Identificador
              40354_03_006
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              41º 22' 45.45" , -4º 8' 49.94"
          Idioma
              
          Autor
          Sin información
              Colaboradores
          Sin información
              Derechos
          
      Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Perosillo
          Municipio
              Perosillo
          Provincia
          Segovia
              Comunidad
              Castilla y León
          País
              España
          Descripción
              Las ruinas de Buengrado se encuentran a más de 2 km al suroeste de la población, accediéndose a ellas por medio de una pista forestal entre campos de remolacha. Según Siguero Llorente se trata de la misma aldea que en 1247 era denominada Malgrado y tributaba una cantidad que rondaba los cinco maravedís. En la última década del siglo XVI ya se había producido el cambio en su topónimo, momento en el que ya contaba con sólo un vecino. A mediados del siglo XIX Madoz sólo alcanzó a verlo en ruinas que, según Santamaría López, fueron debidas al abandono derivado de la desamortización. Los vestigios que nos han llegado se yerguen sobre un pequeño altillo y rodeados de campos de labor. A su paso Quadrado vio “paredes, bóvedas y estanques” que la tradición oral atribuían a un pretendido palacio de Enrique IV y que pasó posteriormente a manos de los duques de Alburquerque. Han perdido su visión de conjunto al haber sido soterrados por el tiempo e invadidos por la arboleda. Sólo quedan inconexos muros de algo más de un metro de grosor compuestos en cal y canto como centinelas que guardan su recuerdo. Dos de estos restos, se encuentran afrontados y parecen responder a arranques de bóvedas muy rebajadas. También se observan algunos sillares labrados en la cara interna, zona que correspondería al intradós de las roscas de las citadas bóvedas. Entre ellos se conserva un tambor perteneciente al fuste de una columna. En la actualidad resulta tarea poco menos que imposible realizar una datación certera de los restos, lo que será más factible en el futuro tras realizarse una excavación arqueológica o producirse un hallazgo documental.