Identificador
              34405_02_002
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              42º 28' 15.92'' , -4º 15' 45.32''
          Idioma
              
          Autor
          Jaime Nuño González
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Naveros de Pisuerga
          Municipio
              Herrera de Pisuerga
          Provincia
          Palencia
              Comunidad
              Castilla y León
          País
              España
          Descripción
              LA PARROQUIA DE SAN MARTÍN es un edificio de dos naves, con capilla mayor de planta cuadrada, coro a los pies y torre que se eleva sobre el hastial de la nave del evangelio. La portada, con arco conopial, se abre hacia el sur y es obra tardogótica -fines del siglo XV o inicios del XVI-, cubierta por un pórtico de época posterior. La iglesia es en su conjunto un verdadero compendio de etapas constructivas, en gran medida pertenecientes a las postrimerías del gótico, con diversas ampliaciones en los siglos siguientes. Conserva sin embargo algunas estructuras identificables como románicas, concretamente el muro norte y la base de la torre, además de diversos elementos integrados en la obra gótica. A esta primitiva fase es a la que haremos referencia a continuación. Del muro septentrional, construido a base de mala mampostería arenisca, recibida con cal y actualmente revocada, sólo es apreciable su filiación románica al exterior, donde conserva el alero románico -por debajo del actual de ladrillo- con veinte canecillos de proa de barco, algunos muy deteriorados. Por su parte la torre campanario se fundamenta hoy día sobre lo que fue espadaña románica, en la que se pueden diferenciar además dos construcciones, correspondientes más bien a sendos momentos dentro de ese período artístico que a dos técnicas distintas pero sincrónicas. De un lado el muro del hastial de la nave, fabricado a base de encofrado de cal y canto -sobre el que se abrió una ventana en etapas modernas-; sobre él el arranque de una espadaña en despiece de sillería arenisca, no muy fina, conservada hasta la base de las troneras y rematada en el lateral norte por una imposta de nacela. Con posterioridad a la Edad Media la espadaña se convirtió en torre, prolongándose hacia el sur en un primer momento y, finalmente, construyéndose el actual campanario de ladrillo en épocas recientes, no antes del siglo XIX. Al margen de estas fases constructivas de filiación románica, la remodelación del templo a fines del gótico empleó, como suele ser habitual, algunos elementos anteriores en la obra nueva, que se concretan en varias impostas de nacela que ahora forman parte del alero de la capilla mayor. Más dudas plantea la pila bautismal, ubicada a los pies de la iglesia, en la nave de la epístola. Tiene forma troncocónica, de paredes ligeramente cóncavas, tallada en piedra caliza blanca, con unas medidas de 76 cm de altura -apoyando sobre un basamento poligonal de otros 20 cm-, 104 cm de diámetro total y 82 cm de hueco. Se decora a base de amplios gajos formados por incisiones que parten, desde abajo, de unos arquillos invertidos para morir en una cenefa superior de 13,5 cm de anchura, con tosca ornamentación de zigzag entre motivos vegetales de macizas hojas triangulares con nervios incisos. Su estado de conservación no es bueno, reforzada con un anillo de hierro perimetral en la boca, a modo de abrazadera. Los autores del Inventario Artístico suponen para esta pieza una cronología gótica, aunque a nuestro juicio pudo ser perfectamente tallada en un momento tardío del románico y las marcas de talla así parecen confirmarlo. Así, a pesar de la complejidad que entraña en muchas ocasiones la adscripción cronológica de las pilas bautismales, en gran medida debida a su tosquedad decorativa -a veces muy escueta- y cuando no a la pervivencia de los motivos, que dificultan sus encuadres temporales, nos inclinamos en este caso por su ubicación dentro de la primera mitad del siglo XIII.