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Cristo románico

Identificador
33816_02_004
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Diego Martínez Fuenteseca
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Monasterio de San Juan Bautista

Localidad
Corias
Municipio
Cangas del Narcea
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
COMO YA HEMOS ADELANTADO, el actual templo de San Juan Bautista responde a un planteamiento arquitectónico contrarreformista herreriano donde la planta se concibe como una cruz latina supeditada al tramo central. El crucero se cubre mediante cúpula con pechinas mientras que el resto de espacios se cubre con bóveda de cañón con lunetos. Un entablamento liso recorre todo el perímetro mientras se apoya sobre columnas estriadas. En la nave, a excepción de los tramos ocupados por el coro alto, se abren capillas-hornacina cubiertas con bóvedas de cañón. De la misma época son las dependencias que rodean la cabecera y cabe pensar que el presbiterio pudo ser ampliado para acoger los sepulcros de los fundadores y del cuerpo trasladado del rey Bermudo. Pese a la creencia general, la fábrica románica se mantuvo hasta bien entrado el siglo XVI. El 15 de mayo de 1529, el general de la congregación Vallisoletana visita Corias y, afectado por la mala conservación y arcaísmo del edificio, redacta un informe negativo. Para remediar la situación, durante el abaciazgo de Sancho de Ozalla (1562-1565) se derriban los claustros antiguos para edificar encima. Tres años mas tarde y en su primer año de mandato, será el abad Diego de Zamora quien mande derribar el viejo templo para la construcción de uno nuevo. Del que fuera uno de los más grandes monasterios de la Asturias medieval únicamente se han conservado escasos elementos esculpidos procedentes de su estructura arquitectónica y algunas piezas de imaginería, que actualmente se encuentran repartidas entre una colección particular ovetense y el pequeño museo del propio monasterio. En efecto, la colección del Tabularium Artis Asturiensis guarda una serie de elementos pertenecientes a la antigua fábrica románica de Corias de gran interés artístico. En concreto se trata de dos basas, un conjunto de cuatro dovelas y una campana. Las dos basas debieron de formar parte del claustro del monasterio. Una de ellas está formada por dos piezas gemelas monolíticas con remate de bolas en las esquinas y desposeída de su plinto a causa de una fractura. La otra basa responde a la misma decoración, es de media pieza y su datación se considera posterior. De mayor interés son las cuatro dovelas que debieron de pertenecer a una arquivolta de alguna de las portadas del templo. Son piezas de considerable tamaño, ya que tienen 11 cm en su parte baja, 14 cm en la zona superior y una profundidad total de 40 cm. Todas pertenecieron al mismo conjunto, ya que iconográficamente representan en altorrelieve un monje, en diferente actitud en cada pieza. En los cuatro casos la vestimenta es similar, apareciendo cubierta la anatomía mediante una túnica y los pies con unas calzas puntiagudas. Las variantes residen en los diferentes objetos que portan: en un caso se representa un jarro de amplia boca circular, en otro se representa un díptico abierto, el penúltimo monje sostiene el pan en una mano y un cáliz en la otra y el último monje porta un gran peine litúrgico. J. Manzanares se refiere también a una pieza importante de la que actualmente se desconoce el paradero. Se trata de una enjuta de arco de forma romboidal que, como las dovelas comentadas, se podría fechar en el siglo XII. En ella destaca la talla en altorrelieve de un abad sentado en la cátedra, ataviado con alba, estola y casulla. También perteneció al templo de Corias una pequeña campana de bronce que por los caracteres de su inscripción podría fecharse en el siglo XI, siendo una de las más antiguas conocidas en Asturias: + XPS : VINCIT : XPS : RE / GNAT : XPS : INPEBAT : En el monasterio se conserva también una dovela de un arco, distinta de las comentadas anteriormente. Representa una cabeza de pico mordiendo el bocel de la arquivolta. Este motivo de origen anglonormando, muy repetido a partir de la segunda mitad del siglo XII, fundamentalmente en el románico costero de la región, resulta excepcional en esta zona occidental, donde no se ha constatado su presencia en ningún otro templo. Pero la pieza románica de mayor importancia conservada en Corias es una imagen de Cristo crucificado, que actualmente se encuentra en una capilla de la nave central del templo. Se le conoce popularmente como “Cristo de la Cantonada”; por sus rasgos estilísticos e iconográficos debe de datar de mediados del siglo XII, y es una de las representaciones más relevantes del Crucificado del románico regional junto con el del monasterio de Obona. Para G. Ramallo esta imagen pudo ser importada de un taller palentino; para M. S. Álvarez Martínez sus rasgos estilísticos lo ponen en relación con un artista formado en la Meseta. Se trata de una talla en madera de gran tamaño (2,40 m de alto x 2,25 m de ancho) que sigue el modelo iconográfico sirio, de hombre maduro, barbado y vestido. Se representa con corona de rey, aún vivo, triunfante sobre la muerte, y sin rastro de dolor. Su cabeza se ladea saliéndose del eje de la cruz, su rostro se enmarca con una espesa barba y largas melenas que caen sobre los hombros. La anatomía se representa sumariamente, sin apenas destacar la estructura ósea y con una ligera tensión de músculos y venas. Está prendido a la cruz mediante cuatro clavos, carece de subpedaneum, y su cuerpo, en vez de desplomarse, se mantiene rígido perfilando una tímida línea en “S”. Completa el conjunto un suntuoso paño de pureza sujeto en la zona de las caderas, que, pese a su largura, no llega a cubrir las rodillas. Es una talla culta de excelente factura, que se mantiene en buen estado de conservación pese a haber sido repintada en el año 1985 y a llevar una corona que no es la original. Aparte de este Crucificado y de algunas otras imágenes que no son anteriores a los siglos XIII y XIV, destacando una de San Pedro sentado en la cátedra, pocos elementos se conservan del tesoro medieval del monasterio de Corias, que aún hoy, desaparecida su estructura inicial, se sigue mostrando imponente y majestuoso al visitante.