LA IGLESIA SE ENCUENTRA UBICADA unos 200 m alejada del caserío en la parte izquierda de la carretera que conduce hacia Pedraza. Rodeada de un pequeño murete con cruces de calvario fechadas a finales del siglo XVIII, la iglesia presenta una estructura que en algún momento pudo ser románica, aunque el paso del tiempo y las diferentes obras han modificado sustancialmente su primitivo aspecto. Lo que podemos ver en la actualidad es un templo construido en su mayor parte con mampostería salvo los sillares que se emplean en la esquinas, cabecera semicircular de gran altura, una sola nave, con torre adosada en el lado norte y una larga estancia rectangular ubicada en el lado sur que se compartimenta en otras cuatro para albergar una sacristía, una pequeña capilla dedicada a la Virgen del Carmen, el portal de entrada al templo y el baptisterio. Como ya hemos señalado anteriormente la cabecera de la iglesia se construye de mampostería, con un ábside completamente liso sin ventanas y con una cornisa moderna de perfil de gola o cima recta rodeando todo el perímetro de la cabecera. La nave fue reconstruida, aumentando considerablemente su altura, durante la segunda mitad del siglo XIX, en 1865, como reza una placa colocada en la parte superior del muro de la nave. Hoy día, todavía es visible parte de la esquina nororiental del muro de la primitiva fábrica por lo que podemos conocer su altura original y saber que la nave se ha sobreelevado. La torre adosada en el lado norte se construye al igual que el resto del edificio con mampostería y sillares en las esquinas a excepción del último cuerpo en el que se abren las troneras, reconstruido no hace mucho empleando para ello el ladrillo. Existen dos puertas de acceso al templo: en primer lugar la ubicada en la fachada occidental es una portada barroca construida en piedra y presidida por la tiara papal y las llaves, atributo de San Pedro. Una pequeña imagen tallada en piedra blanca del santo titular se coloca en la hornacina central. La otra portada se ubica en el lado meridional, remontada y colocada en esa larga estancia que se añadió a la nave de la iglesia. Cuenta con un arco de medio punto decorado con clípeos formados por tallos anudados cuyo interior se rellena con otros tallos también unidos formando motivos geométricos, rombos y triángulos. Un motivo decorativo de similares características encontramos en la portada conservada en el muro meridional de la iglesia de Nuestra Señora del Carrascal de Pedraza. Apoya el arco en sencillas jambas prismáticas con unas piezas actuando como cimacios en las que se talla un grueso tallo vegetal que se va entrelazando formando circunferencias. Embutidas en el muro, y cercanas a la puerta de acceso encontra mos varias piezas románicas como sillares labrados a hacha, bocel y sobre todo varias dovelas repartidas por la pared. En ellas se tallan por ejemplo un ave apoyada en una rama picoteando un fruto en forma de piña, dos cuadrúpedos uno de ellos erguido completamente sobre sus cuartos traseros mientras el otro apoya sus patas delanteras en una rama, dos cigüeñas una de ellas lleva una serpiente atrapada en su pico y la otra rodeada por una serpiente enredada en sus patas y una última dovela muy llamativa en la que se representa una figura masculina, subida a horcajadas sobre un cuadrúpedo, que sostiene con ambas manos un pesado mazo con el que parece a punto de golpear al animal. Se trata de la representación de la matanza del cerdo, una escena muy característica de los calendarios medievales españoles identificada normalmente con el mes de Noviembre, aunque pensamos que en esta ocasión no tiene nada que ver con la representación del mes, sino que sería un motivo más dentro del repertorio iconográfico que manejaban los maestros escultores de la época. El interior del edificio es muy sencillo, con la nave y la cabecera cubiertas con una falsa bóveda con decoración de yeserías imitando el estilo barroco, fechada en 1892, y que se encuentra en un estado cuando menos preocupante al tener algunas grietas y goteras que, si no se reparan, acabarán afectando a la totalidad de la bóveda. En la estancia del baptisterio ubicada en el ángulo suroccidental de la iglesia encontramos la pila bautismal románica (131 cm x 103 cm x 46 cm) de copa semiesférica decorada con 27 gallones sobre los cuales se talla una cenefa vegetal compuesta por pequeños tallos que se unen formando círculos dentro de los cuales se disponen pequeñas hojas. La embocadura interna es abocelada mientras que la externa lleva tallado un fino sogueado. El pie de la copa está decorado con franjas verticales dentro de las cuales se tallan parejas de hojas dispuestas horizontalmente. La unión entre el pie y la copa se adorna también con un grueso cordón. Encontramos otras pilas similares en cuanto a la morfología y ornamentación en iglesias segovianas, por ejemplo en la iglesia de San Juan en Pedraza, en la iglesia parroquial de Caballar o en la iglesia de Santiago en Turégano.