La iglesia parroquial, dedicada a San Andrés, fue reconstruida a principios del siglo XVII, manteniendo de la primitiva fábrica fragmentarios vestigios en la torre, obra del siglo XVIII. Su pila bautismal, de la que Huidobro dice se hallaba retirada en el atrio y Pérez Carmona refiere su posterior uso como abrevadero, se ubica hoy en una plazuela situada al sur de la iglesia y en lamentables condiciones, colmatada con cemento y fracturada. Se trata de un curioso ejemplar de pila bautismal cuadrada, de 120 x 140 cm de lado x 54 cm de altura en lo hoy visible, labrada a hacha y que conserva en la embocadura una borrosa inscripción de difícil lectura, en la que Luciano Huidobro acertaba a leer la palabra “presbiter”. Debe datar del siglo XII, emparentándose tipológicamente con los ejemplares de Castil de Lences, Santillán, Cernégula, etc.