic Marès. Catàleg d´escultura i pintura medievals, Barcelona, 1991, p. 183; Gonzalo Santonja, Castilla y León, lo que se llevaron de esta tierra, Valladolid, 1992, p. 216).