Identificador
              19040_01_007n
          Tipo
          
      Formato
              
          Fecha
              Cobertura
              40º 44' 9.48'' , - 2º 18' 10.08''
          Idioma
              
          Autor
          Víctor Manuel Ricote Ridruejo
              Colaboradores
          Sin información
              Edificio Procedencia (Fuente)
              País
              España
          Edificio (Relación)
              Localidad
              Armallones
          Municipio
              Armallones
          Provincia
          Guadalajara
              Comunidad
              Castilla-La Mancha
          País
              España
          Descripción
              LA IGLESIA PARROQUIAL DE ARMALLONES se encuentra  enclavada en el centro de la localidad, sobre la ladera  de un pequeño cerro, junto a la carretera principal  de acceso, cuyo trazado se alarga jalonado a izquierda y  derecha por el conjunto de viviendas que conforman la  población.  El trazado original del edificio debió de obedecer a la  clásica tipología de las iglesias de repoblación emplazadas  en la comarca: iglesias compuestas por una sola nave,  rematada por un sencillo ábside semicircular en su cabecera  y la espadaña dispuesta a sus pies. Seguiría, por tanto, el  patrón característico de otras edificaciones coetáneas,  levantadas entre los siglos XII y XIII en su mayoría, y no  muy alejadas entre sí, que se han localizado a lo largo de  este territorio fronterizo entre la Alta Alcarria y la Serranía  del Alto Tajo, como las de Villaescusa de Palositos, Cereceda  o Carrascosa de Tajo. De su fábrica románica original conservamos tres elementos  significativos. Por una parte su espadaña mínima  y elegante, levantada sobre un cuerpo único, que combina  sillarejo y mampostería, coronada por la típica estructura  triangular, en la cual se disponen sendos vanos para las  campanas, y un remate en piñón.  Encastrada en su cuerpo inferior, encontramos la  sobria portada principal de acceso. Nieto Taberné defiende  la posibilidad de que la portada hubiera sido trasladada de  su lugar de origen hasta inscribirla en su emplazamiento  actual. La austera manifestación está compuesta por un arco  de medio punto, enmarcado por una escueta chambrana,  cornisilla a partir de la cual se abocinan tres arquivoltas. Los  motivos decorativos empleados en su ornamentación se  reducen a nacelas y boceles, en la externa, un curioso ajedrezado  en taqueado jaqués, en la intermedia, de mayor  anchura, y una reducida arista achaflanada, en la interior. El conjunto apea directamente sobre unos mínimos  ábacos, de perfil cóncavo, sustentados por pilastras exentas  de decoración. Ruiz Montejo llamaba la atención respecto  al empleo de billetes en las roscas de los arcos, que  en su opinión no representa novedad alguna en el románico  alcarreño, encontrando la raíz de su utilización en la  propia catedral e iglesias de la cabecera del obispado, la  ciudad de Sigüenza, como socorrido recurso para ornar sus  ingresos, desde donde es muy posible que irradiase el  motivo.  En su interior encontramos una sola nave, articulada  en cuatro tramos mediante el uso de sencillas pilastras laterales  que soportan arcos de medio punto sobre los que se  proyecta la cubierta de bóveda de cañón con lunetos,  combinado todo ello con un rico e interesante artesonado  mudéjar. Modificaciones todas ellas que son fruto de las  reformas sufridas a lo largo de los siglos XVI y XVII, en el  transcurso de las cuales se llevó a cabo la ampliación de la  nave, la elevación de su alzado y, sobre todo, la sustitución  de su cabecera. En el transepto de la nave a la cabecera  nos topamos  con un interesante arco triunfal apuntado, de notable apertura,  de evolucionada tradición gótica, al que suceden pilares  baquetonados reservados para el crucero, que descansan  sobre capiteles de bola y soga. El conjunto se corona  con un testero recto modificado, que remata la cabecera.  A ambos lados del testero se sitúan la capilla mayor,  cubierta por un artesonado decorado, y la sacristía, de  techo plano. Tanto en el presbiterio, junto al sagrario, donde apreciamos  decoración con motivos de grifos, como en el lado  del Evangelio, con una talla de Dios Padre en madera,  datada en el siglo XVI, se conservan retazos del antiguo  retablo, desaparecido durante la guerra civil, junto con  otras representaciones de menor relevancia.  En el lado contrario, el de la Epístola, junto a una talla  de la Virgen del Carmen, hallamos el tercer vestigio de la  traza previa, la pila bautismal, que Ruiz Montejo definía  así: Tosca pila de bautismo, de estilo románico, copa surcada  por profundos gallones que se coronan con una  banda de rosáceas de cuatro pétalos inscritas en círculos.