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Capitel izquierdo de la portada meridional

Identificador
40512_02_020
Tipo
Fecha
Cobertura
41º 19' 33.79" , -3º 18' 33.01"
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés,Carlos Álvarez Marcos,Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Valfermoso

Localidad
El Negredo
Municipio
Riaza
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
TEMPLO SITUADO FUERA DEL CASERÍO, a unos quinientos metros de la localidad en dirección noreste, se accede hasta él a través de un camino sin asfaltar que parte de la carretera que une Santibáñez de Ayllón con Madriguera, a su paso por la localidad. Se encuentra por tanto del todo aislado, en mitad de una ladera que lleva al arroyo de la Hoz, en un paraje de abundante vegetación, en el que destaca la presencia de robles y encinas. Se trata de una iglesia de una sola nave y cabecera recta, con elementos añadidos posteriormente como el pórtico meridional -posiblemente sustituyendo uno anterior-, la sacristía o la espadaña de los pies. Construida en mampostería, con presencia de sillares en cornisas, vanos y portada, su fábrica es un sencillo ejemplar de románico rural cuya tipología modesta y sobria no es extraña en esta comarca. Al exterior se observan estas características, de humildísima construcción; la cabecera conserva una cornisa de bisel sostenida por una serie de canecillos de nacela, por todo elemento ornamental. Únicamente la portada, situada en el muro meridional, destaca en sentido decorativo, a pesar de su sencillez; se compone de un arco de medio punto de doble arquivolta, trasdosado por un guardapolvos, todo ello alineado con el muro. Tanto la chambrana como la imposta, con perfil de listel y chaflán, lucen motivo de tacos, mientras que la arquivolta exterior hace lo mismo con unos bezantes situados en su arista, a la manera de lo que se puede ver también en Alquité, y la interior se ve recorrida por un liso bocel en ambas caras, motivo que se prolonga una vez superada la imposta por toda la jamba. Los apeos de este arco los componen dos jambas con una columna en el codillo formado entre ellas; la exterior cuenta con un perfil achaflanado ornado con bolas, mientras que las columnas, de idéntica estructura, se componen de un plinto prismático sobre alto basamento, contando el primero con una cadena de puntas de clavo entre finos listones en su parte superior. La basa presenta perfil ático con decoración incisa en el toro inferior y bolas en los ángulos; fustes monolíticos dan paso a unos capiteles con sencillísimos motivos ornamentales, así en el de la izquierda, tras un collarino facetado, se encuentran altas hojas de poco bulto, la del ángulo con todos sus nervios insinuados, mientras que las de las caras únicamente lo hacen con el central y su perfil general, situándose entre estas toscos botones vegetales; un listoncillo en lo alto de la cesta da paso a un cimacio recto. En el de la derecha, unos esquematizados tallos, con decoración de puntas de clavo en su interior, rematados en abstractas volutas ocupan la cesta, con ligeros perfiles triangulares situados entre ellos; en la arista, otros dos botones de idéntica factura a los ya vistos completan el conjunto. El interior del templo insiste en lo sencillo y desornamentado de la fábrica; la nave se cubre con armadura de madera, mientras que la cabecera lo hace con bóveda octopartita, ya moderna. A la cabecera se accede a través de un arco triunfal doblado ligeramente apuntado que apea en semicolumnas, con basa de perfil ático sobre basamento con perfil de bocel. A partir de los capiteles todo el conjunto presenta un grueso enjalbegado que dificulta su apreciación; los capiteles parecen componer su cesta de hojas de desarrollo vertical con bolas o frutos en sus puntas, sobre un collarino abocelado. Tanto la imposta como las ménsulas que sostienen los nervios de la bóveda considero que son posteriores, quizá coetáneas a la reforma del pórtico, a pesar de insinuar formas retardatarias. En los muros de la espadaña, ya del siglo XVII, se conserva una estela, que fechan en el siglo XII, con un relieve de flor hexapétala inscrita en un círculo de puntas de clavo, todo ello de escaso relieve. Aunque consta una inscripción aludiendo a la construcción del templo en 1684, parece hacer referencia a una reedificación, a la cual habría que adscribir gran parte de lo que hoy se puede contemplar, los elementos conservados de la fábrica anterior pueden atribuirse al primer cuarto del siglo XIII.