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Ventana del ábside

Identificador
40165_04_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Carlos Álvarez Marcos
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de Tejadilla

Localidad
Tejadilla
Municipio
Ventosilla y Tejadilla
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA SE ENCUENTRA ENCLAVADA en el barrio de Tejadilla ligeramente apartada del caserío con el cementerio del lugar anexionado por su lado sur. Es un edificio de tres naves rematadas en ábside semicircular para la nave central y cabecera cuadrangular para las naves laterales, aunque originalmente la iglesia solamente tenía una nave siendo ampliada en un momento no muy posterior a la construcción de la primitiva fábrica románica. Más tardíamente se realizaron otras reformas en la fachada occidental que creemos se reconstruyó en su totalidad y sobre la cual se ubica una espadaña con dos troneras y remate a piñón. El material empleado en la construcción del templo es la mampostería y la utilización de los sillares se reduce a las esquinas del presbiterio, punto de adosamiento también de las naves laterales a la central. El ábside tiene una pequeña ventana saetera abierta en la parte central del tambor decorada por dos pequeñas arquivoltas, la interna decorada con grueso bocel que apoya en columnas que sustentan capiteles con la representación de una pareja de sirenas de doble cola talladas muy toscamente. La arquivolta más externa es mucho más sencillo sostenida por jambas prismáticas y lleva talladas en cada dovela unas pequeñas incisiones imitando un abilletado. Esta ventana se cegó al colocarse el retablo barroco en el interior del ábside por lo que fue necesario abrir otra ventana de formato rectangular construida con sillería en el lado sur del ábside. La cornisa, decorada con billetes, está sustentada por una rica colección de canecillos de clara inspiración popular relacionados en la temática con los canes de la iglesia de Santa Marta del Cerro, aunque en la labra los canecillos de Ventosilla y Tejadilla se ajustan más al estilo rústico que predomina en todo el templo. La profesora Inés Ruiz Montejo cree que en los canecillos de esta iglesia se están representando simultáneamente dos momentos fundamentales en la vida del campesino medieval: por un lado las relaciones con Dios y por otro sus momentos de esparcimiento y diversión. Dentro del primer grupo estarían una serie de canecillos en los que se esculpe por ejemplo un sacerdote sosteniendo el cáliz entre sus manos o en otra actitud diferente dirigiéndose a sus fieles desde el púlpito, un canecillo con serpientes símbolo del pecado, y una figura desnuda arrodillada en actitud orante que puede significar “el hombre cuya desnudez implica su condición de pecador pero que humildemente pide clemencia y misericordia a Dios”. En el segundo grupo de canecillos, referentes a temática más profana, se representan un personaje en actitud de burla, otro soplando un instrumento de viento y una singular máscara con cuernos que se rela ciona con las mascaradas del carnaval. Existen otra serie de canecillos que no se enmarcarían en ninguno de los dos grupos anteriores por ejemplo aquellos en los que se representa animales característicos de la fauna de la zona como un zorro, perro, ave picoteando una lombriz, una pareja de aves con un solo cuerpo y picos afrontados, etc... En la nave sur encontramos los restos de una puerta románica actualmente cegada con forma de arco de medio punto; en esta misma nave encontramos una línea de imposta con perfil de nacela y algunas piezas de cornisa abilletada similares a la de la cabecera. El acceso actual al interior del templo se realiza por una puerta ubicada en la fachada occidental con forma de arco de medio punto y grandes dovelas. En el interior se encuentra un espacio muy diáfano con tres naves separadas por pilares rectangulares sobre los que apoya directamente una sencilla armadura de madera que abarca el espacio de las naves. Como anécdota podemos señalar cómo el visitador pastoral de la diócesis que llega al pueblo a mediados del siglo XV encuentra la iglesia “pobre e quiere se caer el tejado podrido”. La cabecera de la iglesia sigue un esquema típico románico con un arco triunfal de medio punto doblado que da paso a un presbiterio cubierto con bóveda de cañón con sendas arquerías sencillas de medio punto en los laterales y a un ábside oculto tras el retablo barroco cubierto muy probablemente por una bóveda de horno. Una línea de imposta de perfil de nacela a la altura de los cimacios del arco triunfal recorre toda la cabecera. Dicho arco está construido con sillería y encalado presentando algunas líneas de policromía que imitan el despiece de dovelas, en color negro para la rosca interior y en color rojo para la rosca externa. Dicho arco está sustentado por dos columnas, una de ellas parcialmente destruida al colocar las escaleras para acceder al púlpito, coronadas por interesantes capiteles, parcialmente ocultos bajo una gruesa capa de cal. En el primero de ellos, ubicado en el lado norte del arco, algunos autores han querido ver una curiosa representación de la Epifanía. En la parte central del capitel una figura vestida con larga túnica sostiene sobre sus rodillas otra más pequeña, representación de María como trono de la majestad de Cristo. Flanqueando a la Virgen dos figuras de igual tamaño vestidas con larga túnica por debajo de las rodillas con rostros inexpresivos, rompiendo la tradicional representación procesional. Ninguno de los personajes lleva símbolos que los identifiquen y tampoco los presentes que portan son los habituales, uno de ellos un vaso o copa y otro una pequeña bolsa que para Ruiz Montejo sería “el dinero como expresión del don real del oro”. En el lateral visible de la cesta se tallan pequeñas figuras que bien podrían formar parte del séquito de los reyes o bien asistir como meros espectadores a la escena de la Adoración. El otro lateral del capitel permanece oculto bajo una gruesa capa de cal y suponemos que esconde bajo ella la imagen del tercer rey mago. La otra cesta que recoge el arco, la del lado de la epístola tiene tallada una representación del pecado de la lujuria divida en dos escenas fundamentales: en la primera de ellas situada en un lateral aparece el demonio personificado en una larga serpiente con cabeza humana, que incita al hombre, vestido con una larga túnica que le llega hasta las pies, a caer en el pecado. En la segunda escena que ocupa el resto de la cesta, aparece en el centro una figura desnuda con los brazos levantados; a su lado un hombre la agarra del brazo mientras sostiene el miembro viril con la mano derecha. Si la primera escena del capitel se podría interpretar como una tentación del demonio que empuja al hombre al pecado, en ésta segunda escena se representa el momento justo en que el hombre es seducido y cae en el pecado de la carne y la lujuria. Aunque de talla más seca y mucho más simplificadas vemos en este capitel algunas características, como los rostros ovalados, que nos hacen recordar modelos de otras iglesias segovianas como El Olmillo. La pila bautismal se encuentra en el ángulo noroccidental del templo dentro de una pequeña estancia cuadrangular que es utilizada en parte como almacén. Tiene unas medidas de 96 cm de diámetro, y 95 cm de altura. La copa troncocónica es completamente lisa decorada únicamente con un bocel en el borde superior. En definitiva nos encontramos ante un edificio enmarcado dentro de un románico rural muy marcado, que originalmente tendría una sola nave y cabecera semicircular y que posteriormente fue reformado manteniendo la estructura del ábside pero ampliando la nave por los laterales hasta dejar configurado su aspecto actual. Todos los autores coinciden en asignar una cronología muy tardía para este edificio de mediados e incluso segunda mitad del siglo XIII, lo cual tiene su explicación si consideramos que este tipo de románico tan arcaizante se sigue desarrollando en pequeños núcleos rurales con posterioridad a lo que habitualmente se considera época románica.
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