La iglesia de Nuestra Señora del Rosario se encuentra situada en la zona central del conjunto urbano sirviendo su muro oeste como frontón, hecho bastante habitual en algunas iglesias la provincia. Tal y como sucedió en muchas de las iglesias de la zona, esta sufrió una gran transformación en el siglo XVII, momento en el que se construyó la iglesia barroca actual. Serán las dos sencillas portadas las que den seña de su origen románico. Una seguida por la otra, ambas son idénticas: arco de medio punto con guardapolvos sobre jambas con bocel tallado en su arista y ábaco sin decoración alguna. En el interior se conserva una pequeña pila románica (48 cm de diámetro x 25 cm de altura), en piedra caliza, sin pie y sin salida para el agua, decorada con los comunes gallones en disposición helicoidal y con friso superior de rosetas inscritas en un círculo, características más propias de una pila de agua bendita de época tardía que de una pila bautismal.