EL TEMPLO DE SANTA MARÍA sigue el modelo de las construcciones realizadas en el período románico en el territorio del Naviego-Leitariegos, pero acusa importantes reformas. Consta de una sola nave, que en un principio estaría cubierta mediante bóveda de cañón, y una cabecera de ábside semicircular rematada en bóveda de horno y precedida por tramo recto abovedado. La cubierta de la cabecera está reformada y se ha añadido una capilla en su lado sur, dedicada a la Virgen del Carmen. La iglesia ha soportado varias reformas. La de mayor interés supuso la incorporación de elementos constructivos de estilo gótico incipiente, como la ventana germinada del ábside (las restantes del muro norte son copias) y la puerta lateral del lado sur, de arco ojival e impostas decoradas con un motivo floral naturalista. Es destacable la portada occidental del edificio, también debida a una intervención posterior, de estilo renacentista, que adopta disposición semicircular con dovelas de acusado despiece, y se enmarca dentro de un alfiz decorado con bolas y flores tetrapétalas a modo de clavos, todo ello acompañado de molduras con aboceles y rollos. En el interior del templo, en el muro norte de la nave, se abre un arcosolio de trazas góticas que describen un rudimentario arco ojival desornamentado y tosco. Más cuidada está la factura de la puerta que da paso a la sacristía, anexa al lado sur de la iglesia, que describe un sencillo arco de medio punto, ligeramente peraltado, con una rosca de cuatro dovelas. Como único resto de imagineria medieval, Carballo guarda un magnífico Calvario de estilo gótico, que se encuentra en un envidiable estado de conservación.