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Vista general de Sant Andreu de Pujol Melós

Identificador
25146_05_006
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.018632, 1.636823
Idioma
Autor
Montserrat Barniol López
Antoni Martín Monclús
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Andreu de Pujol Melós

Localidad
Navés
Municipio
Navés
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Andreu de Pujol Melós

Descripción

Iglesia de Sant Andreu del Pujol Melós

La iglesia de Sant Andreu del Pujol Melós se encuentra a poniente del río Aigua d’Ora, junto a la casa homónima y a los vestigios del castillo del Pujol. El acceso al lugar debe abordarse desde la pista forestal de la Vall d’Ora, que arranca de la carretera C-26. Una vez allí, es preciso tomar el desvío a Vilaseca y, en la bifurcación, continuar por el camino de la izquierda.

 

La iglesia de Sant Andreu del Pujol fue cedida por Ermessèn en 1100 a la canónica de Santa Maria de Solsona junto a Santa Margarida de Navès y Sant Julià de Odro. La donación, impugnada por Ramon Mir, de la misma familia vizcondal, tuvo que ser ratificada por el conde Ermengol VI de Urgell. No fue hasta 1126 cuando se resolvió el pleito presentado por Ramon Mir, quien tuvo que subsanar la canónica por los daños causados. En 1289, el señor del castillo era Arnau de Pujol, quién en ese momento poseía también el castillo de Tarascó. Junto a su esposa Guillema vendió la fortaleza ocho años después.

 

El edificio que podemos observar hoy en el Pujol Melós es fruto de dos etapas bien diferenciadas. Por un lado, la cabecera, orientada hacia al Noreste y de planta trapezoidal muy irregular, responde a una construcción prerrománica. En ella se abren distintas ventanas, una en el muro oriental, de un único derrame, y otra en el sur, hoy cegada por el exterior. Este espacio está cubierto por una bóveda de cañón. Aunque algunos autores han situado la realización de este ábside en el siglo x, Mateo Vidal y Montserrat Vilaseca, sugieren una datación menos concreta y lo fechan en los siglos ix-x. A esta cabecera le fue añadida, tiempo después, una nave de planta rectangular que debió de sustituir otra anterior –Xavier Sitjes sugiere que incluso utilizó los cimientos de la primitiva–. Además, en el momento de construcción de la nave –o, según Eduard Junyent, con posterioridad– fueron recubiertos los muros de la cabecera, integrándola así en el nuevo conjunto. Esto permite explicar, además, la similitud del aparejo utilizado en ambos espacios, formado por sillares rectangulares, de distintas dimensiones, pero bien dispuestos en hiladas uniformes. En la nave se abre una ventana adovelada y de doble derrame a su lado meridional, de similares características a la de la parte superior de la fachada occidental. La intervención en el edificio de los actuales propietarios ha permitido reabrir otra ventana original encima del arco absidal, en el hastial del muro oriental de la nave, que durante tiempo permaneció cegada, y que está formada por un arco de medio punto monolítico. La puerta está ubicada en el lado sur, donde se abre una puerta con arco de medio punto adovelado. En el interior, la nave se cubre mediante una bóveda de cañón apuntada, lo que invita a proponer una datación tardía, en el siglo xii, alargándose incluso hasta el xiii. El actual campanario de espadaña, que se eleva en la parte occidental de la construcción, es también resultado de la restauración ya mencionada, aunque todo parece indicar que existía en origen.

 

Sin dejar todavía la iglesia, cabe mencionar los relieves que figuran en la losa que hoy hace la función de ara de altar, donde dos cruces –situadas en los extremos– flanquean una torre, en el centro. Motivos cruciformes parecidos también se observan en otras losas esparcidas en el exterior de la iglesia. Aunque, como es bien sabido, este tipo de motivos son habituales en piezas de carácter funerario, sin disponer de más datos es arriesgado proponer una hipótesis al respecto.

 

A escasos metros de la iglesia se encuentra la casa del Pujol Melós y los vestigios del antiguo castillo. De él, perviven todavía algunos fragmentos de muro, a base de sillares un tanto irregulares. Junto a ellos, se encuentra la parte inferior de unas paredes construidas con sillares de mayores dimensiones que quizás pueden responder al muro perimetral del recinto castrense. Todo parece indicar que la masía fue edificada con materiales procedentes del castillo.

 

Texto: Montserrat Barniol López - Fotos: Montserrat Barniol López/ Antoni Martín Monclús - Planos: Antoni Martín Monclús

 

Bibliografía

 

Bach i Riu, A., 1988, p. 62; Barral i Altet, X., 1981, p. 235; Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 56-57; Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, p. 196; Junyent i Subirà, E., 1983, p. 148; Llorens i Solé, A., 1986, pp. 119 y 161; Riu i Riu, M., 1979, p. 233, Riu i Riu, M., 1996-1997, pp. 335-378; Riu i Riu, M., 2006-2007, p. 453; Serra i Vilaró, J., 1909, pp. 173-183, 299-308; Sitjes i Molins, X., p. 123-123, Vidal Sanvicens, M. y Vilaseca López, M., 1979, pp. 157-158.